Karim Wasfi es un chelista iraquí. Un músico de prestigio en su país. Ha sido director de la orquesta sinfónica nacional de Irak. Mansour es un distrito de la parte occidental de Bagdag, la capital de Irak, donde a comienzos de esta semana explosionó un coche-bomba que mató al menos a 10 personas e hirió a otras 27. A ese mismo lugar llegó ayer Karim Wasfi con suviolonchelo. Se sentó en una silla en medio de la zona devastada, desenfundó su chelo y empezó a tocar. “Quiero devolverle la belleza a una sociedad azotada por la violencia” –dijo Karim. “Está claro que no puedo protegerme de las bombas con mi violonchelo, pero puedo convencer a la gente de que vale la pena vivir la vida”.
Al-Yazira, la conocida cadena árabe de noticias y de televisión, fundada por el gobierno de Catar en 1996, conversó con Karim acerca de su actuación en el lugar mismo de la explosión. Reproducimos un extracto de esa conversación preparado por Araw-Araw, con el interés que siempre sentimos por lo que ocurre en nuestro continente de Asia.
Karim, ¿por qué esta idea de venir a tocar precisamente aquí?
Para alcanzar el equilibrio entre la fealdad, la locura y los grotescos actos de terror con los actos de belleza, creatividad y refinamiento. Y ojalá superarlos.
¿Quieres decir que tocar el violonchelo puede ser lo opuesto al acto de detonación de una bomba?
Sí, porque la música es creación de vida. No quiero que la muerte experimentada a diario se convierta en algo inevitable en mi país. Quiero hacer lo contrario. Cuando llegan la anormalidad y la locura, tengo la obligación de inspirar a la gente compartiendo la esperanza, la perseverancia y la preservación de la vida.
¿Cómo reaccionó la gente cuando comenzaste a tocar?
La gente se sintió encantada. Gritaban, aplaudían, incluso los soldados que custodiaban el lugar. La gente se abrazaba, se besaba, se sentían todos con vida, se sentían humanos.
¿Qué te decían?
“Que Dios te bendiga. Ojalá nuestros políticos nos abrazaran también con el arte y la belleza”. En la noche la gente empezó a encender velas y a poner flores. Y yo seguí tocando. Fue un acto de civilidad.
¿No sientes temor de que algún grupo te amenace y te haga daño?
No me siento amenazado. Más bien yo estoy siendo una “amenaza” para aquellos de mente cerrada, porque estoy desafiando al terror. Si algunos no aceptan la música y lo que quieren es escuchar tan solo el ruido grandilocuente de las bombas, puedo tratar de imitar el ruido de esas bombas con mi chelo, o con la orquesta, pero sin matar a nadie.
Alguna gente dice que en tiempos de guerra la música y la cultura sobran…
Es un argumento falso, mentiroso. La música y el arte son tan necesarios como el alimento, el agua y el oxígeno. Tan básico como eso.
¿Por qué afirmas eso?
Porque el arte refina y cultiva. Inspira a la gente. Te da las posibilidades de ser más creativo y a la vez más disciplinado. Tiene un impacto positivo sobre la psicología de la humanidad. Puedes pensar de una manera más clara y mejor. Puedes respirar incluso de una mejor manera. ¿La música? Es un idioma internacional.
Tu presentación ha dado la vuelta al mundo en las redes sociales…
Me alegro de eso. Así el mensaje llega a más gente y en primer lugar a mi pueblo iraquí. Hay que llevar adelante con urgencia una iniciativa global contra la locura. Una iniciativa global, sí. Contra toda esta locura de terror y de muerte. Tenemos que devolverle la belleza a una sociedad azotada por la violencia. Es urgente.
Araw-Araw
SS.CC. FILIPINAS
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