Thursday, August 09, 2012

Solalinde, el conflicto de un cura en un polvorín


Esta nota me parece muy triste.
Esta frase de “Puedo luchar contra cárteles pero no contra mi Iglesia” es terrible.
¿Qué resortes llevan a un hombre que se ha enfrentado a los cárteles del narco, que ha aceptado ir a prisión, que ha aceptado seguir a pesar de amenzas de muerte; qué resortes le llevan a doblarse ante un obispo?

Alejandro Solalinde

(Ver su biografía abriendo el enlace)
  • Anuncia que dejará el albergue Hermanos en el Camino por presiones del obispo Óscar Campos
  • Puedo luchar contra cárteles, pero no contra mi Iglesia.
  • El jerarca considera que soy un mal ejemplo y busca terminar con protagonismos, denuncia el cura
Por Fernando Camacho y Octavio Vélez
Alejandro Solalinde informó que dejará la coordinación del albergue Hermanos en el Camino, situado en Ciudad Ixtepec, donde se auxilia a migrantes indocumentados en su paso hacia Estados Unidos, a petición del obispo de la diócesis de Santo Domingo Tehuantepec, Óscar Campos Contreras.
El religioso dijo que Campos le pidió que renuncie en noviembre para poder darle una parroquia, porque ese mes concluye su comisión en la Pastoral de la Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), y así terminar con protagonismos.
El obispo nunca me ha dado su apoyo. De hecho nunca ha hecho una visita pastoral, y no tengo que hacerle una invitación porque ese albergue está bajo su responsabilidad, afirmó Solalinde en entrevista con La Jornada.
En el fondo, pedir mi obediencia para que tome una parroquia significa que yo invierta el tiempo para su administración, y me la pasaría celebrando misas y misas y no podría estar con los migrantes. Lo que me da una tristeza profunda, y he llorado por eso, es que el obispo es incapaz de ver el fondo de la fe. Él no es capaz de ver el paso de Dios en mi misión, en mi vida, en lo que yo hago, lamentó.
Más allá de lo que pueda ocurrir con él, Solalinde manifestó su preocupación por el equipo de laicos que dirige el albergue para migrantes. “El clero ha sido tremendo para apabullar a los laicos, y no a los que dicen ‘sí, señor obispo’ y le besan la mano, sino a los que han crecido por la defensa de los pobres y defienden la justicia”.
–Si le piden que deje su trabajo, ¿lo va a hacer?
–Sí, le voy a dejar el albergue a quien él me diga ante notario público, pero lo que no voy a hacer es meterme a una parroquia para que me absorba todo mi tiempo. Digan lo que digan, esa no es hoy una instancia de evangelización, sino de aspectos burocráticos, de oficina.
Lo que me da una tristeza profunda, y he llorado por eso, es que el obispo (Óscar Campos Contreras) es incapaz de ver el fondo de la fe. Él no es capaz de ver el paso de Dios en mi misión, en mi vida, en lo que yo hago, lamentó Alejandro SolalindeFoto Humberto González
La gente está en la calle, y en las misas hay muy poca gente. Voy a obedecer lo que me diga el obispo, pero a mi conciencia no la voy a desobedecer. Me tendrá que disculpar, pero no puedo abandonar a los pobres. Voy a seguir mi trabajo pastoral, aunque no sé dónde.
El religioso subrayó que no le importaría si es suspendido como sacerdote por el obispo Campos Contreras en caso de no asumir una parroquia, y consideró que se le ha exigido su renuncia para dar un mensaje a los demás sacerdotes por si intentan realizar una labor similar.
Prefiero ser laico que ser parte de la burocracia; ya no me satisface el culto pagado. Seguiré dedicándome de tiempo completo a esta misión. Me parece curioso que esto venga desde el interior de la propia Iglesia; quizá lo que quiere el obispo es meterme a su estructura porque soy un mal ejemplo para los sacerdotes, aventuró.
Con respecto a la situación de apremio que viven diversos grupos de apoyo a los migrantes indocumentados, Solalinde estimó que este grupo vulnerable sigue siendo una mercancía; entonces hay presionar para que se vayan personas de la Iglesia que no dejan hacer el negocio. En Ciudad Ixtepec no ha pasado el peligro de que vuelva la delincuencia y haga de las suyas con los migrantes.
–¿Tiene miedo?
–No tengo miedo; tengo un dolor muy grande, porque puedo luchar contra los cárteles, contra Los Zetas, contra los funcionarios públicos, pero no puedo luchar contra mi Iglesia. Me gustaría mucho que el obispo entendiera que la Iglesia está hecha de estructura y carisma: la estructura es la parte que organiza y da estabilidad, y el carisma es la vida, y va de abajo hacia arriba, y no puede ser que desde la estructura se mate la vida.
Atrio

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