Wednesday, July 03, 2013

El viaje del Papa a Lampedusa. Representa el lugar de las esperanzas y de muchas tragedias para miles de prófugos africanos y asiáticos.


El próximo 8 de julio, el Pontífice visitará la isla mediterrránea que representa del lugar de las esperanzas y de muchas tragedias para miles de prófugos africanos y asiáticos

GIACOMO GALEAZZICIUDAD DEL VATICANO
El Papa visitará Lampedusa, en un viaje “discreto”. ¿El motivo? Quedó conmovido «por el reciente naufragio de una embarcación» de inmigrantes africanos, por lo que el lunes 8 de julio se reunirá con los inmigrantes y los pobladores de la isla, lanzará una corona al mar y celebrará una misa, según indicó el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi.


El lunes, Francisco llamará la atención del mundo sobre la emergencia que provocan las migraciones. A fines de mayo, el arzobispo de Agrigento, monseñor Francesco Montenegro había invitado a Bergoglio a que visitara la isla. Francisco, que desde siempre ha mostrado una atención particular por los más desprotegidos, envió inmediatamente una respuesta positiva. Y así, el Papa celebrará una Misa en el campo deportivo para los inmigrantes y para la población local.


En lo que va del año, los inmigrantes que han desembarcado en las costas italianas suman 7913, casi el doble con respecto a los 4019 que llegaron en el mismo periodo del año pasado. La mayor parte de los casos se registró en Lampedusa (3648 personas). En los primeros meses de 2012, los desembarcos en la isla fueron 1021.


«El Papa Francisco –indica una nota de la sala de prensa del Vaticano–, profundamente conmovido por el reciente naufragio de una embarcación que transportaba emigrantes procedentes de África, el último de una serie de análogas tragedias, desea rezar por quienes han perdido la vida en el mar, visitar a los supervivientes y a los prófugos presentes, animar a los habitantes de la isla y hacer un llamamiento a la responsabilidad, a fin de que todos se hagan cargo de estos hermanos y hermanas sumamente necesitados. Dada las circunstancias particulares, esta visita se realizará de la manera más discreta posible, también en consideración a la presencia de los Obispos de la región y de las autoridades civile».

«La Iglesia de Agrigento acoge con inmensa alegría la noticia de la visita de Papa Francisco», respondió el arzobispo de la ciudad siciliana, Francesco Montenegro, que también es presidente de la Comisión de la Conferencia Episcopal italiana que se ocupa de las migraciones.


«Es un don de gracia extraordinario por el que agradecemos al Señor. La elección de la isla de Lampedusa –añadió– es en sí misma un mensaje fuerte que nos ayuda a leer la historia con los ojos de Dios. Lampedusa es la tierra de llegada para miles de africanos que buscan una vida digna en Italia y en Europa».

«La presencia del obispo de Roma en Lampedusa confirmará a la comunidad cristiana en el ejercicio de la caridad y de la acogida. Es un evento histórico –observó– ante el que nos debemnos preparar intensa y espiritualmente para atesorar esta inesperada sorpresa. Encomendamos a la Virgen de Porto Salvo el viaje del Papa y a la comunidad de Lampedusa y Linosa, porque bendito es aquel que viene en nombre del Señor».

Vatican Insider

El Papa Francisco en Lampedusa: un viaje de esperanza para dar esperanza


El Papa Francisco abrirá su agenda de viajes pontificios el lunes, 8 de julio, visitando la isla italiana de Lampedusa, punto de llegada de miles de inmigrantes irregulares que llegan de África y Asia. Será una breve pero intensa visita. El Papa, profundamente afectado por los naufragios que ocurren con frecuencia, desea rezar por los que han perdido la vida en el mar, visitar a los supervivientes y refugiados, animar a los habitantes de la isla y a hacer un llamamiento a la responsabilidad de todos, para que se ocupen de estos hermanos y hermanas en extrema necesidad". Fabio Colagrande entrevistó a don Stefano Nastasi, párroco de S. Gerlando, en Lampedusa.

“No esperaba que el Papa Francisco aceptara inmediatamente mi invitación. Tenía la esperanza de que se tomara en cuenta, pero no tan pronto. Nunca me imaginé que el primer viaje del Papa fuera de la diócesis de Roma, fuera a Lampedusa. Al principio no podía creerlo, pero luego me sentí muy cerca del corazón del Papa y he sentido el corazón de Francisco muy cerca de nuestra comunidad.

En una carta que había enviado al Papa poco después de su elección en marzo, lo invité a venir aquí y le conté lo que nuestra comunidad ha vivido en los últimos años, desde cuando se han intensificado los desembarcos de los migrantes. También me imaginé que las lágrimas de conmoción del Papa, en el momento de su elección, pudieran mezclarse con las lágrimas de dolor de todos los hombres y mujeres, comprendidos los que pasan a través de nuestra isla en busca de esperanza. También me imaginé que el Papa Bergoglio, siendo hijo de inmigrantes, comprendería profundamente la problemática relacionada con la inmigración.

Mis feligreses, tan pronto como se enteraron de la noticia, se mostraron incrédulos. Alguien me dijo que las piernas le temblaban. Pero yo les tranquilicé. Tenemos pocos días para prepararnos, pero también queremos que todo suceda sobriamente, como es el estilo de esta comunidad y como es, supongo, el estilo del Papa

Serán días vividos con sencillez, pero también con la certeza de que será un momento único en la historia, para dejarnos embeber con la Palabra de Dios, para recuperar la fuerza, tanto para nosotros como para los otros. Y claro, hay mucha emoción, conmoción. Pero hay también sentido de la responsabilidad. Hasta ahora hemos contado nuestro sufrimiento, nuestro compromiso dando acogida a los inmigrantes y, en ocasiones, hemos levantado la voz contra de Europa. Sabemos que somos la parte más meridional del viejo continente, pero también la puerta de entrada desde el sur. Ahora, en cambio, tenemos que escuchar al Sucesor de Pedro, que nos sugerirá la línea a seguir, a partir de la Palabra de Dios

Creo que la visita a Lampedusa debe leerse en las palabras pronunciadas por el Papa durante la Semana Santa, cuando nos invitó a ir hacia las periferias geográficas, pero también existenciales. En estas palabras vi reflejada nuestra historia. Porque, es cierto, nosotros somos una periferia geográfica, pero al mismo tiempo experimentamos el encuentro con las periferias existenciales. El Papa nos ha dicho en varias ocasiones que es precisamente desde las periferias que se puede ver mejor el centro, para leer el corazón humano.

El Papa viene también para alentar a los habitantes de Lampedusa que necesitan ser confirmados en la lógica de la caridad y de la hospitalidad pequeña, espontánea, cotidiana. Una acogida, quizá poco organizada, pero dictada por el corazón. Creo que Francisco, hablando a nosotros, hablará a toda la Iglesia, para decir que cree en la caridad, cree que el amor sigue siendo posible. Muchos han perdido la confianza. Pero hay que recuperar la conciencia de que la caridad y el compartir pueden multiplicar lo poco que tenemos o lo poco que somos, y hacer que se convierta en comunión para todos”. 

Escuchar audio de la entrevista al párroco de S. Gerlando, en Lampedusa, aquí

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