Tuesday, December 04, 2007

Un momento para la oración


Mateo 15, 29-37
En aquel tiempo, Jesús, bordeando el lago de Galilea, subió al monte donde se sentó. Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino." Los discípulos le preguntaron: "¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente?" Jesús les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete y unos pocos peces." Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Encuentro aquí detalles que me tocan, Señor.
Sentiste compasión, la que comprende un significado profundo.
Fué más que un sentir cariñoso: significó que Tú hiciste algo al respecto.
Aléjame de sentimientos y guíame a acciones efectivas.
No bajaste alimento del cielo, como un mago; comenzaste con lo que los apóstoles tenían a mano: siete panes y unos pocos pescados.
Enséñame, Señor, a emplear todo lo que se me dá.
De Espacio Sagrado

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