Tuesday, April 21, 2015

DECLARACIÓN ACADÉMICOS UC SOBRE SITUACIÓN DE JORGE COSTADOAT SJ


Estimados y estimadas colegas de Académicos UC:

Como es sabido, a Jorge Costadoat se le ha negado la “misión canónica” solicitada por la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. A pesar del reclamo masivo tanto de académicos como del mundo de la cultura por una medida considerada atentatoria contra la libertad académica, Monseñor Ricardo Ezzati, mediante un decreto de la Gran Cancillería, le ha prohibido enseñar y, sacándolo de la planta ordinaria de la PUC, le conserva apenas un permiso por un año para realizar las labores de investigación que ya ejercía antes.

Jorge Costadoat ha decidido someterse a este trato a fin de poder continuar con su servicio a la teología y al Magisterio, plegándose así al llamado del Papa Francisco, quien ha estimulado una vida teológica reflexiva en la Iglesia. Por medio de diversos comunicados, el Gran Canciller de la PUC ha explicado la razón de su decisión: primero le dijo a él, a su Provincial, al Decano y al Consejo de la Facultad a través del P. Cristián Roncagliolo, que Jorge enseñaba con más libertad de la que podía convenir a personas no preparadas; luego señaló que desdibujaba el Magisterio, poniendo en duda su ortodoxia; y finalmente manifestó que no pasaba su materia de clases. Esta última razón es insólita: el propio Costadoat elaboró el programa oficial del curso que impartió e implementó durante 20 años, sometiéndolo a la crítica de sus pares.

El profesor Costadoat es un sacerdote jesuita que jamás ha puesto en duda el dogma cristiano. Efectivamente, se ha comprometido en la defensa de posturas que serán debatidas en el próximo Sínodo sobre la Familia: el permiso a comulgar a los divorciados vueltos a casar y otros temas sobre los cuales cardenales de diversas conferencias episcopales han expresado
también su parecer. Por lo demás, todos estos temas han sido puestos sobre la mesa por el propio Papa Francisco, quien incluso ha solicitado a los fieles católicos emitir sus opiniones y transmitirlas a la autoridad eclesiástica.

Es cierto que Jorge Costadoat reconoce enseñar con libertad. Como ha expresado en numerosos textos cuyo tenor compartimos, una universidad católica debe, para ser plenamente universitaria y plenamente católica, conjugar el cristianismo con las disciplinas científicas y ponerlo en diálogo con la cultura actual, a fin de ser un aporte real a una civilización más
humana. Aún más, si la PUC se define como una universidad pública no puede dejar de ser pluralista y tolerante, y debe, en consecuencia, excluir procedimientos poco transparentes como aquellos que han operado en el caso de Jorge Costadoat. Debe impedir también que los profesores sientan miedo, pues ello cercena las fuentes de creatividad necesarias para ejercer
una labor académica. Una universidad pluralista no debiera tener una Facultad de Teología donde se menoscaba esa libertad de cátedra que ubica al conocimiento sobre Dios en el plano científico. En una universidad, la problematicidad y creatividad teológicas no atentan contra el
Magisterio, sino que son una condición indispensable para comprenderlo y desarrollarlo.

En nuestra calidad de coautores de la Declaración de Académicos UC firmada hasta hoy por 175 profesores de nuestra universidad, lamentamos profundamente que el reclamo contra una medida a todas luces arbitraria e injustificada no haya logrado que las máximas autoridades de la universidad reconsideraran su decisión, no obstante los sólidos argumentos esgrimidos
contra la medida. Creemos que se ha causado un daño innecesario a Jorge Costadoat, a la universidad y a su cuerpo académico. Son muchos los que se han mostrado dolidos y profundamente preocupados ante el futuro que se abre a la Universidad a partir de este acto que demuestra una comprensión de la autoridad incompatible con la idea de una universidad plural.

Les hacemos llegar un saludo cordial,

Eduardo Fermandois / Ana María Stuven / Mike van Treek

Santiago de Chile, 17 de abril de 2015.

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