Wednesday, September 08, 2010

Continúa el Capítulo General de los dominicos


Con reuniones de las comisiones capitulares
Estudian la misión de predicación, vida religiosa, estudio y formación
La decisión del Maestro de tener la misa a las 9 de la mañana en vez de a las 7 fue muy bien recibida, dada la intensa actividad del día anterior. Hoy es la memoria del beato Bertrand de Garrigues, uno de los primeros dominicos y compañero de Santo Domingo. Fue el primer prior de St. Jacques en París, y luego provincial de la Provenza. Por eso fue adecuado que los laudes y la misa se cantasen en francés. Fr Manuel Rivero, Vicario Provincial de Haití fue el celebrante principal, y predicó fr Gilbert Narcisse, Provincial de Toulouse.
Reflexionó sobre el evangelio, que ese día narraba que el Señor envió a sus discípulos de dos en dos. Como tales, no estamos solos en nuestra misión de predicación, sino que, como Santo Domingo, necesitamos compañeros. Así también el sucesor de Santo Domingo, el nuevo Maestro, fr. Bruno, podía estar seguro de que en su nueva misión estaría acompañado por todos los capitulares y, por supuesto, por toda la familia dominicana.
Una vez que el maestro ha sido elegido, sólo quedan dos semanas de trabajo antes de que el capítulo se acabe. Hoy comenzó a trabajarse muy en serio cuando las comisiones capitulares se reunieron para revisar los diversos elementos de las Constituciones, tales como la misión de predicación, vida religiosa, estudio y formación.
Cada comisión tenía que examinar estas áreas a la luz de las prioridades y temas del capítulo identificados a lo largo de la semana pasada.
Mientras tanto, un pequeño grupo de frailes tuvo el privilegio de llevar la reliquia de Santo Domingo de vuelta al monasterio de las monjas de Nuestra Señora del Rosario en Monte Mario, junto al Vaticano.
Este monasterio dominicano se remonta a la comunidad fundada por Santo Domingo en San Sixto en 1221. Acoge a 13 monjas, y guarda varios tesoros de la Orden, incluyendo un antiguo y sublime icono de Nuestra Señora, venerado por el mismo Domingo, y que se cree milagroso.
Las vísperas, como es habitual, fueron un hermoso modo de acabar el día de trabajo, especialmente cuando se cantan en armonía. Tras la cena, algunos de los capitulares tuvieron que irse a reuniones, mientras otros siguieron sus conversaciones en la cafetería.
RD

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