Un estudio apenas publicado concluye que la hipótesis más probable sobre el origen de la imagen sindónica sigue siendo la de una radiación
ANDREA TORNIELLIPADUA
El Sudario de Turín, la sábana de lino que según la tradición habría envuelto el cuerpo de Jesús y que lleva impresa la figura de un hombre crucificado (que corresponde con la narración de los Evangelios), sigue siendo un misterio. Un estudio apenas publicado concluye que la hipótesis más probable sobre el origen de la imagen sindónica sigue siendo la de una radiación, en particular del “efecto corona”.
Lo escribe Giulio Fanti, profesor de Medidas mecánicas y térmicas del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Padua, que desde hace muchos años está desarrollando una investigación sobre el Sudario. El científico ha presentado los resultados de su trabajo en un artículo que acaba de salir publicado en la revista científica estadounidense “Journal of Imaging Science and Tecnology”
«Desde 1898, cuando el fotógrafo Secondo Pia obtuvo las primeras reproducciones fotográficas del Sudario, muchos investigadores han propuesto hipótesis sobre la formación de la imagen», explica Fanti a “La Stampa”. «Hasta ahora, han sido examinadas muchas hipótesis interesantes, pero ninguna de ellas puede explicar completamente la misteriosa imagen. Ninguna de las reproducciones llevadas a cabo, ninguna de las copias fabricadas logra ofrecer características semejantes a las de la tela sindónica».
El artículo examina de forma científica las hipótesis más importantes, comparándolas con 24 características peculiares de la imagen que serían las más significativas entre las más de cien que se han publicado últimamente en las revistas científicas internacionales. Se analizan las hipótesis que han formulado los investigadores que analizaron las primeras imágenes fotográficas del Sudario a principios del siglo XX, como las que atribuían la formación de la figura al yeso o al amoniaco, al efecto de un rayo o a un calco con polvo de zinc. «He considerado, pues -explica el profesor-, las hipótesis más sofisticadas como las relativas a la difusión de gas o al contacto con el cadáver envuelto en una tela impregnada de esencias aromáticas y sustancias varias».
«En mi investigación -continúa Fanti- también consideré la posibilidad de la presencia de más mecanismos, indicando las ideas de los que, desde la segunda mitad del siglo pasado, empezaron a dudar de la autenticidad del Sudario y han propuesto técnicas de reproducción propias de los artistas medievales».
Entre las hipótesis «artísticas» que se citan en el artículo, también se encuentran las de Delfino Pesce y Garlaschelli. «He indicado -explica el estudioso- cuánto se alejan de los resultados experimentales obtenibles, incluso en el siglo XIX, de las características extremadamente particulares del Sudario. Muchos estudiosos han propuesto, de hecho, copias artísticas excelentes desde el punto de vista macroscópico, pero que desgraciadamente son muy carentes al reproducir muchas particularidades microscópicas y que vuelven vanos los resultados».
En cambio, la conclusión por lo que tiene que ver con la posibilidad de una radiación como origen es muy diferente. Fanti cita las hipótesis de otros analistas y describe los resultados del grupo ENEA que ha usado hace poco láser excimer. «La hipótesis de la radiación -observa el profesor- permite acercarse mucho más a las características particulares de la imagen sindónica, pero presenta todavía un serio problema: se pueden reproducir tan solo pequeñas porciones de imagen de alrededor de un centímetro cuadrado del tejido, porque, de otra forma, se necesitarían energías que no se encuentran disponibles en los laboratorios». Los experimentos que Fanti llevó a cabo en Padua, en colaboración con el profesor Giancarlo Pesavento, exigieron «tensiones eléctricas de alrededor de 500.000 volts para obtener imágenes semejantes y de pocos centímetros de extensión».
Los resultados del análisis científico que condujo Fanti se encuentran resumidos en dos tablas que muestran que una fuente de radiación representa la hipótesis más adecuada. Y, entre las hipótesis de radiación, «solo la que se basa en el efecto corona (descarga eléctrica particular) satisface todas las características peculiares de la imagen corpórea del Sudario», aunque para haber obtenido una figura tan grande como la que se encuentra en la tela turinesa, concluye el autor, «habrían sido necesarias tensiones de hasta decenas de millones de volts. O bien, saliendo del campo científico, un fenómeno relacionado con la resurrección».
Vatican Insider
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