A 50 años de Populorum Progressio, la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado organizó un seminario que abordó diversas problemáticas sociales.
El rol del Estado, la descentralización como forma de promover la equidad entre las regiones del país y las nuevas maneras de abordar el papel de los pueblos originarios en la sociedad fueron los temas abordados en el seminario Conversaciones para construir justicia y paz. En la presentación de esta iniciativa convocada por la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado chileno, su presidente, Sergio Torres Pinto, hizo referencia a la Carta Pastoral Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile de 2012 que sirvió de punto de partida para el estudio de los temas que ahora se confrontan con decenas de participantes de otras organizaciones.
Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago y Secretario General de la Conferencia Episcopal, expresó: “la Iglesia está llamada a promover y defender el derecho a una vida plena, en coherencia con el Evangelio, como parte de su misión e identidad propias”. Y agregó: “Chile necesita encontrarse, necesita dialogar. Esa es la invitación de hoy, que este espacio sea un momento de encuentros múltiples que nos permitan proponer caminos nuevos”.
Participación social
Los temas fueron abordados en comisiones paralelas que contaron con documentos de trabajo específicos. En el tema indígena, por ejemplo, su documento afirma que “la militarización del conflicto no ha sido solución a la contienda de sectores mapuche significativos con el Estado chileno, grandes agricultores y empresas forestales”. En cuanto a la descentralización el documento de trabajo se construyó en base a “valorizar la diversidad y permitir políticas desde las comunidades” que fomenten su participación.
Mario Rivas, director del Departamento de Acción Social del obispado de Temuco, destacó la importancia del tema indígena considerando la gran diversidad de puntos de vista que hay en su región donde “es necesario crear estos espacios de diálogo”, señaló. “No asimétricos, sino con más equidad. Hay una enorme diversidad de participantes: mapuche, colonos, mestizos, parceleros de la reforma agraria, cuarta o quinta generación de inmigrantes. Existe el peligro de que, por quitar una injusticia, generemos otra”, concluyó.
El Seminario se realizó en el marco de la celebración del Día de las Encíclicas Sociales y de los 50 años de la Populorum Progressio de Pablo VI. Para Lorenzo Figueroa, director ejecutivo del Área de Pastoral Social Caritas de la Conferencia Episcopal de Chile, “hay temas más visibles como la pobreza, la participación, la inmigración; pero hay temas estructurales como el rol del Estado, la gran centralización que tenemos en Chile, con efectos en otros fenómenos. Queremos mirarlos en particularidades de la perspectiva de la participación: un Estado que reconozca más el rol de los ciudadanos y con una estructura administrativa que reconozca más el valor de las comunidades y los territorios. Este es un camino de cambio, de transformación de estas problemáticas sociales: la indígena, la migrante, la pobreza, el empleo. Queremos ir a las estructuras por un camino del diálogo en la diversidad”, concluyó Figueroa.
El trabajo de los tres grupos acotó los temas propuestos: el rol del Estado se precisó en cuanto a la subsidiariedad, la solidaridad y la sustentabilidad; el tema indígena se orientó desde atreverse por la paz propiciando negociar sin miedo por una región mapuche plurinacional; y a la descentralización se le señaló que sea apropiada para Chile empoderando comunidades, superando inequidades y mejorando servicios. Con estos contenidos cada mesa de trabajo entregó en el plenario final una síntesis de sus reflexiones.
Roberto Urbina Avendaño
Vida Nueva
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