Cuba; ¿el tiempo de la fe después de Fidel?

Diplomacia en marcha para prefigurar los escenarios del país en la época post castrista

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO

Después de Fidel, Jesús. Esperando los frutos de la visita de Benedicto XVI, el episcopado cubano (bajo la dirección de la diplomacia pontificia) está ocupadísimo en la preparación de la época “post Castro”, apostando por un programa de «fe y reconstrucción». En el Palacio Apostólico, de la acción diplomática y pastoral en la isla caribeña se encarga el arzobispo Giovanni Angelo Becciu en persona, sustituto para los asuntos de la Secretaría de Estado.

Todo ello en virtud de la experiencia y del conocimiento de la realidad cubana que pudo desarrollar monseñor Becciu durante el periodo en el que fue Nuncio Apostólico en La Habana. Una especie de “revival” del diálogo con el comunismo de la Santa Sede durante la larga estación de la Guerra Fría. La conferencia episcopal espera que la visita pastoral del Pontífice pueda «favorecer la paz y la reconciliación» en la isla del Caribe. Benedicto XVI podría encontrarse con el padre de la Rwevolución cubana, Fidel Castro, en ocasión de su viaje a Cuba a fines de marzo, aunque por el momento la cita no aparezca entre los eventos del programa oficial.

Según lo que declaró un responsable de la Iglesia cubana, un encuentro entre el Papa y Fidel Castro, «no está en el programa del Santo Padre, pero puede entrar en el ámbito de las probabilidades». Joseph Ratzinger estará del 26 al 28 de marzo en Cuba, la primera visita papal después de la que llevó a cabo Juan Pablo II en 1998, que había favorecido que se recuperaran las relaciones entre la Iglesia católica y el régimen comunista cubano. Benedicto XVI celebrará dos misas públicas, en Santiago de Cuba el 27 de marzo, y en La Habana el 28; se encontrará con el presidente Raúl Castro, que en 2006 sistituyó a su hermano en el poder, retirado del escenario político por motivos de salud. La Conferencia episcopal ha invitado a «todo el pueblo cubano» a que reciba «con afecto» y «entusiasmo» al Papa Benedicto XVI.

Dos religiosos cubanos, monseñor Emilio Aranguren (obispo de Holguín) y el obispo auxiliar de La Habana, Juan de Dios Hernández subrayaron la línea de la Iglesia cubana: «El país se está moviendo de forma diferente con respecto al pasado, y esto podría ser la señal de un camino hacia la democracia y un nuevo modo de gobernar».

Monseñor Hernández especificó a la agencia vaticana Fides que en Cuba existe un único partido político, pero que en un estado democrático se necesitan diferentes corrientes. Hace seis años no existía la posibilidad de expresar opiniones pluralmente, hoy, en cambio, sí, y se consideran incluso las observaciones que cada individuo hace o que expresan diferentes grupos. El episcopado cubano reconoce, pues, que están en marcha cambios importantes en el país, aunque se den lentamente. El obispo auxiliar de La Habana indicó las líneas guía de la acción pública de las jerarquías eclesiásticas en la isla: «Creo que en el futuro la Iglesia tendrá mayores posibilidades para estar presente en aquellos sectores que forman parte de la propia misión y allí en donde se requiere una presencia mayor».

La Iglesia Católica, de hecho, «no es un partido político, sino está al servicio de la gente». Los funcionarios gobernativos cubanos parecen haberse dado cuenta de que el valor espiritual de la Iglesia es muy importante para la gente, indicó monseñor Hernández. Hace poco, el presidente cubano Raúl Castro asistió a la inauguración del Seminario San Carlos y San Ambrosio, anttigua estructura que la Iglesia católica construyó en los años 50. Las relaciones entre el estado y la Iglesia, que en los años 60 denunció la expulsión de un centenar de sacerdotes de la isla, han mejorado en las últimas décadas. El presidente Raúl Castro asistió en 2008 a la beatificación de José Olallo en Camagüey. En mayo de 2010 comenzó un diálogo entre el obispo Ortega y Raúl para la liberación de los prisioneros políticos. En “Granma”, periódico oficial del Partido Comunista Cubano, la visita de Benedicto XVI fue anunciada con bombo y platillo, en primera página, como noticia principal.

Vatican Insider