Saturday, September 11, 2010

«Seguiré en huelga de hambre hasta que el Arzobispo me permita volver a dar misas»


Entrevista al cura José Manuel Castaño
«Resulta absurdo que a mí me quiten las parroquias por viejo y que se las den a otros que son mayores que yo»
José Manuel Castaño Posada se mantiene en sus trece. Ayer, viernes, este sacerdote de 80 años cumplió una semana sin ingerir alimentos y comienza a dar muestras de debilidad. Espera la visita de monseñor Jesús Sanz Montes para exigirle que rubrique un documento que le permita seguir dando misas en sus tres parroquias: Villanueva, Dego y San Juan de Parres. Entre tanto, las muestras de apoyo de sus feligreses, familiares y convecinos continúan un día sí y otro también en su domicilio de Les Roces (Cangas de Onís). «Don José» o «Pepito», como se le conoce en la comarca, nació en Ribadesella, el 28 de diciembre de 1929. Lo entrevista J.M.Carbajal en La Nueva España.
-¿Cómo se encuentra de ánimo?
-Mal, muy preocupado por todo. Sobremanera por no poder ejercer como sacerdote en mis parroquias de San Pedro de Villanueva, San Juan de Parres y San Pedro de Dego.
-¿Continúa su ayuno voluntario?
-Sí, porque es la única manera de hacer valer mis derechos y también de que se me escuche. Seguiré en huelga de hambre hasta que el Arzobispo me autorice a continuar dando misas en mis parroquias.
-La mayoría de sus parroquianos se han volcado con usted. ¿Satisfecho?
-Estoy orgulloso al cien por ciento de mis feligreses, de Deu, de Les Roces, de Villanueva... de todos los sitios. Mucha gente también me está mostrando su afecto llamándome por teléfono.

-El Arzobispado de Oviedo asegura que el pasado día 1 de septiembre se le comunicó su cese como párroco.
-La carta la recibí ayer -por el jueves-, por correo certificado, enviada a mi casa por el Arzobispado de Oviedo, y en ella me comunican el cese y me pasan a la condición de jubilado. Hasta este jueves no tuve constancia oficial de que me habían cesado. Esta carta es un verdadero disparate.
-También señala el Arzobispado que el obispo auxiliar, Raúl Berzosa, giró visita a su casa, en Les Roces, a mediados del mes pasado de agosto, para agradecerle los servicios prestados.
-Raúl Berzosa, vino aquí, a mi casa, muchas veces y siempre que acudió fue para animarme. Le pregunté en más de una ocasión si me podían quitar las parroquias y siempre me dijo: «Castaño, no te preocupes, no te pueden quitar nada hasta que no presentes la renuncia como párroco por escrito». Y hasta la fecha no renuncié.
-Asimismo, meses atrás y en dos ocasiones, acudió a su domicilio el arzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes.
-Es cierto. La primera vez que vino a mi casa fue para presentarse. En esas dos visitas que me realizó no hablamos nada en concreto sobre el tema. Es más, yo nunca renuncié a mi cargo de párroco delante del Arzobispo como alguien llego a decir por ahí. Lo que resulta absurdo es que a mí me quiten mis parroquias por viejo, porque tengo ochenta años de edad, y que se las den a otros que son mayores que yo. No hay quien lo entienda.
-¿Le han ofrecido acogerle en la Casa Sacerdotal, en Oviedo?
-¡Que va! Tengo casa yo de sobra y familia. Estoy muy feliz y contento en mí casa de Les Roces y, mientras Dios me dé salud, aquí seguiré.

-¿Tiene en mente dar misa pasado mañana, domingo, en Villanueva y Deu, como anunció el pasado día 8, en el Conventín?
-Sinceramente, no, porque no puedo, estoy muy débil. Llevo siete días sin ingerir alimentos. Lo que tengo claro es que tampoco estoy dispuesto a dar mi brazo a torcer. Me mantengo a la espera de que el señor Arzobispo venga a verme para que me firme un escrito en el que me permita seguir diciendo misa en las iglesias de San Pedro de Villanueva, San Juan de Parres y San Pedro de Deu, siempre que mis feligreses me llamen a cualquier día u hora. Y ese mismo escrito también lo tienen que firmar don Amaro (Balbín), párroco de Villanueva, y don Luis (Álvarez), párroco de Parres y Deu. Y si no me lo firman, seguiré en huelga de hambre.
-Después de tantos años predicando la fe cristiana se merece un reconocimiento público.
-Ya tuve unos cuantos, como el de Arenes de Parres, donde los feligreses me dieron una bellísima cruz con la inscripción «a nuestro mejor cura». También en Les Roces y en Sobrepiedra me hicieron homenajes. Incluso, hace unos años, Ramón Prada, del director del coro Peñasanta, de Cangas de Onís, también me entregó una placa, ya que ayudé mucho a esa masa coral. Son detallinos que me emocionan.
RD

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