El Papa anima a todos los jóvenes del mundo a acudir a España en 2011
"La Iglesia en España se está preparando intensamente para acogeros y vivir la experiencia gozosa de la fe"
El Papa animó hoy a todos los jóvenes del mundo, incluidos "los que vacilan en su fe" o "no creen", a que acudan a la XXVI Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en el Madrid del 16 al 21 de agosto de 2011, mediante un mensaje distribuido hoy por el Vaticano.
El Papa recordó que "ya en 1989, algunos meses antes de la histórica caída del Muro de Berlín, la peregrinación de los jóvenes hizo un alto en España, en Santiago de Compostela".
Ahora -dijo-, "en un momento en que Europa tiene que volver a encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid, con el lema: 'Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe'".
Benedicto XVI insistió en que quiere que todos los jóvenes, "tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros".
"En cada época, también en nuestros días, -mantuvo el Papa- numerosos jóvenes sienten el profundo deseo de que las relaciones interpersonales se vivan en la verdad y la solidaridad".
"Al recordar mi juventud -comentó-, veo que, en realidad, la estabilidad y la seguridad no son las cuestiones que más ocupan la mente de los jóvenes".
Y añadió: "al pensar en mis años de entonces, sencillamente, no queríamos perdernos en la mediocridad de la vida aburguesada.
Queríamos lo que era grande, nuevo. Queríamos encontrar la vida misma en su inmensidad y belleza".
"Durante la dictadura nacionalsocialista y la guerra, estuvimos, por así decir, 'encerrados' por el poder dominante", rememoró Benedicto XVI.
Para el Papa, la cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, "tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado", sin ninguna relevancia en la vida social.
"Aunque el conjunto de los valores, que son el fundamento de la sociedad, provenga del Evangelio -como el sentido de la dignidad de la persona, de la solidaridad, del trabajo y de la familia-, se constata una especie de 'eclipse de Dios', una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo", explicó.
El relativismo que se ha difundido, y "para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento", agregó.
Hay una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere "apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un paraíso sin Él", matizó el Papa.
Pero la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte "en un infierno, donde prevalece el egoísmo, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza", dijo el Pontífice en su mensaje.
En cambio, cuando las personas y los pueblos "acogen la presencia de Dios, le adoran en verdad y escuchan su voz, se construye concretamente la civilización del amor, donde cada uno es respetado en su dignidad y crece la comunión", sostuvo.
El Papa recomendó que a lo largo de este año, los jóvenes "se preparen intensamente para la cita de Madrid con vuestros obispos, sacerdotes y responsables de la pastoral juvenil en las diócesis, en las comunidades parroquiales, en las asociaciones y los movimientos".
E hizo un llamamiento: "Queridos jóvenes, la Iglesia cuenta con vosotros. Vuestra presencia renueva la Iglesia, la rejuvenece y le da un nuevo impulso. Por ello, las Jornadas Mundiales de la Juventud son una gracia no sólo para vosotros, sino para todo el Pueblo de Dios".
"La Iglesia en España se está preparando intensamente para acogeros y vivir la experiencia gozosa de la fe. Agradezco a las diócesis, las parroquias, los santuarios, las comunidades religiosas, las asociaciones y los movimientos eclesiales, que están trabajando con generosidad en la preparación de este evento", concluyó el Papa.
El Papa recordó que "ya en 1989, algunos meses antes de la histórica caída del Muro de Berlín, la peregrinación de los jóvenes hizo un alto en España, en Santiago de Compostela".
Ahora -dijo-, "en un momento en que Europa tiene que volver a encontrar sus raíces cristianas, hemos fijado nuestro encuentro en Madrid, con el lema: 'Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe'".
Benedicto XVI insistió en que quiere que todos los jóvenes, "tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, puedan vivir esta experiencia, que puede ser decisiva para la vida: la experiencia del Señor Jesús resucitado y vivo, y de su amor por cada uno de nosotros".
"En cada época, también en nuestros días, -mantuvo el Papa- numerosos jóvenes sienten el profundo deseo de que las relaciones interpersonales se vivan en la verdad y la solidaridad".
"Al recordar mi juventud -comentó-, veo que, en realidad, la estabilidad y la seguridad no son las cuestiones que más ocupan la mente de los jóvenes".
Y añadió: "al pensar en mis años de entonces, sencillamente, no queríamos perdernos en la mediocridad de la vida aburguesada.
Queríamos lo que era grande, nuevo. Queríamos encontrar la vida misma en su inmensidad y belleza".
"Durante la dictadura nacionalsocialista y la guerra, estuvimos, por así decir, 'encerrados' por el poder dominante", rememoró Benedicto XVI.
Para el Papa, la cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, "tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado", sin ninguna relevancia en la vida social.
"Aunque el conjunto de los valores, que son el fundamento de la sociedad, provenga del Evangelio -como el sentido de la dignidad de la persona, de la solidaridad, del trabajo y de la familia-, se constata una especie de 'eclipse de Dios', una cierta amnesia, más aún, un verdadero rechazo del cristianismo", explicó.
El relativismo que se ha difundido, y "para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento", agregó.
Hay una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere "apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un paraíso sin Él", matizó el Papa.
Pero la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte "en un infierno, donde prevalece el egoísmo, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza", dijo el Pontífice en su mensaje.
En cambio, cuando las personas y los pueblos "acogen la presencia de Dios, le adoran en verdad y escuchan su voz, se construye concretamente la civilización del amor, donde cada uno es respetado en su dignidad y crece la comunión", sostuvo.
El Papa recomendó que a lo largo de este año, los jóvenes "se preparen intensamente para la cita de Madrid con vuestros obispos, sacerdotes y responsables de la pastoral juvenil en las diócesis, en las comunidades parroquiales, en las asociaciones y los movimientos".
E hizo un llamamiento: "Queridos jóvenes, la Iglesia cuenta con vosotros. Vuestra presencia renueva la Iglesia, la rejuvenece y le da un nuevo impulso. Por ello, las Jornadas Mundiales de la Juventud son una gracia no sólo para vosotros, sino para todo el Pueblo de Dios".
"La Iglesia en España se está preparando intensamente para acogeros y vivir la experiencia gozosa de la fe. Agradezco a las diócesis, las parroquias, los santuarios, las comunidades religiosas, las asociaciones y los movimientos eclesiales, que están trabajando con generosidad en la preparación de este evento", concluyó el Papa.
(RD/Efe)
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