El Papa recibió a los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica: “La lectura de las Escrituras debe seguir la tradición viva de la Iglesia”
ALESSANDRO SPECIALECIUDAD DEL VATICANO
Fue un discurso que siguió el magisterio de Benedicto XVI el que pronunció esta mañana ante los miembros de la Pontificia Comisión Bíblica el Papa Francisco. Los miembos de la Comisión (estudiosos y teólogos de todo el mundo, reunidos bajo la guía del prefecto de la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller) concluyeron un periodo de reflexión sobre el tema “Inspiración y verdad en la Biblia”, que había sido destacado por Benedicto XVI durante el Sínodo sobre la Sagrada Escritura de 2008.
La cuestión de fondo es el papel de las disciplinas modernas y de las técnicas científicas (análisis textual, paleográfico, descubrimientos arqueológicos e históricos, la ecdótica, etc…) en la lectura e interpretación de la Biblia por parte de la iglesia. La línea que había trazado Ratzinger, sin menospreciar los aportes científicos, reafirmaba que no se puede entender la Biblia verdaderamente si sus textos no se leen a la luz de la fe, de la tradición milenaria de la Iglesia y tomando en cuenta la relación orgánica de cada libro bíblico con el conjunto de textos que configuran la Biblia y el mensaje de salvación que encuentran en ella los cristianos.
El Papa Francisco destacó hoy por la mañana la importancia que tiene no sólo para cada creyente, sino para la Iglesia entera, puesto que “la vida y la misión de la Iglesia se fundan en la Palabra de Dios, que es alma de la teología y, al mismo tiempo, inspiradora de toda la existencia cristiana”.
También afirmó que las Sagradas Escrituras son el testimonio en forma escrita de la Palabra divina, el memorial canónico que atestigua el evento de la Revelación, razón por la cual la Palabra de Dios, “precede y excede la Biblia”. De ahí que nuestra fe “no tiene en el centro sólo un libro, sino una historia de salvación y, sobre todo, a una Persona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne”.
Y precisamente porque el horizonte de la Palabra divina abraza y se extiende más allá de la Escritura, el Papa afirmó que para comprenderla adecuadamente, es necesaria la constante presencia del Espíritu Santo que “guía toda la verdad” (Jn 16, 13). Es necesario colocarse en la corriente de la gran Tradición que, bajo la asistencia del Espíritu Santo y la guía del Magisterio, ha reconocido los escritos canónicos como Palabra que Dios dirige a su pueblo y jamás ha dejado de meditarlos y de descubrir sus inagotables riquezas, tal como lo reafirmó el Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática Dei Verbum.
Tras recordar que existe una unidad inseparable entre la Sagrada Escritura y la Tradición, porque ambas provienen de una misma fuente, el Papa explicó que de ahí se desprende que “el exégeta debe estar atento a percibir la Palabra de Dios presente en los textos bíblicos colocándolo dentro de la misma fe de la Iglesia”.
La cuestión de fondo es el papel de las disciplinas modernas y de las técnicas científicas (análisis textual, paleográfico, descubrimientos arqueológicos e históricos, la ecdótica, etc…) en la lectura e interpretación de la Biblia por parte de la iglesia. La línea que había trazado Ratzinger, sin menospreciar los aportes científicos, reafirmaba que no se puede entender la Biblia verdaderamente si sus textos no se leen a la luz de la fe, de la tradición milenaria de la Iglesia y tomando en cuenta la relación orgánica de cada libro bíblico con el conjunto de textos que configuran la Biblia y el mensaje de salvación que encuentran en ella los cristianos.
El Papa Francisco destacó hoy por la mañana la importancia que tiene no sólo para cada creyente, sino para la Iglesia entera, puesto que “la vida y la misión de la Iglesia se fundan en la Palabra de Dios, que es alma de la teología y, al mismo tiempo, inspiradora de toda la existencia cristiana”.
También afirmó que las Sagradas Escrituras son el testimonio en forma escrita de la Palabra divina, el memorial canónico que atestigua el evento de la Revelación, razón por la cual la Palabra de Dios, “precede y excede la Biblia”. De ahí que nuestra fe “no tiene en el centro sólo un libro, sino una historia de salvación y, sobre todo, a una Persona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne”.
Y precisamente porque el horizonte de la Palabra divina abraza y se extiende más allá de la Escritura, el Papa afirmó que para comprenderla adecuadamente, es necesaria la constante presencia del Espíritu Santo que “guía toda la verdad” (Jn 16, 13). Es necesario colocarse en la corriente de la gran Tradición que, bajo la asistencia del Espíritu Santo y la guía del Magisterio, ha reconocido los escritos canónicos como Palabra que Dios dirige a su pueblo y jamás ha dejado de meditarlos y de descubrir sus inagotables riquezas, tal como lo reafirmó el Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática Dei Verbum.
Tras recordar que existe una unidad inseparable entre la Sagrada Escritura y la Tradición, porque ambas provienen de una misma fuente, el Papa explicó que de ahí se desprende que “el exégeta debe estar atento a percibir la Palabra de Dios presente en los textos bíblicos colocándolo dentro de la misma fe de la Iglesia”.
Vatican insider
12 de Abril, 2013. (Romereports.com) El viernes, el papa Francisco se reunió con la Comisión Bíblica como conclusión de su asamblea plenaria anual. El arzobispo Gerhard Muller, presidente de la comisión, fue el encargado de recibir al Papa. Francisco habló sobre el papel fundamental de la Biblia, y explicó que la Palabra de Dios precede a la Biblia e incluso la supera.
PAPA FRANCISCO
“Y por eso nuestra fe no tiene como centro solamente un libro, sino una historia de salvación y, sobre todo, una persona, Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne”. Este año, la asamblea giró en torno al tema “Inspiración y Verdad en la Biblia”.
El Papa dijo que es un tema que afecta a creyentes y no creyentes.
PAPA FRANCISCO
“Porque la vida y misión de la Iglesia se construyen a partir de la Palabra de Dios, que es el alma de la Teología, y juntas, inspiran toda la existencia cristiana”.
En cuanto a la interpretación de la Biblia, el Papa explicó que la Sagrada Escritura es la Palabra de Dios inspirada por el Espíritu Santo, que fue confiada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles y por eso se transmite a través de la Sagrada Tradición, para que llegue a todas las generaciones.
PAPA FRANCISCO
“La interpretación de la Sagrada Escritura no puede ser sólo un esfuerzo científico individual, sino que debe ser siempre contrastado, insertado y autentificado en la Tradición viva de la Iglesia”.
El Papa también recordó que el Concilio Vaticano II, con la constitución dogmática «Dei Verbum» arrojó luz sobre estas cuestiones.
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