La victoria de la cultura del encuentro por Fray José R. Reyes OP

Primer discurso del Papa en La Habana

"Propone la economía de la Encarnación, el Evangelio viviente"

(Fray José R. Reyes OP).- Finalmente el Papa Francisco llegó a tierras cubanas. A pesar de la atmósfera política que rodea a este doble viaje Cuba-Estados Unidos, las palabras del Santo Padre en su discurso de bienvenida no fueron políticas sino humanas. Se pueden hacer muchas interpretaciones de sus palabras en este contexto, pero el único contexto para entender adecuadamente las palabras del Papa es el evangélico.

Y prueba de ello fue que cuando se refirió al proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos lo calificaba como "una victoria de la cultura del encuentro." Una vez más los labios del Papa se abrieron para llamar a la conciencias personales, sociales, políticas e internacionales a resolver los problemas no con la violencia, la agresividad, las armas y las guerras sino con el diálogo que busca el encuentro con el otro.

No el diálogo que busca la victoria de argumentos poderosos sino el diálogo que busca el encuentro. Una vez más la economía de la Encarnación (el Evangelio viviente) es propuesta por el Papa como camino de búsqueda de soluciones de no sólo problemas personales o familiares sino de problemas políticos e internacionales. Una vez más el Papa propone los valores evangélicos como los únicos valores capaces de llevar al ser humano, a este mundo y a esta historia a su plenitud.

No se trata, por tanto, de la Victoria de una dinastía o grupo sobre otro, de los vencedores y los vencidos, de los poderosos sobre los débiles, de los ricos sobre los pobres, del capitalismo contra el comunismo... Sino que se alcanza la victoria cuando el diálogo triunfa como instrumento de encuentro entre los seres humanos. La victoria no pertenece a las ideas que imponen los vencedores sino al diálogo sobre la vida, que busca el encuentro junto con el otro.

Y esto lo llama el Papa a renglón seguido: Reconciliación. Cuba está llamada a ofrecerse al mundo como faro de reconciliación. El verdadero encuentro conlleva implícito la reconciliación, el estrechar lazos, el construir puentes, el sanar heridas... No hay reconciliación sin encuentro; no hay encuentro sin reconciliación. Este es el primer mensaje del Misionero de la Misericordia en Patria de Martí.

RD