Diácono de Benín
(Vicente L. García) Parakou es la tercera ciudad más importante de Benín, un país subsahariano en el que se da una convivencia interreligiosa que Herman Bagara, de 31 años, vive en carne propia: su padre es católico y su madre musulmana. Y todo ello, en una tierra en la que predomina el animismo.
El proceso vocacional de este recién ordenado diácono se desencadena a raíz de la decisión de su padre de que acudiera al Seminario para tener una buena formación académica que le preparara para ser médico militar. Pero la opción por el sacerdocio la tomó en el marco de una experiencia pastoral en un centro de acogida en Parakou: “Descubrí que no necesitamos mucho para salvar una vida, un pequeño gesto de cariño, una escucha… Es muy triste observar cómo en la vida, por lo general, nos oímos, pero no nos escuchamos. Por otro lado, allí también ví cómo a veces las personas necesitan gente que no sea de su familia para poder revivir”.
La presencia de misioneros salesianos en Benín y los lazos con José Vilaplana (entonces obispo de Santander), facilitaron que el arzobispo de Parakou tramitase el traslado de Herman al Seminario cántabro de Corvan para terminar su formación en julio de 2007.
Al comparar la forma de experimentar y expresar la fe entre los africanos y los europeos, Herman repara en las celebraciones: “La Eucaristía es una fiesta, no es un Viernes Santo. Pero las celebraciones parecen más meditaciones sobre el sepulcro de alguien que no ha resucitado todavía, ¡y no! ¡Ha resucitado!”. Y añade: “Mejor tener una celebración eucarística alegre y desordenada que tener una celebración bien ordenada y triste”.
El pasado 11 de abril, Herman fue ordenado diácono. Fue Vicente Jiménez Zamora, el actual obispo de Santander, quien le tomó juramento de fidelidad, pero no sobre su persona como obispo, sino al arzobispo de Parakou. En verano espera ser ordenado allí y poder ponerse a disposición de su pastor, y al servicio de sus paisanos.
Vida Nueva
No comments:
Post a Comment