Wednesday, September 09, 2015

The Washington Post denuncia la "reacción conservadora que se está gestando en el Vaticano" contra Francisco


Los sectores ultraortodoxos ponen trabas a las reformas planteadas por el Papa


Los conservadores no apuntan directamente a él, sino a la "confusión" por "la enseñanza moral católica"


En el mes de la primera visita del papa Francisco a Estados Unidos, el diario The Washington Post dedica su apertura a echar luz sobre "la reacción conservadoraque se está gestando en el Vaticano" contra la apertura del Santo Padre.
En un extenso artículo, acompañado por otra nota en la cual enumera las "siete declaraciones más notables del Papa", el periodista Anthony Faiola recuerda las palabras del cardenal de WisconsinRaymond Burke, histórico crítico del papa Francisco y que por eso ha sido relegado de la cúpula del Vaticano.
"Hay que estar muy atentos con respecto al poder del Papa", había dicho Burke a un medio francés, y subrayó que ese poder "no es absoluto". "El Papa no tiene el poder de cambiar la enseñanza o la doctrina", había remarcado el cardenal conservador, que prometió "resistir" los cambios liberales del pontífice argentino.
En ese sentido, el periodista describe que "está emergiendo rápidamente una guerra cultural sobre el papado de Francisco y la poderosa jerarquía que gobierna la Iglesia Católica Romana" en vísperas del viaje a Cuba y Estados Unidos, "en un momento en que sus aliados progresistas lo aclaman como un revolucionario", en referencia al perdón al aborto y el llamado a los católicos en Europa a recibir a refugiados.
"Sin embargo, mientras cambia drásticamente la convención de la iglesia, Francisco también está lidiando con una reacción conservadora contra el impulso liberal dentro de la Iglesia", dice el artículo.
"En más de una docena de entrevistas, incluyendo a siete funcionarios de alto nivel dentro de la Iglesia, los insiders dicen que el cambio ha dejado a la jerarquía más polarizada que nunca respecto de la dirección de la Iglesia desde los grandes reformistas papales de la década de 1960", menciona Faiola.
"La rebelión conservadora está adquiriendo muchas formas -en los comentarios públicos, sí, pero también en la creciente popularidad de los sitios web católicos conservadores que promueven la disidencia contra Francisco; libros y material promocionales respaldadas por clérigos conservadores que tratan de contrarrestar la tendencia liberal; y filtraciones a los medios de comunicación, dirigido a los reformistas del Vaticano", enumera el texto sobre las distintas aristas de la resistencia contra las reformas dentro de la Iglesia.
Además, el artículo menciona que para los "reformistas liberales", la resistencia de los conservadores "está complicando los esfuerzos para traducir el estilo transformador del Papa en cambios tangibles" y subraya la "sutileza" del Papa al "apoyar a los líderes de iglesias liberales que están presionando para un cambio radical, mientras abre drásticamente los parámetros del debate sobre cuán lejos pueden llegar las reformas".
"Los conservadores replican que en un clima de aumento de pensamiento liberal, han sido empujados injustamente a una posición en la que «la defensa de las verdaderas enseñanzas de la iglesia te hace ver como un enemigo del Papa»", continúa el texto, al citar a un "alto funcionario del Vaticano con la condición de guardar el anonimato con el fin de hablar con libertad".
"Tenemos un problema grave en este momento, una situación muy alarmante, donde sacerdotes y obispos católicos están diciendo y haciendo cosas que están en contra de lo que enseña la Iglesia, hablando de uniones del mismo sexo, acerca de la comunión para aquellos que están viviendo en adulterio", dijo ese funcionario. "Y sin embargo, el Papa no hace nada para silenciarlos. Así que la conclusión es que esto es lo que quiere el Papa", cuestiona.
El artículo también recuerda los cuestionamientos del obispo Thomas Tobin de Providence, Rhode Island, al Papa en una carta abierta a su diócesis: "Al tratar de satisfacer las necesidades de la época, como Francisco sugiere, la Iglesia corre el riesgo de peligro de perder su valiente voz, contracultural, profética, una que el mundo necesita oír".
El periodista también menciona del término "confusión" de la "enseñanza moral católica", que utilizaron, por ejemplo, 500 sacerdores en Gran Bretaña este año, tras una conferencia sobre la familia, en víspera del Sínodo de este año, que muchos observadores predicen que terminará con "otra pelea teológica".
Faiola destaca que en general, los conservadores no apuntan directamente al Papaya que "esto sigue siendo la Iglesia Católica, donde el respeto jerárquico es tan tradicional como cualquier otra cosa". "En lugar de apuntar al Papa, obispos y cardenales conservadores más a menudo ponen la mira en sus compañeros liberales. Incluyen el cardenal alemán Walter Kasper, quien ha sugerido que se ha convertido en un objetivo sustituto de los miembros del clero que no son lo suficientemente valientes como para criticar al Papa directamente", da como ejemplo.
Hacia el final del texto, el periodista cita al arzobispo de Chicago, Blase J. Cupich, cercano al Papa, quien afirma que el Papa en realidad quiere abrir el debate. "Creo que la gente está hablando libremente porque se sienten fuertes y pasionales respecto de su posición, y no creo que el Santo Padre lo vea como un ataque personal contra él. El Santo Padre ha abierto la posibilidad de que estas cosas se discutan abiertamente; él no ha predeterminado a dónde va a terminar esto", dice el religioso.

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