Thursday, September 30, 2010

Espacio Sagrado


Job 19:22-27
Job dijo: "¿Por qué me perseguís como Dios y no os hartáis de escarnecerme? Ojalá se escribieran mis palabras, ojalá se grabaran en cobre, con cincel de hierro y en plomo se escribieran para siempre en la roca! Yo sé que está vivo mi Redentor, y que al final se alzará sobre el polvo: después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios; yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos lo verán. Desfallezco de ansias en mi pecho!"
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

El Libro de Job nos habla de su confianza y fe, como también de sus dudas, luchas y debates con Dios. Job pide ser recordado solamente por su profesión de Fe. Mientras reconozco el hecho que las vidas de los demás están llenas de luces y sombras, rezo para que yo pueda enriquecerme al admitir y apreciar sus bendiciones, dejando en manos de Dios lo que yo veo como sus fracasos.
Job se imagina un libro que se escribe o un monumento que se inscribe. ¿Existe una visión interior que yo pueda dejar por escrito - para mi bien o para el bien de otros?

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