Friday, May 19, 2017

Escuchando y reflexionando sobre el Evangelio del día de hoy


La Palabra de Dios

Juan 15:12-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros."

Palabra del Señor


Escuchando La Palabra


Lee este texto lentamente, varias veces, y percibe si alguna palabra, o frase, se destaca de las demás, y quédate con ella por el tiempo que quieras, antes de seguir leyendo.
Este ejercicio es como probar un dulce. No trates de analizar la frase, tal como no se debe mascar un dulce para que dure más, o que tampoco examinarías en qué consiste el dulce antes de probarlo.
A menudo una frase atraerá la atención de nuestro subconsciente, antes de nuestra mente consciente se dé cuenta de la razón de esa atracción. Por eso es bueno quedar meditando esa frase lo más posible, sin tratar de analizarla.
Pueden aparecer muchas distracciones en mi mente; pero algunos pensamientos, lejos de ser distracciones, pueden convertirse en la sustancia de mi oración. Es como si la frase de la Escritura fuera una linterna, que ilumina la corriente de mis pensamientos, memorias, reflexiones, sueños, esperanzas, ambiciones y temores, y mi oración llega a ser una mezcla de la Palabra y de mis pensamientos y sensaciones profundas.

Reflexiones sobre la lectura de hoy


  • Un signo de amor es que nosotros compartimos todo con el ser amado. Jesús no retiene nada a las espaldas de sus discípulos; Él comparte con ellos todo, incluso sus secretos más íntimos, que le fueron revelados a él por su Padre, y por tanto les entregó la dignidad y el privilegio de ser sus amigos. El incluso daría su vida por el bienestar de ellos.
  • Hoy Jesús todavía nos invita a una amistad con Él – Él quiere revelarnos incluso más cosas que el Padre le ha revelado a Él.
  • Imagina a Jesús preguntándote repetidamente: “Estarías tú dispuesto a dejarme ser tu amigo”, y observa tu respuesta.

Conversación

Siento que reacciono en alguna forma al orar con la Palabra de Dios? Me siento desafiada(o), confortada(o), enojada(o)?

Imagino a Jesús sentado o de pie, a mi lado; le hablo sobre mis sentimientos, como al mejor de los amigos.


Conclusión


Gloria al Padre y al Hijo y al Espiritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.

Amen
Espacio Sagrado

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