Monday, February 20, 2012

Estados Unidos, los católicos y las decisiones morales distantes de las indicaciones vaticanas

En Estados Unidos el 98% de las mujeres católicas usan anticonceptivos. Un estudio sobre una muestra de americanas de edad comprendida entre los 15 y los 44 años demuestra que casi todas ellas han usado por lo menos una vez algún método anticonceptivo

GIACOMO GALEAZZI
CIUDAD DEL VATICANO

En Estados Unidos el 98% de las mujeres católicas usan anticonceptivos.Un estudio llevado a cabo por el "Guttmacher Institute" sobre una muestra de americanas de edad comprendida entre los 15 y los 44 años demuestra que casi todas ellas han usado por lo menos una vez algún método anticonceptivoUn porcentaje casi idéntico al del resto de la población femenina norteamericana.

Al mismo tiempo, con los ojos puestos en las elecciones presidenciales de noviembre, no parece que se esté aplacando en los Estados Unidos la polémica encendida a causa de la decisión de la Casa Blanca de obligar a los empleadores a incluir los métodos de control de natalidad en los planes de asistencia sanitaria reservados a los trabajadores. Obama se ha convencido de la necesidad de llegar a un compromiso: en el caso de las instituciones religiosas, serán las compañías de seguros y no los empleadores quienes ofrezcan de manera gratuita a las mujeres la asistencia para la contracepción. Una manera de garantizar tanto la libertad religiosa ( y los valores de la Iglesia en cuanto a procreación y defensa de la vida), como la voluntad de la administración estadounidense de preservar, también para los ciudadanos menos privilegiados, el derecho a elegir si tener o no hijos.

Un compromiso, sin embargo, que ha sido rechazado por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos. Según los obispos, la solución encontrada por Obama "no va muy lejos", ya que la mediación indicada prevé aún "un mandato válido en todo el país para la cobertura asegurativa de la esterilización y la contracepción, incluida la que rechaza el aborto". Para defender su solución, cuyo principio base es ya es ley en 28 estados del País", Obama replica: "Hemos combatido por ello porque salva vidas y consiente el ahorro". Y añade: "casi el 99% de la totalidad de las mujeres ha usado métodos contraceptivos en algún momento de su vida". Y sin embargo, "casi la mitad de las mujeres de edad comprendida entre los 18 y los 34 años han tenido alguna dificultad para hacer frente a los gastos".

Pero, admite, el presidente de Estados Unidos, "nos hemos dado cuenta de que corre peligro otro principio: el de la libertad religiosa". Un principio que el inquilino de la Casa Blanca asegura que "para él es importante" estigmatizando "el cínico deseo de algunos de transformar esta discusión en un partido de fútbol". Obama ha sido empujado por el vicepresidente católico Biden y acosado por la presión de los candidatos republicanos que echan leña al fuego de la polémica para tratar de alejar al electorado católico de la Casa Blanca. Para la moral católica la fecundidad es un don, un objetivo del matrimonio. El amor conyugal, especifica el catecismo, "tiende por su naturaleza a ser fecundo". El hijo no se añade al recíproco amor de los cónyuges desde fuera, "surge en el corazón mismo de su mutuo don, del cual es fruto y efecto. Por ello la Iglesia, que "está de la parte de la vida", enseña que "cualquier acto matrimonial tiene que estar abierto por sí mismo a la transmisión de la vida". Dicha doctrina, más de una vez expuesta por el Magisterio de la Iglesia, se funda en la conexión inseparable, que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por iniciativa propia, entre los dos significados del acto conyugal: "el de la unión y el de la procreación". Llamados a dar la vida, "los casados participan de la potencia creadora y de la paternidad de Dios". En la labor de transmitir la vida humana y educarla, que tiene que ser considerado como su propia misión "los cónyuges son conscientes de ser cooperadores del amor de Dios Creador e intérpretes del mismo y por ello cumplirán su deber con humana y cristiana responsabilidad". Un aspecto particular de dicha responsabilidad está relacionado con la regulación de la procreación. Por diversos motivos los casados pueden querer aplazar el nacimiento de sus hijos. Tienen que estar seguros de que su deseo "no sea fruto del egoísmo, sino que esté de acuerdo con la justa generosidad de una paternidad responsable".

Además regularán su comportamiento según los criterios objetivos de la moralidad. Cuando se trata de combinar el amor conyugal a la transmisión responsable de la vida, el carácter moral del comportamiento "no depende sólo de la sincera intención y de la evaluación de los motivos, sino que está determinado por criterios objetivos, que se basan en la naturaleza misma de la persona humana y de sus actos". Criterios que "respetan un contexto de verdadero amor, el entero sentido de la mutua donación y de la procreación humana". Y todo ello no será posible si no se cultiva con sincero ánimo la virtud de la castidad conyugal". La continencia periódica, los métodos de control de la natalidad que se basan en la autoobservación y el recurso a los periodos infecundos "están de acuerdo con los criterios objetivos de la moralidad".Dichos métodos, de hecho, "respetan el cuerpo de los esposos, aumentan la ternura entre estos y favorecen la educación hacia una auténtica libertad". Al contrario, son "intrínsecamente negativas" todas las acciones que, en previsión del acto conyugal, en su realización o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, "tengan como objetivo o como medio, impedir la procreación". Según la doctrina de la Iglesia Católica, en Estados Unidos la "preocupación moral" de los obispos es que el compromiso propuesto por Obama en materia de contracepción seguiría contemplando que todos los seguros tienen que incluir la cobertura por estas prestaciones materia de protesta. A este punto, los empleadores que proveen por si mismos al seguro y las compañías de seguros religiosas no quedan exentas de este mandato.


Vatican Insider

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