En la homilía de la Misa en Santa Marta, Francisco subrayó: «En donde hay maternidad y vida hay vida, hay alegría, se crece en paz. Cuando falta esta maternidad, solo queda la rigidez, esa disciplina, y no se sabe sonreír»
ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANOSi la Iglesia no sabe ser madre, se convierte en una asociación «rígida», y acaba por quedarse «huérfana». Lo dijo Papa Francisco en la homilía de la Misa matutina en la Capilla de la Casa Santa Marta, concelebrada también hoy con los cardenales que lo ayudan en la reforma de la Curia, según indicó la Radio Vaticana.
Francisco reflexionó sobre las palabras que dirige Jesús al discípulo Juan desde la Cruz y frente a María: «He aquí tu Madre». «No se puede pensar en María sin pensarla madre -explicó-, y su maternidad se extiende en la figura de ese nuevo hijo, se extiende a toda la Iglesia y a toda la humanidad».
«En este tiempo en el que hay un gran sentido en el mundo de ‘orfandad’, un mundo huérfano; esta palabra tiene una importancia grande, la importancia que Jesús nos dice: ‘No los dejo huérfanos, les doy una madre’. E este es también nuestro orgullo, tenemos una madre, una madre que está con nosotros, que nos protege, que nos acompaña, que nos ayuda, incluso en los tiempos difíciles, en los momentos feos»
Los monjes rusos, continuó, dicen que «en los momentos de las turbulencias espirituales debemos ir bajo el manto de la Santa Madre de Dios», y así la madre «nos acoge y nos protege, y nos cuida». Y esta la maternidad de María «podemos decir que va más allá de ella, es contagiosa». De la maternidad de María proviene una segunda maternidad, «la maternidad de la Iglesia».
«La Iglesia es madre. Es nuestra ‘Santa Madre Iglesia’, que nos genera en el Bautismo, nos hace crecer en su comunidad y tiene esas actitudes de maternidad, la mansedumbre, la bondad: la Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus hijos, dan ternura. Pensar a la Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación sin calor humano, huérfana».
«La Iglesia es madre -continuó- y nos recibe a todos nosotros como madre: María madre, la Iglesia madre», una maternidad que «se expresa en las actitudes de humildad, de acogida, de comprensión, de bondad, de perdón y de ternura». Y en donde hay maternidad hay vida, insistió, «hay alegría, hay paz, se crece en paz. Cuando falta esta maternidad, solo queda la rigidez, esa disciplina, y no se sabe sonreír. Una de las cosas más bellas y humanas es sonreírle a un niño y hacer que sonría».
Que la Iglesia sea madre y no una asociación rígida, pidió el Papa
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(RV).- “La Iglesia es madre”, no “una asociación rígida” que, al final, se vuelve “huérfana”. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, en la que, al igual que ayer, también participaron los nueve Cardenales consejeros, quienes hasta mañana mantienen reuniones con el Santo Padre.
En su homilía el Pontífice subrayó que, al igual que la Virgen María, la Iglesia debe tener esa “maternidad” que se expresa en las actitudes de humildad, bondad, perdón y ternura.
“Hijo, he aquí a tu Madre”. El Papa Francisco desarrolló su homilía a partir de la palabra extraordinaria que Jesús dirige desde la Cruz “al discípulo que Él amaba y a María”. En efecto, al comentar el Evangelio del día, el Santo Padre subrayó que “no se puede pensar en María sin pensar en ella como madre”.
Jesús no nos deja huérfanos, tenemos una Madre que nos protege
Al mismo tiempo – prosiguió diciendo el Papa Bergoglio – “su maternidad se ensancha en la figura de aquel nuevo hijo, se ensancha a toda la Iglesia y a toda la humanidad”:
“En este tiempo en el que, no sé si es el sentido principal, pero en el que hay un gran sentido en el mundo de orfandad, (es) un mundo huérfano, esta Palabra tiene gran importancia, la importancia de que Jesús nos dice: ‘No los dejo huérfanos, les doy una madre’. Y esto también es nuestro orgullo: tenemos una madre, una madre que está con nosotros, nos protege, que nos acompaña, que nos ayuda, también en los tiempos difíciles, en los momentos feos”.
Que la Iglesia sea madre tierna y no una asociación sin calor humano
Los monjes rusos – recordó el Santo Padre – dicen que “en los momentos de las turbulencias espirituales debemos ir debajo del manto de la Santa Madre de Dios” y de este modo, la madre “nos acoge y nos protege y cuida de nosotros”. Pero “esta maternidad de María – prosiguió afirmando el Papa – podemos decir que va más allá de Ella, es contagiosa”. De la maternidad de María, viene una segunda maternidad, la “maternidad de la Iglesia”:
“La Iglesia es madre. Es nuestra ‘santa madre Iglesia, la que nos genera en el Bautismo, nos hace crecer en su comunidad y tiene esas actitudes de maternidad, mansedumbre, bondad: la Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus hijos, dan ternura. Pensar en la Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación sin calor humano, huérfana”.
Sin maternidad, queda sólo rigidez y disciplina
“La Iglesia es madre y nos recibe a todos nosotros como madre: María madre, la Iglesia madre”, una maternidad que “se expresa en las actitudes de humildad, de acogida, de comprensión, de bondad, de perdón y de ternura”:
“Y donde hay maternidad y vida, hay vida, hay alegría, hay paz, se crece en paz. Cuando falta esta maternidad sólo queda la rigidez, aquella disciplina, y no se sabe sonreír. Una de las cosas más bellas y humanas es sonreír a un niño y hacerlo sonreír”.
“Que el Señor – concluyó el Papa Francisco su homilía – nos haga sentir también hoy cuando Él otra vez se ofrece al Padre por nosotros: ‘Hijo, ¡he aquí a tu madre!’”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
Papa en Santa Marta: La Iglesia tiene que ser madre, no una asociación sin calor humano
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco invitó a que la maternidad de la Virgen María se extienda a la Iglesia. Por eso, dijo que tiene que ser una madre, no una asociación rígida sin calor humano.
FRANCISCO
"La Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus hijos, dan ternura. Pensar en la Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación sin calor humano, huérfana”.
Añadió que esta maternidad de la Iglesia se manifiesta en actitudes de humildad, bondad, perdón y ternura.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente, Radio Vaticana)
"'Hijo, he aquí a tu Madre'. No se puede pensar en María sin pensar en ella como madre. En este tiempo en el que, no sé si es el sentido principal, pero en el que hay un gran sentido en el mundo de orfandad, (es) un mundo huérfano, esta Palabra tiene gran importancia, la importancia de que Jesús nos dice: ‘No los dejo huérfanos, les doy una madre’. Y esto también es nuestro orgullo: tenemos una madre, una madre que está con nosotros, nos protege, que nos acompaña, que nos ayuda, también en los tiempos difíciles, en los momentos feos. La Iglesia es madre. Es nuestra ‘santa madre Iglesia, la que nos genera en el Bautismo, nos hace crecer en su comunidad y tiene esas actitudes de maternidad, mansedumbre, bondad: la Madre María y la madre Iglesia saben acariciar a sus hijos, dan ternura. Pensar en la Iglesia sin esta maternidad es pensar en una asociación rígida, una asociación sin calor humano, huérfana. Y donde hay maternidad y vida, hay vida, hay alegría, hay paz, se crece en paz.
Cuando falta esta maternidad sólo queda la rigidez, aquella disciplina, y no se sabe sonreír. Una de las cosas más bellas y humanas es sonreír a un niño y hacerlo sonreír. Que el Señor nos haga sentir también hoy cuando Él otra vez se ofrece al Padre por nosotros: ‘Hijo, ¡he aquí a tu madre!’”.
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