Fingieron que era un atraco para ocultar su romance
Familiares: "Un montaje para tapar las causas reales del cruel asesinato"
Un año después de haber sido encontrados los cuerpos sin vida de los sacerdotesRichard Armando Piffano y Rafael Reátiga Rojas, la Fiscalía revela los hechos que rodearon la misteriosa muerte.A los sacerdotes Richard Armando Piffano y Rafael Reátiga Rojas no los mataron para robarles sus pertenencias. Aunque esa fue durante un año la hipótesis más fuerte que rodeó la muerte del par de curas, este martes, la fiscal 26 de la unidad antiterrorista detalló ante el juez 31 de garantías cómo a través de una exhaustiva investigación se determinó que los sacerdotes pagaron por su muerte.
Los dos sacerdotes pagaron 15 millones de pesos colombianos (cerca de 8.500 dólares) para que los mataran. En un principio, todo apuntaba a un crimen común, un atraco. Sin embargo, la hipótesis cambió con el correr de los meses. A un año de los asesinatos, cometidos el 26 de enero de 2011, se sabe que fue un pacto de muerte.
El padre Reátiga, de 35 años, era el párroco de la iglesia de Jesucristo Nuestra Paz, en límites entre Soacha y Bosa. A su vez, el padre Píffano, de 37 años, era párroco de la iglesia San Juan de la Cruz, en Kennedy. Los dos eran del Norte de Santander. Allí, en el seminario, se conocieron y nunca más se separaron.
El diario colombiano El Tiempo detalla que juntos oficiaban misas, bautizos y matrimonios. Incluso cursaron los mismos estudios y especializaciones en teología, filosofía y bioética. Un día antes de ser asesinados, oficiaron su última misa en conjunto. Píffano tomó la última palabra e hizo una premonitoria petición: "Oren por mí".
La Fiscalía logró establecer a través principalmente del seguimiento a los teléfonos celulares de los curas (que fueron encontrados días después de la muerte), que días previos al asesinato estos sostuvieron reuniones con dos hombres, Girdardo Peñate Suárez, alias "Gavilán" e Isidro Castiblanco Forero, alias "el Gallero". Ellos habrían recibido la suma de 15 millones de pesos para acabar con la vida de los sacerdotes.
Los cuerpos sin vida de los padres Richard y Rafael fueron encontrados en la madrugada del 16 de enero del 2011 en el interior del carro abandonado en una calle cerca de un caño sin alumbrado público ni pavimento, en el barrio Dindalito, en Kennedy. Los cuerpos fueron encontrados por la Policía, que acudió al lugar al responder a la llamada de algunos vecinos que escucharon unos disparos.
Piffano, quien estaba en el puesto del conductor, tenía dos impactos de bala en la parte de atrás de la cabeza. Reátiga, un tiro en el pecho y un rosario en la mano derecha. Tres cartuchos de una pistola calibre 7.65 quedaron en el piso en la parte trasera del vehículo.
Hoy, cuando ya pasó mâs de un año la Fiscalía estableció que el deseo de acabar con sus vidas empezó días atrás de ocurrida la muerte. Ellos, en un viaje a Santander, habrian intentado suicidarse en un un precipicio de ese departamento conocido como Pescadero.
Y ante el fallido intento, optaron, según el ente acusador, por buscar ayuda en alias 'Gavilán' y el 'Gallero', dos hombres que hacen parte de una banda de falsificadores de moneda y hurto.
La Fiscalía además del establecer los autores del asesinato, pudo determinar que uno de los sacerdortes, Rafael, tenía dos enfermedades de transmisión sexual que estaban acabando con su vida. "Se le veía acabado, enfermo (...) Tenía manifestaciones propias de quien cree que no va a vivir más", señaló la fiscal del caso.
A los dos hombres, implicados en la muerte de los curas, este martes el ente acusador les imputó cargos por los delitos de homicidios agravado a alias 'Gallero' y homicidio y tráfico de armas a alias 'Gavilán'.
Ante las afirmaciones hechas por la Fiscalia, familiares y feligreses que acudieron a la diligencia judicial, manifestaron su rechazo, asegurando que todo esto hace parte de "un montaje para tapar las causas reales del cruel asesinato".
RD
No comments:
Post a Comment