Thursday, April 30, 2015

El Papa con las Comunidades de vida cristiana y la Liga Misionera de Estudiantes

El santo padre Francisco ha concedido este jueves en el Aula Pablo VI, audiencia a la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) y a la Liga Misionera de Estudiantes, abriendo así el congreso italiano de los dos grupos, basados en la espiritualidad ignaciana.


Los seminarios se realizan hasta el 3 de mayo en la ciudad de Frascati, con el tema: “Más allá de las murallas”.
El Santo Padre recordó a los presentes que él conoce bien la CVX porque fue asistente nacional en su país de origen hacia el final de los años 70, y que las raíces del movimiento se relacionan con las Congregaciones Marianas, que a su vez “llegan durante la primera generación de los compañeros de san Ignacio de Loyola”.
El Pontífice además consideró que la CVX anticipó en cierto sentido al Concilio Vaticano II, por como consideraba el rol y el servicio de los laicos en la Iglesia.
En sus palabras a los presentes, el Santo Padre dejó de lado el discurso preparado y les indicó que en el mismo les ofrece tres reflexiones para el congreso que inician este jueves.
La primera: el compromiso para difundir la cultura de la justicia y de la paz. Y para ello dedicarse al bien común contraponiéndose “a la cultura de la ilegalidad, de la corrupción y del enfrentamiento” y también “mediante aquel servicio a la gente que se identifica en la política”.
“Como segunda prioridad apostólica les indico la pastoral familiar”, y para ello tomando idea de las profundizaciones del último Sínodo de los Obispos, “les animo a ayudar a las comunidades diocesanas para atender a las familias” y también “para acompañar a los novios hacia el matrimonio”.
También les pidió que colaboren “para recibir a los llamados 'lejanos': entre ellos no pocos separados, que sufren por el fracaso de su vida conyugal, y también a otras situaciones de malestar familiar”.
La tercera línea es la misionariedad. Y sobre esto precisó que “me ha dado gusto saber que han iniciado un camino común con la Liga Misionera de los Estudiantes, que les ha proyectado por las calles del mundo, para encontrar a los más pobres y a las comunidades que más necesitan trabajadores pastorales”. Y les animó a “mantener esta capacidad de salir e ir hacia las fronteras de la humanidad más necesitada”.
E indicó estar al tanto de que han enviado delegaciones a otros países, en particular “Siria y Líbano, pueblos martirizados por terribles guerras, y a quienes renuevo mi afecto y solidaridad”. Les pidió que junto a “estas poblaciones que están sufriendo la hora de la cruz” es necesario hacerles sentir “el amor, el apoyo y la cercanía de toda la Iglesia”. Así, deseó que esta relación solidaria, “confirme esta vocación de tender en todas partes puentes de paz”. Y citó también “los proyectos de acogida de los inmigrantes en Sicilia”.
A los presentes les indicó que “san Ignacio había entendido que para renovar la sociedad había que partir desde los jóvenes y por ello estimuló la apertura de colegios” en los cuales “nacieron las primeras Congregaciones Marianas”.
“En la base de esta acción pastoral -prosiguió el Santo Padre- esté siempre la alegría del testimonio evangélico, unida a la delicadeza del acercamiento y respeto del otro".
Y concluyó: “La Virgen María, que con su Sí, inspiró a vuestros fundadores, conceda responder sin reservas a la vocación de ser 'luz y sal' en los ambientes en los cuales se vive y trabaja”.
Tras la bendición final “que les imparto de todo corazón”, les pidió que “no olviden de rezar por mí”.

Zenit/Radio Vaticana


Francisco: Los católicos no pueden mirar la realidad desde fuera. No tengáis miedo a la política




Cerca de 5.000 personas esperaban al Papa en el aula Pablo VI. Pertenecen a la Comunidad de Vida Cristiana y la Liga Misionera de Estudiantes, ambos relacionados con la Compañía de Jesús. 

Francisco dejó a un lado su discurso y respondió las preguntas que le hicieron participantes. A Gianni, el Papa le explicó que el problema actual  es que la política pone en el centro sólo el dinero. 

GIANNI 
"Nos gustaría que todo el mundo, especialmente los jóvenes, entiendan que además del bien privado, que muchas veces prevalece, hay un interés general que es común”.

FRANCISCO 
"¿Cuál es la solución que nos ofrece la política  en este mundo globalizado? Sencillo: En el centro, el dinero. No el hombre y la mujer, no. El dinero. El Dios dinero. Todo al servicio de este Dios y aquello que no está al servicio del dinero, se descarta”.

Aseguró que como el mundo globalizado está centrado en el dinero nace la cultura del descarte, y aquello que no sirve, se elimina. 

FRANCISCO 
"Se descarta a los niños, porque ya no se hacen niños o porque se les mata antes de nacer; se descarta a las ancianos porque los ancianos no sirven. Pero ahora que falta trabajo recurren a los abuelos para que nos ayuden con su pensión ¿no?”.

Francisco les pidió que no pierdan la esperanza y señaló que un cristiano laico debe trabajar siempre por el bien común.

FRANCISCO
"Yo, católico ¿veo la realidad como espectador? No se puede ser espectador. Comprométete. Da lo mejor: si el Señor te llama a esa vocación, ve allí y haz política. Te hará sufrir, quizá pecar, pero el Señor está contigo. Pide perdón y a  seguir adelante”.

Las dos comunidades presentaban "Mas allá de los muros”, un congreso nacional que busca crear una mayor implicación de Europa en la acogida de inmigrantes y fomentar la ayuda con los cristianos de Siria.


La política “es un martirio”, pero la Iglesia no es un partido: Francisco



El Papa dialoga, mediante preguntas y respuestas, con los jóvenes de la Comunidad de Vida Cristiana a quienes recibió en el Aula Pablo VI del Vaticano

ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO


La política “es un martirio”, pero los cristianos “deben involucrarse ahí, aunque se ensucien un poco” porque es parte de su vocación. Son palabras, improvisadas, del Papa. Las pronunció la mañana de este jueves durante una audiencia con jóvenes de la Comunidad de Vida Cristiana en el Aula Pablo VI del Vaticano. Francisco pidió a los fieles meterse en política, pero advirtió que la Iglesia no es un partido y fundar un partido católico “no es el camino”.

El pontífice tenía un discurso preparado, pero era “aburrido, como todos los discursos”, según constató. Por eso entregó el texto, lo dio por leído y prefirió responder las preguntas de Paola, Tiziana, Bartolo y Gianni. Este último le cuestionó sobre el compromiso cristiano en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. 

“Se escucha: ¡Nosotros debemos fundar un partido político! Ese no es el camino. La Iglesia es la comunidad de cristianos que adora al padre, va en la senda del hijo y recibe el don del espíritu santo. No es un partido político. No, no digamos partido, sino un partido solo de los católicos: no sirve y no tendrá capacidad de convocatoria, porque hará aquello para lo cual no ha sido llamado. Pero, ¿un católico puede hacer política? ¡Debe! Pero, ¿un católico puede involucrarse en política? ¡Debe!”, respondió Jorge Mario Bergoglio.

Recordó que el beato Pablo VI dijo que la política es una de las formas más altas de la caridad, porque busca el bien común. Entonces dio paso a uno de sus “autodiálogos”, en el cual él se preguntaba y se respondía a si mismo. “Pero, padre, hacer política no es fácil, porque en este mundo corrupto… finalmente no puedes salir adelante”, dijo. Y apuntó: “¿Qué me quieres decir, que hacer política es un poco un martirio? Si. Eh, si: es una forma de martirio”.

Sostuvo que trabajar en la cosa pública es un “martirio cotidiano”, porque implica buscar el bien común sin dejarse corromper, pensando en los caminos más útiles para ello. “Hacer política es importante: la pequeña política y la gran política”, insistió.

Constató que en la Iglesia muchos católicos han hecho política “no sucia” sino buena e incluso han ayudado a la paz entre los países. Estableció que “se puede ser santo haciendo política”, llevando adelante todos los días el propio ideal, cargando “la cruz de tantos fracasos” y de “tantos pecados” porque, en el mundo, es difícil hacer el bien en la sociedad “sin ensuciarse un poco las manos y el corazón”. “Pero por esto debes ir a pedir perdón, y que no te desanime”, precisó.

“¿Cuál es la solución que nos ofrece este mundo globalizado para la política? Simple: al centro, el dinero. No el hombre o la mujer: no. El dinero. El dios dinero. Y después todos al servicio del dios dinero. Por eso, lo que no le sirve al dios dinero se descarta. Lo que nos ofrece hoy el mundo globalizado es la cultura del descarte: Se descartan los niños porque no se tienen hijos o porque se matan antes de nacer, se descartan los ancianos porque no sirven, pero ahora que falta el trabajo van a ver a los abuelos para que la pensión nos ayude ¿no?”, dijo.

Abundó que también los jóvenes son descartados porque disminuye el trabajo y “el dios dinero no puede hacer todo”. Advirtió que ese es un “camino a la destrucción”. Y cuestionó: “Yo, católico, ¿miro desde el balcón? ¡No se puede mirar desde el balcón! ¡Involúcrate ahí! Da lo mejor, el señor te llama a esa vocación, haz política: te hará sufrir, por ahí te hará pecar, pero el señor está contigo. Pide perdón y sigue adelante”.

Las preguntas fueron apenas cuatro, pero las respuestas del Papa amplias. Paola, voluntaria en un centro de detención, le interrogó sobre cómo transmitir esperanza a un condenado a cadena perpetua, cuya pena no acabará jamás. Bergoglio sostuvo que no se puede entrar una cárcel con aires de autosuficiencia sino, al contrario, sabiendo que uno es más pecador que cualquiera.

Además señaló que la sentencia a cadena perpetua es como una condena a muerte, porque “de ahí no se sale” y eso es duro. “¿Qué le digo a ese hombre? ¿Qué le digo a esa mujer? Por ahí no digas nada. Tómale la mano, acarícialo, llora con él. Así, tener los sentimientos de Jesucristo. Pero a veces no podemos decir nada, nada. Porque una palabra sería una ofensa. Solamente los gestos, gestos que hacen ver el amor”, estableció. 

Más adelante el pontífice instó a ir más allá de la beneficencia y aspirar a la promoción de las personas, una actitud que “inquieta el alma” porque no se trata sólo de darle de comer a alguien sino que implica un cambio de corazón.

Respondiendo a Tiziana, Francisco reconoció que en la Iglesia “existe corrupción” porque “el diablo la siembra”, como también se da la corrupción en la política y en otros campos como algunos trabajos que deberían ser servicio y terminan convirtiéndose en un negocio. Para evitar el desánimo ante esa realidad llamó a no dejarse robar la esperanza, pero no de “una vida cómoda y tranquila”, una “esperanza controlada que puede servir para el laboratorio”. 

“La tentación, cuando estamos en dificultad, cuando vemos las brutalidades que suceden en el mundo, es que decaiga la esperanza. El servicio es el trabajo de los humildes. Jesús vino para servir, no para ser servido. Y la esperanza es la virtud de los humildes. Humildad y servicio, estas dos cosas custodian la pequeña esperanza, la virtud más humilde, la que te da la vida”, apuntó.

Vatican Insider

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