OMPRESS-SIRIA (17-2-12) El Custodio de los franciscanos en Tierra Santa pide ayuda para afrontar la grave emergencia causada por la situación en Siria. Las casas de los franciscanos en Siria se han vuelto lugares de acogida como expresa en su carta Fray Pierbattista Pizzaballa:
“Después del cambio que se ha realizado en Egipto, la situación en la que se encuentra Siria indica, de modo inequívoco, cómo se está transformando el panorama en Oriente Medio. Hasta hace un año era impensable preveer una situación similar. En estos meses de gran tensión, cuando Siria se ha despedazado por enfrentamientos internos y el conflicto parece asumir cada vez más las características de una guerra civil, los franciscanos, junto a algunos otros pocos xponentes de la iglesia latina, están trabajando para afrontar las necesidades de la población cristiana local.
La Custodia está presente en varias zonas del país: Damasco, Aleppo, Latakia, Oronte. Los dispensarios médicos de los conventos franciscanos, según la tradición de la Custodia, se han transformado en lugares de refugio y acogida para todos, sin hacer ninguna diferencia entre las etnias de alauitas, sunitas, cristianos o rebeldes y a favor del gobierno.
En un momento de total confusión y desorientación, muchas empresas, sobre todo de importación y exportación, han tenido que cerrar sus puertas. No queda huella de los miles de turistas que alimentaban una moderna y floreciente industria de centenares de puestos de trabajo en el sector de los transportes, hotelero y de servicios.
Los productores agrícolas se encuentran en graves dificultades. El embargo internacional les impide cualquier posibilidad de exportación y los precios están por los suelos. Los más débiles están sufriendo de forma ineludible y padecen la falta de suministro energético y de agua. En las grandes ciudades, falta la corriente eléctrica durante varias horas al día, y a veces todo el día; el gasoil está racionado.
Todo esto crea enorme malestar en la población, obligada a hacer frente a las temperaturas invernales sin la posibilidad siquiera de calefacción.
Estar con la gente, acoger y asistir a quien lo necesita, sin hacer distinción de raza, religión y nacionalidad. Garantizar con nuestra presencia, el servicio religioso a los fieles para que comprendan la importancia de permanecer en su país. Este es el sentido de la misión franciscana. En tiempos no muy distintos de los aquellos en los que Francisco se dirigía a los hermanos pidiéndoles que mantuvieran a salvo los valores del Evangelio. En sus sencillas exhortaciones, Francisco reflejaba la gracia recibida del Señor y, en la experiencia de su vida cotidiana, testimoniaba la acogida de la fe, como el bien más amado y precioso que hay que cultivar y fortalecer. Nosotros los hermanos, que nos consideramos ricos gracias a este extraordinario ejemplo, heredado sin mérito alguno, tenemos el deber de imitar y difundir la enseñanza de nuestro maestro a las futuras generaciones, para que puedan seguir el camino que él ha trazado con amor inmenso y humilde dedicación.
Pedimos a todos los amigos de ATS Pro Terra Sancta que ayuden, con un gesto concreto, a los numerosos cristianos sirios y a las obras de caridad de la Custodia de Tierra Santa. Las ayudas se entregarán a los hermanos residentes en Siria, que las utilizarán de manera discreta y atenta. Agradecidos de que se difunda este llamamiento, os deseamos ¡Paz y Bien!”.
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