Tuesday, January 03, 2012

Murió el Cura villero José María "Pichi" Meisegeier



Sacerdote jesuita, luchador incansable, fue miembro del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo y testimonio de opción por los pobres en momentos de fuerte adversidad para los sectores populares. Fue compañero del Padre Carlos Mugica con quien trabajó en la Villa 31 de Retiro en Capital Federal. El Padre “Pichi” fue quien sucedió a Mugica luego de su asesinato y continuó su tarea pastoral al frente de la parroquia de la Villa.

El cura villero José "Pichi" Meisegeier, quien remplazó al sacerdote Carlos Mugica en la Villa de Retiro hasta 1980, cuando durante la última dictadura militar fue trasladado a otro destino, murió hoy, a los 75 años, por una septicemia, informó la curia provincial de la Orden de los Jesuitas.

"Siempre estuvo con nosotros los pobres, siempre", dijo a Télam Zulma Moreti, una vecina de la Villa 31 en un intento por definir quién era para ella el padre Pichi.

De origen alemán, el cura de la congregación de los jesuitas, optó por dedicarse a los pobres, lo que lo llevó a trabajar en la capilla de Saldías (un sector de la villa), y más tarde, tras el asesinato de Mugica el 11 de mayo de 1974, a remplazarlo en la iglesia Cristo Obrero, de la misma villa.

Para Pichi, "el trabajo pastoral consistía en unir a los vecinos detrás de causas nobles y justas, como la defensa de los derechos humanos, y entre esos derechos, el de la vivienda", explicó la mujer de 49 años, que estuvo con él ayer pocas horas antes de morir.

Otra vecina, Amalia Aima, delegada de manzana, y representante de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) en la Villa 31, coincidió en definir al cura como un defensor de la vida.

"En plena dictadura ayudó a los vecinos que eran echados violentamente de esta villa. Más tarde, los ayudó a integrar cooperativas en localidades del conurbano como Derqui, San Miguel, José C. Paz, adonde habían sido arrojados, sin ningún tipo de asistencia. En estos últimos años colaboró con nosotros en la urbanización de algunas manzanas de la 31", contó la delegada.

Su preocupación junto a otros curas del movimiento villero fue la creación de cooperativas, como Copacabana, una organización autogestiva que logró que muchas familias consiguieran tener una vivienda por sus propios medios, explicó la vecina de la villa 31.

"Era muy sincero con nosotros, siempre venía con la verdad aunque fuera dolorosa", aseguró Aima al recordar la relación que el sacerdote mantenía hasta hace poco cuando se reunía con vecinos de la 31, y estudiantes de la universidad dedicados a la difícil tarea de urbanizar el enorme asentamiento de Retiro.

La mujer contó que "el último día que vino a la reunión lo acompañamos a tomarse un taxi. Ya no podía, tras la operación de cadera que tuvo, subir al colectivo para volver a su casa".

"Lo que puedo decir es que lo voy a extrañar, nos trataba de unir siempre y nos hablaba con un respeto...", dijo Aima entre sollozos.

El sacerdote murió hoy a las 8.30 en el Sanatorio San José del barrio porteño de Palermo. Sus restos son velados hasta las 22 en la Casa de Nazaret, en Carlos Calvo 3121, a pasos de la Iglesia Santa Cruz, y la inhumación tendrá lugar en el Colegio Máximo, ubicado en la localidad bonaerense de San Miguel, después del mediodía.

Fuente: http://noticias.terra.com.ar/





DOLOR POR LA MUERTE DEL PADRE PICHI

Por Roly Villani
José Meisegeier murió y sus restos fueron inhumados en el Colegio Máximo, de San Miguel. Siempre ligado a los humildes, trabajó en la capilla de Saldías, en Retiro, y en la Iglesia Cristo Obrero, donde antes estuvo Carlos Mugica.
En la tarde del 27 de diciembre, un grupo de amigos y compañeros se acercó a la manzana de la Santa Cruz, en el barrio porteño de San Cristóbal, para despedirse de los restos del Padre Pichi, el cura villero que trabajó en la capilla de Saldías de la villa de Retiro y más tarde, tras el asesinato del padre Carlos Mugica, el 11 de mayo de 1974, lo remplazó en la iglesia Cristo Obrero de la misma villa. De origen alemán, José “Pichi” Meisegeier se formó en la congregación de los jesuitas. Su actividad comenzó en la época de Juan Carlos Onganía como presidente, con la organización de la peregrinación de villeros a Luján bajo la consigna “Por una Argentina sin miseria ni explotación, vamos a Luján desde las villas.” Su preocupación –junto a otros curas del movimiento villero– fue la vivienda de los sectores marginalizados. La definición no es ociosa: Pichi impulsaba la idea de llamar “marginalizados” a los pobres, como una manera de dejar claro en la definición que son víctimas de un proceso que tiene beneficiarios. El domingo 26 de junio de este año, en la Parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 de Retiro, distintas organizaciones y vecinos habían organizado un encuentro y homenaje a su vida de luchador social. En los últimos 20 años, había formado parte de la conducción de SeDeCA (Secretariado de Enlace de Comunidades Autogestionadas), una ONG que coordina la actividad de varias organizaciones que trabajan en la mejora y construcción de la vivienda social desde la perspectiva del microcrédito y el apoyo a las comunidades. Desde 1995, Sedeca otorgó 3695 créditos por un monto cercano a los 3 millones de pesos desafiando los criterios tradicionales de “rentabilidad financiera”. En su último contacto con Tiempo Argentino, Pichi se quejaba de quienes “hacen negocios con los pobres”, y proponía el microcrédito como programa de Estado y de la Sociedad Civil para superar con dignidad el proceso de marginalización. El sacerdote murió a las 8:30 en el Sanatorio San José del barrio porteño de Palermo.

"MUCHA GENTE HOY TIENE UN TERRENO O UNA CASA GRACIAS A QUE PICHI ESTUVO ALLI"


Por Eduardo de la Serna, Sacerdote.

Ya militando en el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) José María Meisegeier, “Pichi”, se hizo conocido porque le tocó “bailar con la más fea” (espantosa metáfora) cuando remplazó a Carlos Mugica en la Villa 31 cuando este fue asesinado. Tiempo después, empezó a dedicarse como nadie al tema tierras, y puso allí todas sus energías y compromiso. Era impresionante escucharlo decir que iba a haber tomas en tal lugar, tal día, y saber que así sería. O cuando había tomas espontáneas, saber que se podía contar con él para que compartiera información y poder recurrir a fulana o mengano para tener elementos o apoyos ante una posible represión o conflicto, o eventuales desalojos.


Mucha gente que hoy tiene un terreno o una casa (¡¡¡mucha!!!) lo tiene gracias a que Pichi “estuvo allí”.Metódico y organizado, guardaba volantes, afiches y papeles que le permitieron tener un importante fichero sobre los violentos años ’70, y –con sabiduría y sensatez– donó todo a la Universidad Católica de Córdoba (la misma que nombró Doctora Honoris Causa a Estela de Carlotto), donde se fue publicando, digitalizando y haciendo conocido lo que –posiblemente– hubiera desaparecido con él. También se ocupó de la publicación digital de la revista Enlace, del MSTM, en la misma Universidad de Córdoba sacándola de posibles influencias porteñas destructivas. Pichi era memoria viva y era imprescindible escucharlo para “traer hoy a nosotros” la historia y comprender los mojones que marcan caminos.

Como corresponde con los “grandes”, recibió un merecido homenaje en vida, en la Villa 31 este mismo año (como Tiempo Argentino lo destacó oportunamente el 27 de junio 2011).Como su vista, su salud se iba deteriorando, lo que no le impedía ver con profunda claridad la realidad, y así comprometerse más y más con los pobres, los “sin techo”. Con las mismas causas por las que dio vida y dio la vida.Pichi “te ponía en movimiento”, militante íntegro, trabajador de la causa de Jesús y los pobres, soñaba con otra Iglesia y otro mundo posibles... soñaba... pero también peleaba para que fueran posibles.


Pichi era un militante, de esos que extrañaremos, de esos que quisiéramos imitar.Ojalá que junto a su amigo Jesús, pelee también “allá” para que consigamos un “terreno” mientras “acá”, siguiendo sus huellas, y las de tantos amigos suyos que lo precedieron, como Mugica, Ricciardelli, Vernazza, Tello, y otros, asumimos sus banderas, las que nunca bajó, para que los pobres y los sin techo tengan vida digna y nos reciban allí donde son “dueños de casa”, porque “de los pobres, es el reino de Dios”.



Luego de un accidente doméstico y por complicaciones en un organismo ya delicado de antemano El día 27 de diciembre falleció Pichi inspirador y Fundador de Sedeca.

Fue muy fuerte el impacto para nuestro equipo pero también para innumerables personas, instituciones y organismos porque Pichi con su constante y tenaz trabajo había trascendido nuestra institución.

Sedeca es una de sus creaciones que ya lleva más de 30 años acompañando a organizaciones populares en sus luchas por una vida digna y fue su casa hasta el último día. Fueron también sus lugares el desaparecido Cias (Centro de Investigación y Acción Social) de sus compañeros Sacerdotes Jesuitas yla Fundación Vivienday Comunidad. Pero sin duda su lugar estaba con el habitante de la villa del asentamiento. Como bien dijo el padre dela Serna¨ mucha gente pero mucha gente hoy tiene su casa, quizás sin saberlo gracias a Pichi ¨

Podríamos estar horas escribiendo sobre una vida tan fecunda tan inquieta en búsquedas, reflexiones, iniciativas y acciones concretas en el campo del Hábitat Popular enla EconomíaSocial, y en tu Pastoral tan rica en matices con los Pobres de Argentina.

Pichi hoy el vacío que nos deja tu partida se colmará pronto con tu espíritu de lucha de entrega en la opción por los pobres, en la luz dejada por el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y en tu ¨ linda locura ¨ que conocimos tan de cerca. Fuiste muy generoso y muy bueno, pero también muy astuto y firme a la hora de defender a los más humildes. Siempre recordaste la anécdota aquella de porque a tu amigo el padre Carlos Múgica le decían ¨ La bestia ¨ . Nos contaste que cuando un funcionario (de facto y peligroso seguramente) agredió y humillo a los villeros, Mugica salto gritando ¨ no le voy a permitir que hable así de mis hermanos villeros ¨ sin darte cuenta vos también eras así cuando alguien, quien sea hablaba mal de un villero o poblador de algún barrio.

Tus compañeros de Sedeca sentimos un orgullo inmenso de haber compartido el trabajo con vos te vamos a recordar siempre como el ¨ grande ¨ que fuiste. El equipo de Sedeca

Les dejamos algunos links con la repercución de su fallecimiento.

http://tiempo.infonews.com/notas/dolor-muerte-del-padre-pichi

http://noticias.terra.com.ar/murio-el-cura-villero-jose-maria-pichi-meisegeier,898d386cc2184310VgnVCM3000009af154d0RCRD.html

http://www.aica.org/index.php?module=displaystory&story_id=29979&format=html&fech=2011-12-28

http://www.elcomercial.com.ar/index.php?option=com_telam&view=deauno&idnota=141389&Itemid=116

No comments: