Al final, la disputa sobre la ubicación precisa de Abyei en el Norte o en el Sur de Sudán y sobre los derechos del petróleo que hay en su subsuelo se ha pacíficamente en el tribunal internacional de mediación de La Haya con una buena pieza del pastel que se ha pasado al Norte, como si se tratara de un pequeño consuelo para que dejen de incordiar al Sur. Por el momento se habla de una situación donde ambas partes han salido ganando (la una, cediendo parte de los dos yacimientos más importantes, la otra no intentando reclamar todas las prospecciones petrolíferas) y por el momento se habla de satisfacción en ambos bandos, pero no nos engañemos: es solo una pausa casi publicitaria. Por el momento todo son sonrisas y parabienes, pero a la larga y con la perspectiva de las próximas elecciones y el espinoso referendum de autodeterminación de 2011, la paz y la solución permanente de este contencioso sigue estando en entredicho.
En Sudán pocas cosas se están preparando tan concienzudamente como la logística para poder volver a una situación de guerra: por un lado se sabe que el Sur ha adquirido un número indeterminado de tanques (¿posiblemente aquellos mismos tanques de procedencia ucraniana que estuvieron retenidos por piratas somalíes durante varias semanas en aguas del Índico?) mientras que el Norte ha recurrido al siempre ínclito y solícito aliado que nunca ha dejado de socorrer y apoyar a Sudán ni siquiera en sus más oscuros asuntos: China.
Sudán es el primer país del mundo que ha recibido de China unos nuevos misiles autopropulsados WS-2 de 406mm (como los de la foto) que pueden alcanzar hasta 200 Km y cuya munición incluye bombas de racimo cuyos efectos como se sabe son altamente devastadores. China dice que estas armas se entregaron antes del embargo de armas en vigor desde el 2005.
Por otro lado, también tanques chinos más modernos del tipo 96 (también llamados 88C) han hecho su puesta de largo en Sudán mientras que los 200 tanques que todavía tiene el país del más antiguo tipo 59 han sido remodelados por ingenieros chinos para que puedan seguir activos durante más tiempo.
Estos son simplemente algunos botones de muestra que muestran que, más allá de los abrazos y de las siempre útiles declaraciones de intenciones... la verdadera voluntad de las dos partes es que una ruptura de la paz – cada vez más posible – no les pille desprevenidos. Tal como está la cosa, el último periodo de guerra del 1983 al 2005 parecerá una inocente verbena de barrio en comparación con la que se armará cuando los generales reciban órdenes de utilizar los nuevos juguetitos proporcionados por naciones tan entrañablemente amigas y tan amantes de la paz, la armonía entre los pueblos y los derechos humanos.
JC Rodríguez
Blog En clave de África
RD
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