Saturday, September 19, 2015

TEDEUM 2015 en Santiago. Ver homilía, reacciones y comentarios de Juan Carlos Cruz, Marco A Velásquez y Paul Buchet


El cardenal Ezzati pidió "perdón a quienes pueden haberse sentido ofendidos"

"En estos días, me he sentido expuesto a una crítica descalificadora"


Critica el clima social en el que "se endurece el lenguaje y se cultiva la descalificación"


(Marco A. Velásquez, Santiago de Chile).- En un ambiente expectante, luego de conocerse los bochornosos correos de los cardenales Errázuriz y Ezzati, este último presidió el tradicional Te Deum en la catedral de Santiago, en circunstancias que muchos actores políticos y sociales se marginaron del acto, en señal de rechazo al arzobispo Ezzati.
El cardenal comenzó haciendo una crítica pública por el ambiente de corrupción y falta de seguridad, que habrían creado "un clima agresivo y violento", donde indicó "se endurece el lenguaje y se cultiva la descalificación". Consistente con ello manifestó que "en estos días, he sentido personalmente lo que este ambiente produce. Me he sentido expuesto a una crítica descalificadora, como la que muchos de los aquí presentes han experimentado".
De esa manera conseguía circunscribir la abundante crítica recibida en los últimos días dentro de ese clima de endurecimiento del lenguaje y descalificación y, sin mencionarlo, comprometía de paso a la presidenta de la República en una suerte de descalificación similar de la que ha sido objeto.
Luego hizo el gesto esperado de reconocimiento de culpa, al señalar que "me valgo de la oportunidad para pedir perdón a quienes pueden haberse sentido ofendidos", esto en el contexto implícito de los correos intercambiados con el cardenal Errázuriz.
Sin embargo, el gesto perdió fuerza moral porque al situarlo condicionalmente lo relativizó y lo hizo ambiguo, además porque al contextualizarlo en el clima de desconfianza que reina en el país, dejó planteada la ofensa como una posibilidad interpretativa.
Más efectivo fue su mensaje respecto de que "están abiertas las puertas para restablecer las confianzas, limar las asperezas y ponernos en camino para superar el dolor y construir esperanza"; una invitación de la que cabe esperar, no sólo gestos, sino actos concretos.

Rehabilitado moralmente al pedir perdón, predicó acerca de la situación nacional, describiéndola como una "crisis de esperanza y solidaridad", tema en el que dio pistas para "ejercer mejor nuestras responsabilidades" públicas. Para ello, se situó en el contexto del Evangelio que relata la Parábola del buen samaritano (Lc 10, 25-37).
Para graficar la gravedad del momento político en Chile, recordó dos grandes crisis sociales e institucionales del país (de 1891 y 1973). Como camino de superación propusorestablecer la armonía de las relaciones con Dios, con el prójimo y con la tierra, planteando que existe una crisis de valores y de sentido como consecuencia de la ruptura de esa armonía. En ese contexto puso como ejemplo de esperanza la bendición de la vida en gestación, en un momento en que la Cámara de Diputados pretende aprobar la despenalización del aborto bajo las causales riesgo de vida de la madre, violación e inviabilidad del feto.
Señaló que "no hay esperanza sin solidaridad", para lo cual recordó el testimonio de la antigua Vicaría de la Solidaridad, que jugó un rol destacado en la defensa de los Derechos Humanos. Llamó a cultivar como actitudes sociales las del buen samaritano: ver, conmoverse, servir e incluir. Insistiendo en esta línea recordó una pregunta que se hicieron los políticos con motivo del Acuerdo Nacional hace 30 años, "¿A qué está usted dispuesto a renunciar, o a poner en un segundo o tercer lugar, para obtener lo deseado?"
Luego concluyó señalando tres desafíos que son necesarios para afrontar como sociedad: cuidar la creación y la vida; crecer en humanidad y recuperar la confianza, destacando que "¡Es hora de recuperar la dignidad de la política y de volver a practicar la amistad cívica!"
En resumen, una buena homilía con una deficiente pedagogía del perdón.
RD

Juan Carlos Cruz y mea culpa de Ezzati: "Los perdones son con nombre y apellido"




La Iglesia no es una institución


Lo que hay que reprochar a los cardenales -Errázuriz y Ezzati- no son sus palabras ligeras y distorsionadas....(Paul Buchet).

Con este título no se pretende otra cosa que recordar que la intención de Cristo no ha sido de crear por todos los siglos una “institución” como la vaticana con sus cardenales.
La intención de Cristo es de congregar a los que creen Él, de convocarlos a la unidad. Esta unidad es uno de los principios elementales de la Caridad, el mandamiento de amar a Dios y amar al prójimo en un mismo sentir: Dios Padre de todos los hombres que nos hace fundamentalmente hermanos.
En las declaraciones del cardenal Ricardo Ezzati últimamente se percibe como una confusión al respecto. La autoridad institucional, no es de por sí la autoridad de Cristo. Aún es triste ver como los encuentros institucionales como la del “Te Deum” finjan unas falsas unidades políticas y religiosas.
Las encuestas recientes informan de la poca credibilidad del público -creyente o no- en las instituciones y en sus representantes. Lo que preocupa es que las críticas fácilmente hacen olvidar los deseos profundos de cohesión nacional y de comunión cristiana que nuestro mundo complicado necesita.
Cristo reunió un grupo de doce apóstoles. Un cifra que tiene su importancia porque, cuando llegó a faltar uno, los apóstoles buscaron remplazarlo. Esta cifra es simbólica es cifra de las doce tribus de Israel dispersas después de la ruina de Jerusalén en el año 70. Era la prefiguración de un nuevo pueblo de Dios invitado a cohesionarse por ese grupo de apóstoles, ellos que “comieron con Él después de su resurrección”. Los cristianos mantuvieron luego un vínculo histórico con Cristo a través de una relación precisa  con los apóstoles y los que los remplazaron cuando … el fin del mundo tardaba en llegar.
De allí que se llegó a reverenciar al sucesor de Pedro y a la Iglesia de Roma (centro del mundo a la época) como centro para la cristiandad. La Historia puede contar como las cosas fueron armándose humanamente después y como los vaticanistas de todos los tiempos se las ingeniaron para conservar unas cuantas hectáreas en Roma para darse el derecho como Estado de influir autoritariamente en todos los países con los nombramientos de los obispos.
Es, así, cómo se logra “autoridad” y es, así,… como se pierden las intenciones fundamentales de Cristo: “Que sean uno”. Porque este centralismo costó a la Cristiandad unas divisiones dramáticas!!
Lo que hay que reprochar a los cardenales Errázuriz y Ezzati no son sus palabras ligeras y distorsionadas, son sus palabras de división, de intolerancia, de superficialidad y palabras institucionales.
Se esperaría de los jerarcas de la Iglesia unas palabras de fe en Dios (no en los hombres que son), palabras de respeto, palabras de diálogo, palabras que surgen de ese deseo de caridad y de unidad entre cristianos.
                      “Las ovejas le siguen , porque conocen su voz” Juan 20
Paul Buchet

Reflexión y Liberación


Te Deum 2015: Construir una convivencia con esperanza y solidaridad


Con este llamado el cardenal Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, presidió la tradicional Acción de Gracias por la patria este 18 de septiembre en la Catedral Metropolitana. Durante el oficio se oró especialmente por las personas fallecidas o damnificadas en el reciente terremoto que azotó al centro norte del país. 

Leer homilía completa, aquí

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