Saturday, October 17, 2015

Ildefonso Camacho, sj: “¿Un cisma? Es posible, pero me parece que eso no debe bloquearnos”


El presidente de la Fundación Loyola Andalucía apuesta por una "actitud de misericordia"


"Vivimos un momento de efervescencia. El papa Francisco ha tenido la habilidad de ponerla en ebullición"


(Jesús Bastante).- Ildefonso Camacho es elPresidente de la Fundación Loyola Andalucía, la primera universidad privada de Andalucía promovida y creada por la Compañía de Jesús, que recoge toda sutradición educativa y universitaria. Hablamos con él de la salud de la Compañía, de su proyecto educativo y social, y del jesuita más conocido en la actualidad: el Papa Francisco, de quien le ilusiona "lo que siempre dice de la actitud de la misericordia.Esa imagen de la Iglesia falta en nuestra sociedad".

¿Ha sido complicado poner en marcha la institución?
Poner en marcha una universidad no es una cosa fácil, pero hemos contado con un equipo muy entregado y de mucha intuición. Esto es muy importante. Ya hemos comenzado el tercer curso y la demanda va en aumento.
Teníamos el precedente de ETEA, aunque es una cosa pequeña, muy centrada en Córdoba. Insistimos mucho en la "cultura Loyola".
¿Qué es la "cultura Loyola"?
Es lo que nosotros queremos que sea un Universidad en el siglo XXI en Andalucía con la inspiración de la tradición de la Compañía. Eso es el traje, digamos, el contenido es lo que estamos trabajando continuamente.
Haznos una radiografía de la universidad.
Tenemos tres facultades más la escuela de ingeniería. Y once departamentos. Las áreas fundamentales son las ciencias económicas y empresariales, como en ETEA. 
Además, Ciencias Sociales y Jurídicas, Ciencias de la Comunicación y de la Educación, nos hemos metido también en Relaciones Internacionales y la Escuela Superior de Ingeniería.
Hemos comenzado también una Escuela de Doctorado.
Definimos nuestra universidad como una "Intensive research university," insistimos mucho en la cuestión de la investigación, esto nos está llevando mucha tarea, muchos recursos, pero pensamos que es fundamental para mantener al día la docencia.
Formas parte del consejo de UNIJES (Federación de centros universitarios de la Compañía de Jesús).
Sí, somos once: la Universidad de Loyola es uno de ellos, en Andalucía tenemos otros dos, la facultad de Teología y la Escuela de Magisterio de Úbeda.
Trabajamos lo más coordinadamente posible para que la cultura jesuítica en el marco de la educación superior se haga presente en todos los centros.
Es muy importante que cada centro no sea un centro aislado, sino que forme parte una red que tiene que estar continuamente alimentándose y enriqueciéndose.
Trabajamos mucho en lo que llamamos "grupos de homólogos", que son para que aquéllos que estén trabajando en cosas parecidas, se reúnan, tengan contacto, colaboren. Y esto puede ser tanto en los campos docentes o de investigación como en los campos funcionales, como las instituciones, secretarías.
Y también en las tomas de posición ante determinadas situaciones como por ejemplo ahora, el tema de la crisis de los refugiados. Muy recientemente Comillas y sé que también vosotros estáis dando una respuesta con unos criterios propios de la identidad.
En eso hemos trabajado además con el sector social de la compañía y con el sector educativo no universitario.
Ahora se va a hacer público un documento que hemos elaborado sobre la solidaridad en la sociedad. Crisis de solidaridad, solidaridad en crisis. No quiero adelantar, que va a salir en unos días.


¿Cual es el estado de salud de las universidades jesuitas en España?

Ahora mismo el reto de las universidades jesuitas es hacerse presentes con su propia identidad en un contexto tan competitivo como es el de la universidad española, porque ahora mismo hay mucha oferta.
A nosotros nos interesa mucho más la dimensión cualitativa que la cuantitativa. Que estas instituciones aporten algo distinto, que responda al interés de la Compañía de estar presentes en ese campo.
Otro reto importante es la internacionalización. En este momento la Compañía tiene una red extensa de centros universitarios en todo el mundo, se acercan a doscientos. Tenemos convenios con muchos de ellos. Uno muy importante es con la Loyola Chicago University. De momento es sólo de Administración de Empresas. El grado es ambivalente, se puede cursar tanto en Loyola de Andalucía como en Loyola Chicago. Son títulos de las dos universidades.
¿Qué supone para una universidad jesuita el momento actual que estamos viviendo en la Iglesia con un papa que además, también es de la compañía?
En este momento una universidad jesuita tiene que hacer un esfuerzo grande en lo que se refiere a dos cuestiones:
El diálogo con la cultura actual. Establecer puentes, estar en la frontera como dijo Benedicto XVI. En determinados ambientes de la Iglesia se subrayan más las diferencias, la contraposición. Y nuestro tema de siempre, una transformación de la sociedad en aras de la justicia y de una estructura de paz. En ambos temas el papa Francisco ha sido un impulso importante, que nos alienta y nos apoya sin discusión.
¿Cómo ves el momento actual de la Iglesia?
Es un momento de efervescencia. El papa Francisco ha tenido la habilidad de ponerla en ebullición y de poner sobre el tapete cuestiones de necesaria atención.
El Evangelii gaudium fue una primera llamada de atención. La Iglesia en salida. Es una forma de consolidarse haciéndose presente en la sociedad y abriéndose al diálogo. Ha sido desde mi punto de vista la gran aportación del papa Francisco y eso le viene bien a toda la Iglesia.
¿Crees que es así? Porque algunos se sienten explotar de otra manera con esa efervescencia y se está notando como nunca esa pulsión de oposición dentro de la Iglesia.
La diversidad ha existido siempre, quizás antes tenía menos cauces de expresión. Pero no hay que asustarse de ella. Lo que hace falta es aceptarla, y luego convertirla en una fuente de enriquecimiento. Claro que hay momentos en los cuales hay que tomar ciertas decisiones. Pero es bueno dejar vivir en la diversidad y el pluralismo, es positivo.
Por eso digo que esa efervescencia es dejar que se manifieste lo que existía, que es mejor a que esté ahí, reprimido.
¿Tienes algún temor a un cisma, de un ataque a determinadas reformas?
Creo que es posible, pero me parece que eso no debe bloquearnos. Ahí está también la prudencia de todos de saber cómo se puede llegar a una convivencia donde exista ese pluralismo. Posible es, pero no quisiera que esa fuera la salida.
Como dice el papa muchas veces hay que ser audaces, el miedo no debe dejarnos paralizados.
Imagina que estuvieras con Francisco y pudieras mostrarle la Iglesia en que te gustaría estar. ¿Qué te gustaría que hubiera?
A mí me ilusiona mucho lo que siempre dice de la actitud de la misericordia. Esa imagen de la Iglesia falta en nuestra sociedad. Una imagen de cercanía, de comprensión. Eso sí que sería una aportación muy importante en una sociedad tan competitiva con tanto anonimato. Ojalá todas nuestras comunidades cristianas a todos los niveles tuvieran esa apertura.
¿Y en la universidad?
Aquí tenemos el problema de la competitividad. Es un ingrediente hoy día inevitable incluso en la formación. Por lo que el alumno vive y por lo que se transmite también.
A mí me gustaría que las universidades de Loyola fueran capaces de no quedarse en eso. Vivimos en un mundo competitivo y hay que tener elementos para competir, pero que no sea un fin.
¿Cuáles son los principales retos de futuro que crees que se planea la universidad, y especialmente la Loyola de Andalucía?
La Loyola de Andalucía lo que tiene que hacer en este momento es consolidarse, porque es una universidad joven.
El segundo reto es crear una verdadera comunidad educativa que supere lo que sería la dimensión estrictamente laboral, donde participe todo el personal que trabaje en la universidad, pero también el alumnado y con un cierto sentido de misión en la sociedad.
Lo que decía el padre Arrupe, "hombres y mujeres para los demás, con los demás".
Casa muy bien con esa idea de la Iglesia de la misericordia, de las puertas abiertas.
A veces nos contraponen mucho a los jesuitas y a la Iglesia. Habría que eliminar esta contraposición. En la historia siempre ha habido cierta tensión entre la vida religiosa y la Iglesia en general. Esto también es enriquecedor y no hay que considerarlo una amenaza para nadie.
Cuando menos estamos ante un presente y un futuro apasionante que nos va a deparar muchas sorpresas.
Por lo menos hace que haya ilusiones, que se hable de proyectos, que se hable del futuro, que no miremos sólo el entorno nuestro.
Es cierto que ahora se habla más en el interior de la Iglesia, entre nosotros, y también hacia afuera. Y que se pueden plantear cosas que hasta hace poco no se podía.
Efectivamente, poco a poco y viendo cómo las cosas van transcurriendo.
Muchísimas gracias, Ildefonso, siempre es un placer tenerte aquí.
Muchas gracias.

No comments: