Mientras comienza oficialmente uno de los momentos más importantes de la Iglesia, se descubren o se confirman nuevos protagonistas entre los próximos cardenales
GIACOMO GALEAZZICIUDAD DEL VATICANO
«La Iglesia necesita una profunda conversión», advirtió el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan. Significativamente, el Pontífice confió a un purpurado extraño a los grupos de la Curia la introducción para la reunión pre-consistorio. «Traiciones y caídas: debemos purificarnos y reconocer los pecados», concordó el ministro del Culto divino, Antonio Cañizares Llovera. «Quien hace publicar textos reservados es infiel a su misión», estigmatizó Joao Braz de Aviz, responsable de los religiosos. El “Vatileaks” (las cartas secretas sobre el Ior y otras intrigas que llegaron a los medios de comunicación) se trató durante la reunión del “senado” de la Iglesia que tuvo lugar ayer. La “guerra de papel” que se está viviendo en la Curia ha creado tensiones internas en la reunión de los 133 cardenales que convocó Benedicto XVI, para afrontar los problemas más urgentes de la Iglesia.
Las cartas reservadas del un ex miembro de la cúpula del Gobernatorado, Viganò (con acusaciones sobre la corrupción de la Secretaría de Estado), la nota confidencial sobre el Ior y un memo sobre un presunto atentad o contra el Pontífice alimentan el conflicto entre la vieja gestión (cercana al decano Sodano) y la actual dirigencia (ligada a Bertone). Una estrategia, entre cuervos y venenos, para presionar al Papa para que cambie al Secretario de Estado (que tiene 77 años). Benedicto XVI esperó que se hable de la Iglesia por su fe y no por los escándalos. Pero incluso la fe está pasando por una fase de crisis, según indicó el ministro para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella; mientras tanto, Dolan exhortó a reconocer también en «lugares clasificados como “materialistas” (los medios de comunicación, el espectáculo, las finanzas, el arte) una apertura hacia la trascendencia, hacia lo divino».
El ratzingeriano Cañizares reclamó en la Iglesia «purificación, reforzamiento mediante una vida sana: hay problemas y contrariedades, pero no hay que perder la esperanza, sino afrontarlos con habilidad». Por la atmósfera oscura que se ha creado con la fuga de documentos, el arzobispo Antonio Maria Vegliò siente «una gran tristeza», que hoy fue creado cardenal con otros 21 religiosos. Mientras tanto, Bertone elogió «la acción conjunta» entre la Santa Sede y la Cei para promover el compromiso de los católicos en la política italiana. Y esta «sinergía» también ayuda para que Italia salga de la situación de malestar en la que la ha sumido la crisis económica: empuja al país hacia «un futuro de mayor solidaridad». La obra de la iglesia e la sociedad «confiere mucho a la nación italiana» y es un enriquecimiento para todo el país. «Hay relaciones que no son solo formales, sino sustanciales», comentó a pocas horas del “cara a cara” con el primer ministro Mario Monti en la embajada.
Vatican Insider
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