¿Cuántas personas se han sentido desvalidas, y quizás un poco abandonadas por Dios? ¿Cuántas veces, en el nombre de Dios, unos hombres han pisoteado a otros? ¿Cuántas leyes humanas han querido legitimarse desde Su Santa voluntad?
Y cuántas veces, bajo el paraguas de una justicia injusta, se hiere al hombre y se niega al Evangelio. Así que aquí estamos, nosotros, preguntándonos, una vez más, Señor, qué es justo y qué no lo es; qué quieres para este mundo, y para sus gentes; cómo debemos vivir, y qué importancia tiene vivir de una forma u otra… Y posiblemente todo cambiará el día que comprendamos cuál es tu justicia.
pastoralsj
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