Centenares de jóvenes se sumaron a la tarea social que está coordinando la Iglesia de Concepción para apoyar a los miles de damnificados del terremoto que asoló la zona y que mantiene a toda la población en un clima de temor por las frecuentes réplicas.
El vicario de Pastoral, presbítero Pablo Leiva, convocó a los voluntarios de la Pastoral Universitaria y la Pastoral Juvenil para coordinar las tareas de apoyo a las familias afectadas, muchas de las cuales permanecen en carpas, en plazas y sitios a la intemperie luego de sufrir derrumbes y caída de sus viviendas.
El Pbro. Leiva indicó que a un primer llamado a través de radio Bío Bío, “la respuesta fue muy importante, porque llegaron más de 120 jóvenes. Son jóvenes que iniciaron de inmediato su servicio, acompañando y prestando ayuda en diversos trabajos voluntarios”.
Precisó que los jóvenes colaboran en tareas como el acopio de alimentos y la confección de bolsas y cajas familias; se conformó un grupo para apoyar los jardines infantiles de la JUNJI en las poblaciones más afectadas y modestas. Este grupo se reunió este viernes con el director regional del organismo público, Rubén Salazar, donde entregó instrucciones y agradeció su valioso apoyo.
En este mismo esquema, otro grupo de jóvenes colaboró en el traslado de los ancianos del Hogar Hermanitas de los Pobres de Concepción, que debió cerrarse definitivamente por las malas condiciones del inmueble. Los adultos mayores debieron ser derivados a establecimientos de Santiago y a Osorno.
El Hogar de Cristo solicitó el apoyo de voluntarios para trabajar en las tareas de acompañamiento y apoyo de sectores de Tomé y Dichato que fueron violentamente devastados por el tsunami de la madrugada del sábado pasado.Otros grupos de voluntarios fueron destinados a recorrer diversos sectores de Concepción que sufrieron la destrucción de viviendas. “La finalidad de ellos es llevar esperanza y animar la fe de la gente para descubran que Dios no los ha abandonado”, comentó el padre Pablo, agregando que este viernes se desplegaron 4 grupos en esta tarea, a la espera de incrementar su presencia con la incorporación de nuevos voluntarios. Los primeros grupos recorrieron calles como Bulnes, Las Heras, Rozas y Carrera que a lo largo de su extensión han caído numerosas casas y las personas viven en condiciones muy precarias, sin agua y sin servicios básicos.
El vicario de Pastoral añadió que junto a estos primeros 120 voluntarios juveniles se suman cientos de jóvenes de la Pastoral Juvenil der las parroquias, que ya están colaborando en las tareas de apoyo a los damnificados. “Son jóvenes organizados en las parroquias y que no han podido llegar a Concepción por dificultades de transporte y toque de queda. Ellos lo hacen directamente en sus sectores”, enfatizó.
El padre Pablo se mostró entusiasta por la respuesta de los jóvenes y el grado de compromiso que asumen. Con su presencia el sacerdote inició este trabajo de voluntariado con la celebración de una eucaristía en casa de Betania de Concepción. “Sabemos que el centro está en Cristo y queremos servir como Él”, manifestó, convocando nuevamente a los voluntarios para una reunión el lunes 8 de marzo, a las 14 horas y definir nuevas tareas.
Por otra parte, la secretaria ejecutiva de Pastoral Social del Arzobispado, Gabriela Gutiérrez dio cuenta del trabajo de coordinación de la ayuda que recoge la Iglesia. Este viernes llegó una importante partida proveniente de distintas ciudades, la que comenzó a ser seleccionada y distribuida a las parroquias de comunas más afectadas, especialmente del sector costero. “Hemos decidido que la ayuda que llegue a la Iglesia será distribuida rápidamente a las familias que hasta el momento no hayan recibido apoyo estatal. Para eso, se ha encargado a los párrocos organizar la entrega, previo un diagnóstico real de la situación de emergencia. Se trata básicamente de ayuda en alimentos no perecibles.
Fuente: Comunicaciones Concepción - Iglesia.cl
Concepción, 05/03/2010
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