"Gracias por traernos a Paulo Freire"
"Gracias por habernos regalado una esperanzada y esperanzadora oración doctoral"
(Román Espadas sj).- Dice un sabio refrán que el hábito no hace al monje. Así lo demostró el también sabio fraile dominico Carlos Alberto Libanio Cristo, popular y afectuosamente conocido como Frei Betto, cuando el 12 de octubre recibió, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, su merecido Doctorado Honoris Causa en Filosofía, vestido de impecable traje azul y elegante corbata roja, su hábito académico en ese solemne momento.
En primera fila, estaban sus hermanos de orden dominica, vestidos también impecablemente con el blanco de su tradicional hábito dominico.
Hacía 173 años (1842-2015) que las autoridades españolas habían expulsado a los dominicos de su universidad habanera por enseñar a los cubanos a pensar libremente.
Betto, en su discurso de aceptación de su doctorado, con su singular maestría comunicativa, hizo posible el diálogo creativo y constructivo entre la tomista universidad dominica de ayer, la secular Universidad de La Habana de hoy, los dominicos del Vaticano II y el posmoderno público asistente, entre los que me encontraba yo, jesuita de Laudato Si, vestido con la tradicional guayabera blanca cubana, mi hábito cultural.
Betto, en su discurso de aceptación de su doctorado, con su singular maestría comunicativa, hizo posible el diálogo creativo y constructivo entre la tomista universidad dominica de ayer, la secular Universidad de La Habana de hoy, los dominicos del Vaticano II y el posmoderno público asistente, entre los que me encontraba yo, jesuita de Laudato Si, vestido con la tradicional guayabera blanca cubana, mi hábito cultural.
Lo primero que hizo Betto fue contarnos lo esencial y lo fundante de aquella historia de 114 años (1728-1842) durante los cuales, los dominicos dialogaron con la cultura cubana de entonces y colaboraron a la formación del pensamiento y de la acción de muchos y muy excelentes cubanos; entre ellos nuestro emancipador P. Félix Varela, cuyas sagradas cenizas estaban allí, aprobando, desde la urna que reverentemente las cuida en aquella Aula Magna, las sabias e inspiradoras palabras del fraile dominico de hoy, pedagogo freireano de camioneros brasileños, promotor social de personas reales en las favelas brasileñas y activo concretizador de la teología latinoamericana de la liberación socioecológica.
El diálogo de esa tarde en la colina universitaria continuaba, según Betto, el diálogo de Tomás de Aquino con Aristóteles, el de Gustavo Gutiérrez con Carlos Marx y el de tantos otros y otras que han hecho del diálogo la manera digna y certera de descubrir la verdad, la bondad y la belleza de nuestra vida humana y de nuestra familiar casa común: nuestra madre Tierra.
A Tomás de Aquino el diálogo con Aristóteles le facilitó construir sólidamente la esplendorosa catedral gótica de su pensamiento teológico; Marx le facilitó al P. Gustavo Gutiérrez valiosos elementos de su análisis de la realidad socioeconómica en la elaboración dialogada de su magistral teología de la liberación.
En sus palabras, Betto nos recordó, de manera cercana y fraterna, a otro gran dialogante mundial, latinoamericano y brasileño, Doctor Honoris Causa por la Universidad de La Habana como él, a Paulo Freire, maestro de Betto y de muchos y muchas de los que allí estábamos.
El Paulo Freire que solía afirmar que su amistad con Jesús de Nazaret no le impedía dialogar con Marx en el interior de las favelas brasileñas.
Betto nos compartió que en sus treinta y cinco años de amistad con Cuba, lo mejor que él nos había traído era a Paulo Freire y su educación popular, impregnada toda ella de una abarcadora, profunda y esperanzadora propuesta político-pedagógica.
Escuchando esas palabras de Betto, y seguramente que agradeciéndolas, estaban dos prominentes creadores de todo lo bueno que allí nos reunía: el Dr. Carlos de Jesús Delgado Díaz, Decano de la Facultad de Filosofía e Historia que propuso a Betto para el Doctorado, y el Dr. Fernando Martínez Heredia, Premio Nacional de Ciencias Sociales y autor del elogio académico de Betto.
En 2014, durante la Feria Internacional del Libro, Carlos Delgado dialogó con Nita Freire, la viuda de Paulo, sobre Paulo y su propuesta educativa, y el resultado fue un espléndido video pedagógico titulado Entendiendo a Paulo Freire que deseamos ilumine la presencia de Paulo Freire durante la ya cercana Feria Internacional del Libro 2016 de Cuba.
Ahora, Carlos está logrando que Paulo entre de nuevo por la puerta grande de la Universidad, mediante la creación de la Cátedra Paulo Freire.
En 1987, Fernando y su esposa Esther Pérez recibieron a Paulo en su casa. Esther compró el jamón. Paulo lo cocinó y dialogaron. El resultado fue la excelente y única entrevista hecha a Paulo Freire por cubanos.
Hace unos cinco años que Esther, Fernando y Betto dialogaron un buen rato sobre Paulo Freire y su propuesta. Ese diálogo se convirtió en el video pedagógico: Paulo Freire: Educador político-pedagógico.
En ese video revolotea constantemente La mosca azul (Reflexiones sobre el poder) de Betto y traducido al español por Esther.
Les resultará interesante y provechoso ver el video y leer La mosca azul.
Gracias, Betto, por habernos traído a Paulo Freire en la buena compañía de su educación popular que tanto enriquece nuestra visión y práctica pedagógica.
Gracias, Betto, por haber hecho posible que en tu tarde doctoral, los dominicos, a través de tu palabra inspirada, hayan podido continuar su meritoria labor histórica de enseñarnos a pensar libremente, vestidos esta vez de traje y corbata.
Gracias, Betto, por habernos mirado, desde tu podio doctoral, con afecto y amistad y por habernos regalado una esperanzada y esperanzadora oración doctoral que terminó con una creyente bendición cristiana, llena de buenos deseos, para los presentes, para toda la Universidad y para toda Cuba.
Betto, ojala que durante la Feria del Libro, Nita Freire, tú y el Dr. Carlos Delgado nos regalen la lección inaugural de la Cátedra Paulo Freire.
RD
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