La expresión "empuja", está cargada de significado y recuerdos para todas las madres jóvenes.
Todas han debido empujar o pujar a sus niños para que salgan del grato ambiente de sus entrañas, a través de una estrecha salida, y entrar a un frío y peligroso mundo, fuera de su madre.
Aunque sea muy doloroso el parto, ellas saben que el niño ya es muy grande para quedarse, y necesita avanzar en su vida y separarse de ellas. María también conoció esa experiencia, aunque ella era rara vez mencionada en los libros sagrados (la mayoría escritos por hombres que nunca tuvieron esta experiencia).
Jesús la destacó en una de sus parábolas, en la que mostraba el contraste entre el dolor del parto y la alegría de la madre al darse cuenta que ha traído una nueva criatura a este mundo, capaz de respirar, alimentarse y vivir fuera de su cuerpo.
Todo este tumulto emocional de dolor, ansiedad y felicidad, está reflejada en el rostro de María mientras acuna al Niño Dios.
De Espacio Sagrado
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