Monday, December 31, 2007

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


7.- La verdad, fuerza de la paz. (1980)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


6.- Para lograr la paz, educar para la paz. (1979)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


5.- No a la violencia, sí a la paz. (1978)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


4.- Si quieres la paz, defiende la vida. (1977)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz

3.- Las verdaderas armas de la paz. (1976)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


2.- La reconciliación, camino hacia la paz. (1975)

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz


En las seis primeras ediciones de la Jornada Mundial de la Paz no hubo lemas. Era Papa Pablo VI, quién firmó su último mensaje para esta Jornada en 1978.
Los mensajes para esta Jornada entre 1979 y 2005 son de Juan Pablo II y los tres últimos, de Benedicto XVI.
Estos los lemas. Hablan por si solos.
1.- La paz también depende de ti. (1974)

Esta es la paz que ofrece la iglesia


Hace cuarenta exactos, desde el año 1968, cada primer de año, el día 1 de enero, es la jornada mundial de la paz, por iniciativa del Papa Pablo VI, quien expresaba de este modo el objetivo y anhelo de esta celebración:
"Sería nuestro deseo que después, cada año, esta celebración se repitiese como presagio y como promesa, al principio del calendario que describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura". Era el comienzo de 1968, en plena guerra fría, en los albores mismos de aquel emblemático año 68, con el conflicto de Vietnam como pesadilla mundial y con un mundo dividido en dos bloques antagónicos.
La voz más coherente

Han pasado cuarenta años y, mientras la paz es tantas veces sólo una aspiración -muchas veces quimérica-, el compromiso de la Iglesia en favor de la paz se mantiene inalterable e insobornable.
Ver información completa, aquí

Contemplar el Evangelio de hoy



Texto del Evangelio (Jn 1,1-18):

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por Él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.


«Y la Palabra se hizo carne»


Hoy es el último día del año. Frecuentemente, una mezcla de sentimientos —incluso contradictorios— susurran en nuestros corazones en esta fecha. Es como si una muestra de los diferentes momentos vividos, y de aquellos que hubiésemos querido vivir, se hiciesen presentes en nuestra memoria. El Evangelio de hoy nos puede ayudar a decantarlos para poder comenzar el nuevo año con empuje.


«La Palabra era Dios (...). Todo se hizo por ella» (Jn 1,1.3). A la hora de hacer el balance del año, hay que tener presente que cada día vivido es un don recibido. Por eso, sea cual sea el aprovechamiento realizado, hoy hemos de agradecer cada minuto del año.


Pero el don de la vida no es completo. Estamos necesitados. Por eso, el Evangelio de hoy nos aporta una palabra clave: “acoger”. «Y la Palabra se hizo carne» (Jn 1,14). ¡Acoger a Dios mismo! Dios, haciéndose hombre, se pone a nuestro alcance. “Acoger” significa abrirle nuestras puertas, dejar que entre en nuestras vidas, en nuestros proyectos, en aquellos actos que llenan nuestras jornadas. ¿Hasta qué punto hemos acogido a Dios y le hemos permitido entrar en nosotros?


«La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1,9). Acoger a Jesús quiere decir dejarse cuestionar por Él. Dejar que sus criterios den luz tanto a nuestros pensamientos más íntimos como a nuestra actuación social y laboral. ¡Que nuestras actuaciones se avengan con las suyas!


«La vida era la luz» (Jn 1,4). Pero la fe es algo más que unos criterios. Es nuestra vida injertada en la Vida. No es sólo esfuerzo —que también—. Es, sobre todo, don y gracia. Vida recibida en el seno de la Iglesia, sobre todo mediante los sacramentos.

¿Qué lugar tienen en mi vida cristiana?
«A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Todo un proyecto apasionante para el año que vamos a estrenar!


Comentario: Rev. D. David Compte (Manlleu-Barcelona, España)

Carmelitas Descalzas de Antequera

Un momento para la oración


Juan 1, 1-18
En el principio estaba la Palabra, y la Palabra estaba ante Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba ante Dios en el principio. Por Ella se hizo todo, y nada llegó a ser sin Ella. Lo que fué hecho tenía vida en Ella, y para los hombres la vida era luz. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino para dar testimonio como testigo de la luz, para que todos creyeran por él. Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de la luz. Ella era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al mundo. Ya estaba en el mundo, este mundo que se hizo por Ella, o por Él, este mundo que no lo recibió. Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les dió capacidad para ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre, han nacido, no de sangre alguna, ni por ley de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que han nacido de Dios. Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en Él todo era don amoroso y verdad. Juan dió testimonio de Él; dijo muy fuerte: "De Él yo hablaba al decir: El que ha venido detrás de mí ya está delante de mí, porque era antes que yo" De su plenitud hemos recibido todos, y cada don amoroso preparaba otro. Por medio de Moisés hemos recibido la Ley, pero la verdad y el don amoroso nos llegó por medio de Jesucristo. Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dió a conocer; Él está en el seno del Padre, y nos lo dió a conocer.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

En este himno, que es la introducción al Cuarto Evangelio, Juan proclama la fe que nos señala como cristianos. Creemos que Jesús es la Palabra de Dios, su expresión perfecta. "Nadie ha visto a Dios Jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dió a conocer; Él está en el seno del Padre, y nos lo dió a conocer."

Señor, ayúdame a crecer en el conocimiento de Dios. Que yo pueda recibir de tu plenitud, gracia sobre gracia. Tomaste esta carne mortal por mí, y habitaste entre nosotros. Que este año que viene me acerque más a Tí.
De Espacio Sagrado

Sunday, December 30, 2007

CONTINÚA LA LUCHA DE UN OBISPO CONTRA EL TRASVASE DEL SÃO FRANCISCO EN BRASIL

(Vida Nueva) A pesar de que el pasado 20 de diciembre abandonó la huelga de hambre que mantenía desde el 27 de noviembre, el obispo franciscano de Barra (Estado de Bahía), Luiz Cappio, ha anunciado que va a continuar con su lucha contra el trasvase del río São Francisco, que motivó el inicio de su ayuno así como el que ya protagonizó en 2005 durante 11 días. El prelado interrumpió la huelga de hambre que mantuvo durante 23 días tras sufrir un desmayo por el que tuvo que ser hospitalizado y tras escuchar los consejos de sus familiares y amigos. Después de ser dado de alta, el franciscano declaró que seguirá con su lucha “hasta que derrotemos este proyecto de muerte y logremos el verdadero desarrollo de las zonas semiáridas del São Francisco”.

Según podemos leer ampliamente en el artículo que Graziela Cruz publica en el último número de Vida Nueva, el trasvase contra el que se opone Cappio, promovido por el presidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, supone un gasto de 5.000 billones de reales (casi dos billones de euros), con la construcción de dos canales que sumarán 740 kilómetros. En la actualidad, desde su nacimiento hasta su desembocadura, el río drena un área de 641.000 km 2. La oposición del prelado al proyecto había llevado al dirigente brasileño a comprometerse a paralizar durante dos meses el inicio de las obras, pero el pasado miércoles 19 de diciembre la Corte Suprema de Brasil suspendió la orden.

En la carta que el obispo de Barra envió a ‘Lula’ al iniciar su protesta, dom Cappio acusa al presidente de no haber convocado un debate popular y de no haber realizado un estudio sobre el posible impacto medioambiental de las obras. El Jefe del Gobierno invitó al presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), cardenal Geraldo Majella, a un encuentro para tratar de encontrar una solución a esta situación, pero lo que hizo la CNBB fue llamar a sus fieles a que guardasen ayuno el 17 de diciembre y se uniesen en oración al obispo brasileño.

La iniciativa de dom Cappio ha recibido los apoyos de movimientos y organizaciones sociales y ecologistas, agrupaciones de artistas y abogados, así como de diferentes iglesias, y ha suscitado que pequeñas y grandes ciudades de todo el país se sumaran a su gesto. Todos ellos denuncian que el trasvase del río –al contrario de lo que afirma el Gobierno– no llevará agua a 12 millones de personas de la región árida de Brasil, sino que sólo beneficiará a una pequeña parte de la población, enriqueciendo a unas pocas grandes empresas.

El asesor político del Consejo Indigenista Misionero (CIM), Paulo Maldos, recuerda que protestas como la que encabeza el obispo brasileño y otros movimientos sociales, políticos, de derechos humanos, pastorales, de la Iglesia católica y de la cultura, son los mismos que desde los años 80 tuvieron al propio ‘Lula’ como líder.

Más información en el nº 2.594 de Vida Nueva (América Latina, página 36).

URGEN SEÑALES DE LO NUEVO

(José Ignacio López - Periodista argentino) Aunque el cambio al que ha convocado la Conferencia de Aparecida, Brasil, es de magnitud mayúscula y prefigura un programa de largo aliento, lo cierto es que en lo inmediato debería apreciarse si ha conseguido sacudir a comunidades cristianas ganadas por la perplejidad.

Si, como se ha dicho, ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en un proceso de constante renovación que implica abandonar las estructuras caducas que ya no favorecen la transmisión del Evangelio, deberían llegar más pronto que tarde señales en esa dirección. Si hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad constituyen una urgencia pastoral, como también se ha escrito, aunque sólo fuera en potencia esas señales deberían ser insinuaciones de lo nuevo.

Ir hacia delante es dejar atrás, se nos dijo, una forma de reconocer que importantes configuraciones históricas del cristianismo no tienen futuro: modos de orar, de vivir la comunión, de peregrinar la historia, de construir instituciones.

No es poco estímulo para esa renovación de las comunidades cristianas el paradigma que se ha propuesto: el de las primitivas comunidades, aquéllas reflejadas en los Hechos de los Apóstoles. ¿Por qué? Porque supieron ir buscando nuevas formas para evangelizar de acuerdo con las culturas y las circunstancias.

Un desafío que corre el riesgo de ser vaciado de contenido, arrumbado en la colección de la retórica religiosa, si los espectáculos con los que diversos ámbitos de la Iglesia suelen cautivar al escenario de la comunicación masiva siguen siendo meras disputas de poder, expresión de aquellas estructuras caducas a las que se invita a abandonar.

Fuente: vida Nueva

Padres, ¡no exasperéis a vuestros hijos!


De pequeños el ritual de la misa dominical en familia era infaltable. Y además, era un momento esperado. Recuerdo que hacíamos fila en la sala de estar para pasar para que nuestros padres, uno a uno, nos ayudaran a hacer el examen de conciencia cuando había que confesarse.

Uno de los días en los que durante la misa era fijo que teníamos risas de complicidad, era cuando tocaba la lectura a los Colosenses 3,12-21, que nos ofrece la liturgia en este domingo de la Sagrada Familia.
Elegíamos el sitio y casi nos pelábamos por estar al lado de nuestros padres: Cuando decía: “Mujeres, someteos a vuestros maridos, como conviene en el Señor.”… los codazos y risas iban a mi madre que reía, o a mi padre que le hacía gestos como diciéndole: “¡Escucha bien!
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Será una rosa será un clavel al mes...te lo diré


Decía Antonio Machado “caminante no hay camino, se hace camino al andar, al andar se hace camino y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a cruzar.” La voz de Serrat hizo popular estos versos creo recordar que a finales de los setenta. En ese camino llevamos los cristianos muchos años y seguimos en él este domingo de la Sagrada Familia.


Por mi pequeño blog han caído algunos comentarios que hablan de otras realidades familiares. Claro que sí, las muestras a lo largo de la historia son innumerables. Pero todos tenemos en mente lo que desde tiempos del derecho romano, se entiende por familia. De hecho hasta hace bien poco, las posibilidades eran muy limitadas. Podías ser hijo de madre soltera, de viuda o viudo. Pero tenías padre y madre, aunque no los conocieses. Ahora, ya es otra cosa. Pueden haber uniones del mismo sexo, a las que el derecho civil ha regalado el nombre de familia.

“Será una rosa o será un clavel, al mes de mayo te lo diré”. Aunque algunos estén pensando más a corto plazo, concretamente en marzo. Pues eso que no se sabe que va a ser podría reflejar ese nuevo experimento que nuestra sociedad va a ensayar con la adopción de niños por parejas homosexuales. No me dirán que el tema se las trae. Yo vuelvo a insistir con la venia de los gay, que no estoy por la labor de callar frente a ese hecho. Llámenme lo que quieran, pero creo que preservar el derecho del niño a tener un padre y una madre, es de sentido común.

Y en esas están los obispos y también los cristianos, sin tener que dejar de hablar o trabajar con homosexuales conocidos. Siempre los hubo y siempre los habrá. Ellos están en su derecho a separarse de la práctica religiosa si consideran que no pueden ser fieles al estilo de vida que propone la Iglesia católica. Pero lo cierto es que hay un afán verdaderamente preocupante por querer ser considerados iguales en todos los sentidos y en todos los ámbitos de la sociedad. De manera que se está levantando una verdadera caza de brujas contra quienes no opinan lo mismo.

Me preocupa los linchamientos, aunque sean verbales, hacia personas e instituciones que no se manifiestan a favor del lobby gay. Han invertido miles de millones para dejar entrar su pensamiento en la sociedad. Si contabilizáramos la cantidad de películas, libros y otro tipo de material que publicita no ya la homosexualidad, sino la bisexualidad, nos quedaríamos de una pieza. Hagan un repaso de sus recuerdos y de la cantidad de personajes de la vida pública que están en el tema.

Soy consciente que desean asumir con naturalidad su condición y que les molesta no ser vistos como una pareja de heterosexuales. Se sienten mal y quieren que toda la sociedad asuma su condición como una variante más de la sexualidad humana. Yo no voy a entrar en terreno de especialistas, bien sean psiquíatras, sexólogos o psicólogos. Pero en principio respetando el derecho a amar a otro ser, con independencia de su condición sexual, no creo adecuado educar en esa ideología.

Me parece que un niño debe seguir un proceso normal. De hecho todos los homosexuales han formado parte de una familia heterosexual, pues ese principio debe seguir imperando. Nadie puede considerar como derecho la privación de una familia compuesta por un hombre y una mujer. Mal haría la sociedad en dejar campo libre en un terreno en el que se está experimentando con un ser inocente, como lo es en principio un niño.

Dicho esto, que seguramente me volverá a clasificar de homófoba y llevará mis palabras a algún foro de homosexuales, como ya sucedió en otras ocasiones. Sólo me resta decir la frase de siempre: Dios bendiga a los gay y que la jurisprudencia defienda a los niños.


Carmen Bellver

Católica, laica, convencida de que la fe libera y humaniza al individuo. Diplomada en Ciencias Humanas, Maestra de Audición y lenguaje, ejerce la docencia en un Centro público.

España: Fiesta de la familia en Colón

Con ataques a las políticas del Gobierno socialista
El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha clausurado el acto por la familia cristiana que se ha celebrado hoy en la plaza de Colón al que ha asistido miles de personas, y en el que se han podido oír fuertes críticas al Gobierno por sus políticas en materia de familia, tales como el matrimonio homosexual o el llamado divorcio express.
El acto ha comenzado con las palabras del cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo de Valencia, que ha criticado "la cultura del laicismo", que ha calificado como "un fraude" que "sólo conduce a la desesperción por el camino del aborto, el divorcio express y las ideologías que pretenden manipular la educación de los jóvenes", y por lo que "nos dirigimos a la disolución de la democracia".
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Bajan los fieles que van a ver al Papa


a las audiencias generales y especiales y demás celebraciones
El número de fieles y peregrinos que asistieron este año a encuentros públicos con el Papa Benedicto XVI en el Vaticano y en la residencia pontificia de Castel Gandolfo (cerca de Roma), descendió durante 2007 en 392.720 personas respecto al año precedente.

Durante 2007, asistieron al rezo del Angelus, las audiencias generales y especiales, así como a las celebraciones litúrgicas un total de 2.830.100 personas, informó hoy la sala de prensa vaticana, con datos de la Prefectura de la Casa Pontificia.

El año pasado, cuando se celebró una audiencia general más, participaron en esos mismos actos 3.222.820 fieles, según los datos de la Prefectura de la Casa Pontifica publicados el 28 de diciembre de 2006.

En 2007, asistieron al Angelus 1.450.000 personas; 729.100 a las 44 audiencias generales; a las audiencias especiales 209.000 personas y 442.000 a las celebraciones litúrgicas.
Fuente: El periodista Digital

Y, ADEMÁS, EN FAMILIA

Por Javier Leoz


1.- Dios quiso compartir con nosotros todo. Vino a vivir nuestra misma vida. Quiso existir visiblemente en medio de nosotros. Y, además, para que no faltara nada, para que no tuviéramos ninguna duda de su encarnación, quiso nacer, crecer y madurar en medio de la familia modelo: Jesús, José y María. Con la única arma del amor, la Sagrada Familia, nos invita a todos nosotros a dar cabida y potenciar el gran amor que Dios nos tiene.

La gran noticia que los ángeles nos han traído en estos días ha sido que Jesús ha nacido. Pero, detrás de ese notición, emergen dos figuras que han cuidado el Misterio y han ido unidas al pregón de esta Buena Noticia; que se han enfrentado a dificultades para que Dios salga victorioso; que se han negado a sí mismas para que, Jesús, contara con los elementos esenciales para seguir siendo esperanza. Es, ni más ni menos, la familia de Nazaret.


2.- Una familia procura para sus hijos lo mejor. José y María lo intentaron todo. Buscaron en mil rincones, llamaron en decenas de puertas….pero al final, para que se cumpliera lo establecido por las escrituras, colocaron lo mejor que pudieron a Jesús en un pesebre. Eso, sí; lo hicieron con amor y por amor.

Lo mismo, y al igual que tantos padres quieren colocar a sus hijos en la mejor posición, José y María también se pusieron manos a la obra. Les precedía una estela de sencillez y de obediencia; de pobreza y de confianza. Los tres, en familia, se convierten en medio de las Navidades en una impresionante estampa donde, por sus cuatro costados, nos sugiere muchas cosas:

--Primero: No existe familia sin inconvenientes. Hasta la de Nazaret, tocada y bendecida por Dios, tuvo que pasar por un mar de dificultades. Desde el “Sí” de María, pasando por los sueños de San José, las puertas cerradas o la huída a Egipto, nos hacen caer en la cuenta de que los grandes amores son los que más hay que cuidar. Y que, los grandes amores, son los más probados. Que no hay gran empresa, aunque sea inspirada de Dios, que no tenga sus tropiezos. Que nuestras familias, aun siendo señaladas, son en medio de la sociedad un estímulo para recuperar la salud y la paz social que cada día más se añora.

--Segundo: En la familia todos tienen su lugar y su carisma. Poco sabemos de José y de María. Pero si que es verdad que, en los dos, se da un común denominador: se pusieron manos a la obra para salvar la obra de Dios.

Uno, como carpintero. El otro, María, como portadora de la Buena Noticia. Supieron estar en el lugar que les correspondía y siendo responsables de lo que Dios les confió.
¿Por qué en muchas familias actuales hay cierto temor a desempeñar el rol que corresponde a padres y, ausencia moral, a la hora de exigir el rol que les corresponde igualmente a los hijos? Recientemente, en un estudio sobre la familia, salía a la palestra una queja de los más jóvenes: la necesidad de que los padres ejerzan como tales, sobre todo en los años donde se juega el equilibrio emocional y psicológico de las personas.

--Tercero: En la familia se aprende a vivir y a creer. Estamos en Navidad. Todo lo que en estos días estamos celebrando y expresando ¿de quién o en dónde lo hemos aprendido? Sin dudarlo, y salvo algunas excepciones, de nuestros padres y en nuestras familias.

La Sagrada Familia también nos trae una buena catequesis: la confianza, el amor y la fe en Dios, por parte de José y de María, teñía todo el ambiente de aquel primer hogar cristiano. Jesús, el camino a la sinagoga o la familiaridad con la Ley, no le vendría por imposición ni mucho menos. Desde que fue niño, estoy seguro, vería a unos padres comprometidos con Dios, enamorados de su causa y cercanos a su Ley. Fueron, sin dudarlo, los primeros y mejores catequistas en la vida del Niño Jesús.

Esto, a nosotros, nos interpela seriamente. ¿Qué estamos haciendo por el traspaso de la fe en nuestras familias? ¿Somos transmisores o cortocircuito?

3.- ¿Nos tomamos en serio nuestra misión de educadores o delegamos, por comodidad o cansancio, en otras instituciones y personas? ¿Ponemos la práctica cristiana (oración, eucaristía, bendición de la mesa, rosario, etc.) en algún momento de nuestra vida familiar o vivimos al margen de ella?

Interrogantes que, en su respuesta, denotarán si nuestras familias son cristianas o si, simplemente, se han quedado como “familias bautizadas pero sin vivencia cristiana”.


4.- Que Jesús, José y María nos ayuden a cuidar de esa gran institución en la que hemos nacido. Se suele decir que una cosa no se valora hasta que no se pierde.

Que, nosotros, sepamos dar gracias a Dios por esa gran escuela, universidad, taller y semillero de valores (religiosos, sociales, culturales…) que son nuestras familias. Sólo así, lejos de ser “clones” de una sociedad interesada y caprichosa, seremos hombres y mujeres con raíces profundas, con criterios propios y con luz personal.

En Jesús, Dios hace suyos y viene a vivir los valores más nobles y más valiosos de los hombres. Y, la familia, sin duda alguna, es uno de ellos. Y, Dios, también lo vive, lo asume y lo celebra con gusto.

Fuente: Betania

EL VALOR DE LA FAMILIA

Por José María Martín OSA


1- Las fiestas navideñas son “entrañablemente familiares”. Para muchas personas navidad es sinónimo de encuentro familiar y de nostalgia por los seres queridos que ya no se encuentran con nosotros. La familia es el mejor y más adecuado clima para el crecimiento y la madurez personal

¿Cómo? A base de amor y donación, que es el camino evangélico de realización del ser humano como persona y como creyente. El amor fue, es y será siempre el origen y el alma de la familia. Pero el amor es asignatura difícil de aprobar porque no consiste en recibir, sino que es entrega y sacrificio para hacer feliz al otro.


2.- Vivimos una época de cambio y transformaciones que han afectado también a la familia. Las encuestas, sin embargo, ponen de relieve que los españoles seguimos valorando altamente la familia, que sigue siendo una referencia esencial en nuestras vidas. Es una realidad que no podemos obviar la existencia de nuevos tipos de familia

Múltiples peligros acechan su estabilidad: problemas de convivencia, nuevos hábitos laborales, situaciones de riesgo para los hijos, falta de referencias educativas sólidas, malos tratos, crisis del compromiso estable…La consecuencia más nefasta es el gran número de familias desestructuradas y el excesivo índice de fracasos matrimoniales.

La familia de Nazaret es un modelo universal para todos los tiempos. Las difíciles circunstancias en las que Jesús creció fueron solventadas con el amor y la entrega mutua. El hogar es la primera escuela, la iglesia doméstica, donde el niño aprende lo que observa de los padres, es el lugar privilegiado para la iniciación en la fe.


3- Proteger a la familia. Durante la Segunda Guerra Mundial Victor Frank llegó al campo de concentración. La secreta razón por la que él no quería suicidarse era que tenía dos metas específicas: encontrarse con su familia y escribir un libro.

“El error de la gente, dice Frank, es preguntarse: ¿Qué puedo esperar de la vida? Cuando el acierto está en preguntarse: ¿Qué está esperando la vida de mí?”.

La familia es “la esperanza de la sociedad”, pero todos, incluidas las autoridades públicas, hemos de trabajar a favor de la familia, promoviendo medidas concretas en materia de vivienda, apoyando a las familias numerosas, solicitando medidas laborales que faciliten la convivencia y la educación de los hijos, ayudando especialmente a familias marginadas, transmitiendo a los niños y jóvenes valores auténticos frente a la superficialidad reinante, protegiendo a los ancianos frente al abandono y la soledad. Honrar a nuestros padres y respetarles nace de nuestro agradecimiento a lo que ellos han hecho por nosotros.


4- Los padres de Jesús pasaron por muchas dificultades. Seguro que su vida no fue nada fácil. Eran pobres, vivían en un pueblo pequeño y en una sociedad muy poco desarrollada, pero pusieron todo su amor en la educación de su Hijo.

Hoy se nos narra lo que sufrieron en la huída a Egipto. El evangelista Mateo quiere resaltar que Jesús es el “nuevo Moisés”, que fue llamado en Egipto para salir de allí a liberar a su pueblo. Todo ello indica que desde el principio su destino es solidarizarse con la causa de los que sufren la injusticia. Pero en todo ello pusieron todo su amor comprensivo y paciente.

Su hogar fue la escuela donde Jesús “aprendió” lo que observaba en sus padres. Los niños son esponjas que recogen todo lo que ven en sus padres. Los padres deben ir con el ejemplo por delante. Por experiencia puedo decir que muchos de los fracasos y dificultades de los niños en el ámbito escolar tienen su origen en la familia.

Pidamos a Dios por la familia y valoremos los dones que hemos recibido de nuestra familia.

De Betania

SÓLO EL AMOR HACE FAMILIA

Por Gabriel González del Estal

1.- Hoy, mejor que nunca, sabemos que no son los papeles, ante el juzgado o ante el altar, los que garantizan la vida estable de una familia. Los papeles se rompen, o se anulan, o simplemente se les ignora. Realmente, lo que hace que una familia dure es que dure el amor. Hoy día hemos perdido, sobre todo los jóvenes, el respeto que había antaño a lo legalmente establecido. El joven de hoy no suele hacer las cosas por el simple hecho de que así estén establecidas. Quiere sentirse libre ante cualquier clase de autoridad secular o religiosa.

Hace lo que cree que realmente es mejor para él en cada momento. Esto hace que la familia actual sea socialmente más frágil y más inestable que la familia tradicional. En este contexto, sólo el amor puede salvar a la familia.

Por eso, cuando hablamos de familia debemos hablar más de amor que de papeles o de requisitos legales. A mayor libertad se exige mayor compromiso y el compromiso libre y responsable de formar una familia sólo puede sostenerse y cimentarse en un verdadero amor. Que, por supuesto, es mucho más que el enamoramiento o la pasión. El matrimonio cristiano, de hecho, sólo puede cimentarse en el amor cristiano.

2.- Al que honra a sus padres el Señor le escucha. Todos los consejos que nos da, en este texto, el autor del Eclesiástico pueden resumirse en el mandamiento del amor mutuo entre todos los miembros de una familia. Son consejos que tenían valor en el siglo segundo antes de Cristo y que siguen teniendo valor ahora. Si hay amor mutuo entre padres e hijos, la familia saldrá adelante aún en los peores momentos.

Hoy quizá los dos problemas mayores de la familia actual sean acertar en la educación de los hijos y atender debidamente a los padres ya ancianos. Las dos cosas son realmente hoy más difíciles que en otros tiempos. Porque los hijos exigen más libertad cuando aún son muy jóvenes y, por otro lado, estos mismos hijos tienen demasiadas ocupaciones y compromisos cuando los padres son ya ancianos. Una vez más decimos que, si no hay verdadero amor mutuo entre padres e hijos, la familia se agrietará al principio y al final. Amor que exige el cumplimiento de todas las virtudes de las que nos habla San Pablo en la segunda lectura que ahora comentamos.


3.- Sea vuestro uniforme: la misericordia entrañable, la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión... y, por encima de todo, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada. El mejor comentario que podemos hacer a estas frases es meditarlas con atención y calma.

Casi todas las frases de este texto son absolutamente actuales, lo de la autoridad del marido sobre la mujer es simple reflejo y traducción de las costumbres y leyes de aquel momento. Si practicamos las virtudes que aquí nos recomienda San Pablo, la paz de Cristo actuará de árbitro en el corazón de cada uno de los miembros de la familia y, consecuentemente, en la vida de la familia entera.


4.- José, coge al niño y a su madre y huye a Egipto. A mí me resulta imposible leer esta frase y no pensar en el drama humano de la emigración, en nuestro tiempo. José y María tuvieron que huir a Egipto para salvar la vida de su hijo.

Hoy son muchos los jóvenes que tienen que abandonar su país para salvar su propia vida y para intentar asegurar la vida de sus padres. Los que estuvimos algunos años en Alemania para ayudar a los emigrantes españoles conocemos las innumerables dificultades que estos tenían que vencer para ganar, con muchísimo esfuerzo, unos pocos marcos y ayudar desde allí a sus padres pobres.

No es demagogia ninguna decir que es un auténtico deber cristiano ayudar, en la medida de nuestras fuerzas, a los inmigrantes extranjeros. Denunciar a todos los Herodes que pretenden aprovecharse de ellos y explotarlos; mostrarles siempre nuestra mano tendida para que encuentren un poco menos dura y difícil su permanencia entre nosotros. Sin caer en simplificaciones fáciles, ni en utopías irrealizables, que es lo mismo que decir que debemos actuar siempre con caridad cristiana y con justicia salvadora.

De Betania.es

Comentario del Evangelio de hoy


UNA FAMILIA COMO LA NUESTRA


1.- Nos hemos hecho una Sagrada Familia tan idílica, tan lejana de la realidad humana, que no extraña la respuesta de aquella mujeruca de pueblo cuando la preguntó el párroco: “doña Eladia, quién es la Santísima Trinidad? Pues San José, la Virgen y el Niño”.


El ambiente en que vivieron José, María y Jesús, no era nada tranquilizador: Palestina era un país ocupado. Los zelotes eran los terroristas de turno que asesinaban en los recovecos de la misma Jerusalén, y la represión sangrienta de las legiones romanas no se dejaba esperar. Herodes era un Rey injusto, asesino de sus propios familiares. Los dirigentes religiosos formaban un clan familiar muy apegado al dinero. Y la misma religión se había convertido, en mero cumplimiento de normas externas.



2.- Dentro de la mismo santa familia hubo sus penas y problemas. La honda pena de María, madre jovencita, que espera su primer hijo y no encuentra dónde dar a luz, y al fin lo tiene que hacer en un establo. Luego el miedo a la persecución, la huída de la noche, el destierro, el regreso al país, la búsqueda de una aldea perdida apenas conocida por los gobernantes. Cuántos días de paro forzoso para José, en una aldea de unos cuantos cientos de personas, un carpintero o más bien un hombre hábil para toda clase de chapuzas.


Y el mismo Jesús, hijo ideal, sobrino muy querido por tías como Santa Isabel, primo que se lo rifarían esos primos y primas de que nos habla el evangelio, ese Jesús que crecía en simpatía, sabiduría y gracia, fue problema para sus padres, que no le entendían. Su Madre le regañó en el Templo “¿por qué te has portado así con tu padre y conmigo?” Y no digamos el día que les dijera que se iba al desierto con su primo Juan, el Bautista.


--Una familia así no está tan lejana de las nuestras.
--¿Qué mantuvo unida a esa familia en penas y problemas?:


Fe ciega en un Padre Dios, siempre providente, que nunca vino a regalarles cestas navideñas, sino a enseñarles su voluntad y a darles fuerzas para llevarla adelante. Cómo todos tenemos experiencia que ha hecho con nuestras familias en los momentos de crisis y necesidad. Un gran amor y comprensión que les mantuvo formando una apretada piña en los momentos de crisis.


Amor que cuando salta el problema interno o externo, no acusa, no se emperra en buscar quién tiene la culpa, no se echan en cara viejas cosas que se han ido guardando en el corazón. Amor que trata de salvar lo salvable.



3.- Cuántas veces un amor comprensivo de los padres salva la crisis de un hijo y al contrario cuántas veces el amor de los hijos salva la crisis entre los padres.


--Amor que es en los hijos inmenso agradecimiento por ese sacrificio día a día de una madre y un padre que tienen que vivir pendientes de los hijos hasta que pueden vivir por si mismos. Un amor que comenzó en el mismo amor entre los padres, pero que no se reduce a la unión de células humanas, sino que es un amor libremente elegido, y realizado minuto a minuto durante días, meses y años.


--Amor que es en los padres además de ese cuidado sin límites, un amor comprensivo, sabiendo que la familia está abierta y llamada a la dispersión, porque cada hijo tiene su vocación y su camino. Todos han de salir del hogar y vivir usando bien de las alas de su libertad, y para ello hay que enseñarlos a volar como hacen las aves con las crías, aunque al aprender se rompan algún hueso contra el suelo.


--Amor que no es querer tener atados, sino querer enseñar que cada uno tiene que atarse a si mismo y manejarse con sus alas. Y esto deben saberlo los padres, y deben comprenderlo los hijos.


**Y si habéis procedido así, vosotros padres, no os inculpéis si algún hijo usa mal su libertad. Lo sentiréis naturalmente, pero no olvidéis la propia responsabilidad de los hijos.


**Y que los hijos cuando por querer volar antes de tiempo han roto un hueso cayéndose del nido, que sepan tomar su responsabilidad. No tener la cobardía de acusar a los padres, ni cargar sobre ellos responsabilidades económicas que son ellos los que deben soportar. ¡A lo hecho pecho!


José María Maruri, SJ

De Betania.es

Contemplar el Evangelio de hoy



Texto del Evangelio (Mt 2,13-15.19-23):

Después que se fueron los Magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al niño para matarle». Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: De Egipto llamé a mi hijo.
Muerto Herodes, el Angel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel; pues ya han muerto los que buscaban la vida del niño». El se levantó, tomó consigo al niño y a su madre, y entró en tierra de Israel. Pero al enterarse de que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: «Será llamado Nazareno».


«Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel»



Hoy contemplamos el misterio de la Sagrada Familia. El Hijo de Dios inicia su andadura entre los hombres en el seno de una familia. Es el designio del Padre. La familia será siempre el hábitat humano insustituible. Jesús tiene un padre legal que le “lleva” y una Madre que no se separa de Él. Dios se sirvió en todo momento de san José, hombre justo, esposo fiel y padre responsable para defender a la Familia de Nazaret: «El Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto’» (Mt 2,13).


Hoy, más que nunca, la Iglesia está llamada a proclamar la buena noticia del Evangelio de la Familia y la vida. Hoy más que nunca, una cultura profundamente inhumana intenta imponer un anti-evangelio de confusión y de muerte. Juan Pablo II nos lo recordaba en su exhortación Ecclesia in Europa: «La Iglesia ha de proponer con fidelidad la verdad sobre el matrimonio y la familia. Es una necesidad que siente de manera apremiante, porque sabe que dicha tarea le compete por la misión evangelizadora que su Esposo y Señor le ha confiado y que hoy se plantea con especial urgencia. El valor de la indisolubilidad matrimonial se tergiversa cada vez más; se reclaman formas de reconocimiento legal de las convivencias de hecho, equiparándolas al matrimonio legítimo...».


«Herodes va a buscar al niño para matarle» (Mt 2,13). Herodes ataca de nuevo, pero no temamos, porque la ayuda de Dios no nos faltará. ¡Vayamos a Nazareth! Redescubramos la verdad de la familia y de la vida. Vivámosla gozosamente y anunciémosla a nuestros hermanos sedientos de luz y esperanza. El Papa nos convoca a ello: «Es preciso reafirmar dichas instituciones [el matrimonio y la familia] como provenientes de la voluntad de Dios. Además es necesario servir al Evangelio de la vida».


De nuevo, «el Angel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto y le dijo: ‘Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y ponte en camino de la tierra de Israel’» (Mt 2,19-20). ¡El retorno de Egipto es inminente!


Comentario: Rev. D. Joan Antoni Mateo i García (La Fuliola-Lleida, España)

Carmelitas Descalzas de Antequera

Saturday, December 29, 2007

Contemplar el Evangelio de hoy


Texto del Evangelio (Lc 2,22-35):

Cuando se cumplieron los días de la purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y en él estaba el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al Niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».


«Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación»


Hoy, 29 de diciembre, festejamos al santo Rey David. Pero es a toda la familia de David que la Iglesia quiere honrar, y sobre todo al más ilustre de todos ellos: ¡a Jesús, el Hijo de Dios, Hijo de David! Hoy, en ese eterno "hoy" del Hijo de Dios, la Antigua Alianza del tiempo del Rey David se realiza y se cumple en toda su plenitud. Pues, como relata el Evangelio de hoy, el Niño Jesús es presentado al Templo por sus padres para cumplir con la antigua Ley: «Cuando se cumplieron los días de la purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: ‘Todo varón primogénito será consagrado al Señor’» (Lc 2,22-23).


Hoy, se eclipsa la vieja profecía para dejar paso a la nueva: Aquel, a quien el Rey David había anunciado al entonar sus salmos mesiánicos, ¡ha entrado por fin en el Templo de Dios! Hoy es el gran día en que aquel que San Lucas llama Simeón pronto abandonará este mundo de oscuridad para entrar en la visión de la Luz eterna: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos» (Lc 2,29-32).


También nosotros, que somos el Santuario de Dios en el que su Espíritu habita (cf. 1Cor 3,16), debemos estar atentos a recibir a Jesús en nuestro interior. Si hoy tenemos la dicha de comulgar, pidamos a María, la Madre de Dios, que interceda por nosotros ante su Hijo: que muera el hombre viejo y que el nuevo hombre (cf. Col 3,10) nazca en todo nuestro ser, a fin de convertirnos en los nuevos profetas, los que anuncien al mundo entero la presencia de Dios tres veces santo, ¡Padre, Hijo y Espíritu Santo!


Como Simeón, seamos profetas por la muerte del "hombre viejo"! Tal como dijo el Papa Juan Pablo II, «la plenitud del Espíritu de Dios viene acompañada (…) antes que nada por la disponibilidad interior que proviene de la fe. De ello, el anciano Simeón, ‘hombre justo y piadoso’, tuvo la intuición en el momento de la presentación de Jesús en el Templo».


Comentario: Abbé Dr. Daniel Meynen (San Aubain-Namur, Bélgica)


Fuente: Carmelitas Descalzas de Antequera

Un momento para la oración

Lucas 2, 22-35
Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor. El Espíritu también lo llevó al Templo en aquel momento. Como los padres traían al niño Jesús para cumplir con él lo que mandaba la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras:"Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. Porque mis ojos han visto a tu salvador, que has preparado y ofreces a todos los pueblos, luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel." Su padre y su madre estaba maravillados por todo lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: "Mira, este niño traerá a la gente de Israel ya sea caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres".

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

La Purificación es la fiesta que celebra al Señor acudiendo a su Templo, una festividad que une al Antiguo Testamento y las promesas de Dios al pueblo judío, con el cumplimiento de esas promesas en Jesús. Él no viene en esplendor, sino que como un niño en los brazos de su madre. No sólo representa a la gloria de Israel: además es la luz de la revelación para los gentiles.
De Espacio Sagrado

Friday, December 28, 2007

La liturgia ¿acerca a los creyentes a la Iglesia?


Vida Nueva) En multitud de comunidades cristianas se pone hoy en día de manifiesto la necesidad de hacer más significativa y comprensible para los fieles la celebración litúrgica, tarea nada fácil si tenemos en cuenta que, a la hora de emprender una reforma litúrgica, nadie, aunque sea sacerdote, tiene derecho a cambiar, quitar o añadir algo por su cuenta, sino tras una concienzuda investigación teólogica, histórica y pastoral, en virtud de la Constitución Sacrosanctum Concilium sobre la Sagrada Liturgia, fruto del Concilio Vaticano II.
Esta “limitación” nos lleva a plantearnos una importante cuestión: ¿es posible encontrar modos de celebrar la fe que, sin romper la comunión y la ortodoxia, acaben con las barreras que los usos litúrgicos más oficiales crean entre la gente corriente? La respuesta a esta pregunta, según distintos autores consultados por Vida Nueva, es “sí”.

Según la Sacrosanctum Concilium 22 “la reglamentación de la Sagrada Liturgia es de competencia exclusiva de la autoridad eclesiástica; ésta reside en la Sede Apostólica y, en la medida que determine la ley, en el Obispo”, algo que nos recuerda el prelado auxiliar emérito de Barcelona, Pere Tena, quien hace suya una comparación de Ignacio Oñatibia que veía la reforma litúrgica como “el deshielo de la liturgia”, en el sentido de que “el deshielo produce las aguas que fecundan y dan vida, pero también puede tener efectos catastróficos, empezando por los aludes”. Insiste en el hecho de que los ministros de la Iglesia “deben mantener siempre viva la conciencia de ser ‘servidores’ de la liturgia, y no dueños”.

Para el jesuita José María Rodríguez Olaizola, los caminos para conseguir un “muy necesario” modo de celebrar la fe que sea significativo para los creyentes sin que se pierda la “capacidad de evocación y de dar significados a la gente”, pueden pasar por “normalizar el lenguaje de los rituales, dar formación sobre las claves de la liturgia, buscar cauces para una participación más activa de todos los fieles…”. La mayor responsabilidad en este reto la sitúa Olaizola en los “celebrantes”.
Por su parte, el sacerdote de la diócesis de Bilbao, Javier M. Suescun, que ha escrito libros como Me aburro en misa (San Pablo), cree que, dado que vivimos en un mundo de la imagen, es muy importante que el sacerdote –que, en su opinión, debe aprender a “presidir” la misa, en lugar de a “decirla”- sepa recrear aquellos símbolos que tienen un carácter universal y atemporal e introducir otros nuevos. “Actualizar las oraciones oficiales, suprimir textos del AT y del NT, adaptarlos…” son otras de las propuestas de Suescun.
Para la teóloga Marta López Alonso, que preside la Asociación de Teólogas de España, aún reconociendo la necesidad de “encontrar formas alternativas de dar gloria a Dios”, se trata de un tema “muy serio, porque las formas de liturgia han de ser aquellas que canalicen y hagan presente la fuerza espiritual de la comunidad”. Se muestra convencida de que “habrá nuevas formas de celebrar cuando confiemos en la fe de los hermanos y admitamos diversos gestos que pudieran acompañar a su expresión”.
Lo más importante en una parroquia es “el clima de participación, sencillez, escucha y acogida que se va creando”, así habla en Vida Nueva el sacerdote de la orden de los Hijos de Caridad, Pepe Rodier, que presta su servicio en la parroquia San Eladio, de Leganés. Para ello propone que la liturgia dominical “se prepare durante la semana, en la escucha de los seglares, jóvenes y adultos, niños y ancianos, atentos a todo lo que se vive en el barrio”, como forma de conectar con las personas de la comunidad, pero intentando siempre “no separar el sacramento del altar y el del pobre”.
Fuente: Vida Nueva

menos bromas con los Santos Inocentes


Les han llamado “santos inocentes”. Pero con toda lógica, el día a ellos dedicado, ha derivado en “día de las inocentadas”. ¿Por qué? Porque no hay mayor inocentada que hacer creer a la gente

1. que hubo tal matanza de niños
2. que la gente tiene que celebrar una matanza... inexistente.
3. que se tiene que venerar como santos a niños... que no murieron.

De ahí que, como siempre hace el pueblo, desvíe por el camino de la risa lo que no puede conseguir por el camino del enfrentamiento.
¿Cuál es la explicación normal y racional de esta leyenda?. Hoy, que se pueden comparar leyendas, que se ha estudiado todo, que se ha relacionado... es bien sabida: la matanza de los inocentes es una leyenda más que reproduce la matanza ordenada por el Faraón en tiempo de Moisés, que a su vez reproduce la leyenda hindú cuando nació el dios Krishna. Ésta parece ser la fuente original, de donde proceden otras similares.

Cuando Krishna nació (en Mathura, India), el sabio volador Nárada Muni habló con el malvado rey Kamsa de Mathura y le dijo que este bebé estaba destinado a matarle. Como el rey no conocía el paradero de Krishná, mandó matar a todos los kumaras (en sánscrito literalmente ‘muere fácil’, bebé de menos de dos años de edad) de la zona de Mathura.

Es de suponer que los fieles católicos celebren tal fiesta como lo que es, como legendaria. Pero a la vista de lo que sucede con otros hechos y otras festividades, mucho sospecho de que haya suficientes crédulos que mantengan todavía este hecho como real y celebren que existan en el cielo “santos inocentes”.
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el Papa condena el asesinato de Benazir Bhutto


El Papa Benedicto XVI condenó hoy el asesinato de la líder opositora paquistaní Benazir Bhutto, un acto que condenó de 'brutal ataque terrorista', y rezó para que se evite más violencia tras la muerte de la ex primera ministra.

'El Santo Padre muestra su sentimiento de profunda simpatía y cercanía espiritual con los miembros de su familia y con la nación paquistaní', indicó el secretario del Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, en un telegrama de condolencia remitido a la Conferencia Episcopal paquistaní.

El Papa 'reza para que se envite más violencia y que se hagan todos los esfuerzos posibles para construir un clima de respeto y confianza tan necesario para mantener el buen orden en una sociedad y para que funcionen con eficacia las instituciones políticas del país', según el telegrama.
Fuente: El Periodista Digital

España no ha dejado de ser católica

Siete de cada diez españoles creen en Dios, según el catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, por lo que, en principio, no parece que estemos asistiendo a la laicización de la sociedad española, tal y como muchos predican. No obstante, Elzo matiza que, entre quienes se definen creyentes, no todos son de la misma confesión religiosa -aunque muchos de ellos se dicen católicos-, ni tampoco todos se definen como eclesiales. Estos argumentos, unidos a los de otros expertos consultados por Vida Nueva, coinciden en señalar que la sociedad española se ha convertido en los últimos años en una sociedad “plural”.

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Felicitación de Navidad del Sr. Obispo de Jaén

Nuevo Libro: "Caminar sobre las aguas. Cristología espiritual"



El padre Nelson Barrientos SJ. ofrece su “Cristología espiritual” como una invitación a meditar sobre la presencia de Jesús de Nazareth en medio de los signos contradictorios de nuestros tiempos. Se trata de una propuesta de sentido personal y comunitario para tiempos en que "el viento sopla fuerte y la soledad multiplica los miedos".

A través de un recorrido por diferentes escenas en la vida de Jesús, el libro nos va mostrando a un Jesús cercano en medio de los pobres y los marginados; y a unos discípulos que no logran, como nosotros hoy, entender la buena noticia de un Dios que se muestra y se esconde. Dios no se deja domesticar por nuestras pretensiones y, sin embargo, es fiel y perseverante en medio de desencuentros y dificultades. Estas reflexiones nos develan cómo los discípulos, luego de pasar tres años junto a Jesús, ven morir su ilusión al contemplarlo clavado en la cruz. Y luego nos explica cómo la resurrección derriba las barreras impuestas a las esperanzas humanas, haciendo que la fe se convierta en esperanza.

"Caminar sobre las aguas" es una invitación a experimentar el gozo de un encuentro que nos convierte en discípulos misioneros, como quien luego de ver el rostro de Cristo en los pobres y sufrientes, lleno de esperanza, se quiere sumergir en el mar.

El libro tiene un valor de $ 3.000 y puede ser adquirido en las oficinas del CEI (Almirante Barroso 75, Santiago Centro)
Fuente: CEI

Concepción: Misioneros fueron enviados a mostrar a Jesucristo


Numerosos jóvenes y adultos fueron enviados a las misiones de verano durante una eucaristía, el miércoles 26 de diciembre, en la catedral de Concepción, que presidió el presbítero Pablo Leiva, Vicario de Pastoral. Al concluir, los misioneros y misioneras recibieron un cuadernillo con las orientaciones de misión y un pequeño y sencillo altar.


En su homilía, el padre Pablo llamó a los misioneros a acoger el llamado que les hace el Señor . “No vamos por nuestra cuenta, movidos por un deseo personal, sino que es un llamado que el Señor les ha hecho a través de su Iglesia, para que podamos llegar a muchos hermanos y hermanas, en lugares apartados de la arquidiócesis”, señaló.


Manifestó, además, que “no somos sólo misioneros, somos, en primer lugar, discípulos de Jesucristo (…) El llamado del Señor no es por meritos personales, sino un llamado de amor, al cual estamos respondiendo para anunciar a Jesucristo”.Llamó también a acoger este llamado con alegría y mucha responsabilidad.


“Lo que el Señor nos enseña no es algo que podamos mirar de pasada. Lo que el Señor nos enseña tenemos que asumirlo y profundizarlo, compenetrándonos más en el misterio del Señor, lo nos han dicho también los Obispos en Aparecida: el misionero es discípulo”, afirmó.


Dijo que el misionero va a cumplir una tarea muy concreta: anunciar a Jesucristo y a transmitir su experiencia de fe. “Vamos a transmitir lo que hemos visto y oído. Vamos a transmitir nuestra propia experiencia de Dios y el encuentro personal de cada uno de nosotros que tenemos a diario con el Señor”, subrayó.


Finalmente, precisó que los misioneros son servidores. “Vamos a servir como Jesucristo, porque Él no vino a ser servido, sino a servir. Vamos dispuestos a servir como siervos y a dar la vida si fuere necesario como nos muestra el mismo San Esteban, primer mártir cristiano”, concluyó.


Fuente: Iglesia.cl

Contemplando el Evangelio de hoy




Texto del Evangelio (Mt 2,13-18): Después que los magos se retiraron, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle». Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen».

«Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto»


Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.

San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14).

Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.

Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos... que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos los dice Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».

Que la luz nueva, clara y fuerte de Dios hecho Niño llene nuestras vidas y consolide nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.

Comentario: Rev. D. Joan Pere Pulido i Gutiérrez (Molins de Rei-Barcelona, España)

Carmelitas Descalzas de Antequera

un momento para la oración

Mateo 2, 13-18
Después de marchar los Magos, el Ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes buscará al niño para matarlo". José se levantó; aquella misma noche tomó al niño y a su madre, y partió hacia Egipto, permaneciendo allí hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que había anunciado el Señor por boca del profeta: Llamé de Egipto a mi hijo. Herodes se enojó muchísimo cuando se dio cuenta que los Magos lo habían engañado, y fijándose en la fecha que ellos le habían dicho, ordenó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y sus alrededores. Así se cumplió lo que había anunciado el profeta Jeremías: En Ramá se oyeron gritos, grandes sollozos y lamentos: es Raquel que llora a sus hijos: éstos ya no están, y no quiere que la consuelen.

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Hay algo en el asesinato de estos niños que sacude nuestra fe. ¿Cómo pudo Dios permitir que estos inocentes e indefensos niños fueran muertos por personas malvadas, cuando todas sus vidas estaban por delante? Hace tres años vimos la masacre de cientos de niños en Besian, y vimos sus padres y familiares angustiados e iracundos. Nos recuerda los Salmos de ira y protesta (Salmo 94):

"¿Hasta cuándo, Señor, esos malvados, hasta cuándo los malvados triunfarán? Hablan mal, dicen insolencias, se jactan todos esos malhechores.

Pero el Señor es para mí una ciudadela, mi Dios es la roca donde me refugio. Hará que sobre ellos recaiga su maldad, y los aniquilará su propia malicia: El Señor, nuestro Dios, los aniquilará."
De Espacio Sagrado

Thursday, December 27, 2007

El cardenal de los pobres

Le llamaban el padre de los pobres. Formaba, junto a los también obispos Arns, Camara, Méndez Arceo o Casaldáliga, el ramillete de los prelados sin mitra. Obispos del y para el pueblo.

El cardenal Aloisio Lorscheider, defensor de los más humildes y luchador de la libertad, murió el pasado día 23 (un día antes del nacimiento de Cristo al que entregó toda su vida), a los 83 años, por parada múltiple de órganos.

Era una de las grandes personalidades de la Iglesia latinoamericana y mundial. Reconocido por todos, incluso por los líderes de los sectores más conservadores de la Iglesia. No en vano pudo suceder al mismísimo Pablo VI al frente de la Iglesia universal. Tanto fue así que cosechó muchos votos en los dos cónclaves en los que participó. De hecho, en 1978, aglutinó los votos de los grandes electores del Tercer Mundo en torno al perfil de un «Papa pastor». Un perfil que encarnaba a la perfección Albino Luciani. Y el Patriarca de Venecia accedió al trono de Pedro con el nombre de Juan Pablo I. Y, más tarde, confesaría que su voto había sido para Lorscheider.

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Un momento para la oracióm

Juan 20, 2-8
Fué corriendo en busca de Simón Pedro y del otro discípulo a quien Jesús amaba y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Como se inclinara, vio los lienzos tumbados, pero no entró. Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero, vio y creyó.

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Juan recrea el momento en que el mundo cambió para él. Recuerda el asombroso mensaje de María Magdalena; la alocada carrera a la tumba, el domingo en la mañana; el acto de inclinarse en la entrada de la tumba para ver en su interior; ver el sudario enrrollado y colocado sobre la piedra; dejar que Simón Pedro entrara primero, y luego�el�darse cuenta que la muerte había�sido vencida.��
De Espacio Sagrado

¡Buenos días trabajo!


Job se levantó y lleno de dolor

se rasgó la ropa, se rapó la cabeza

y se inclinó en actitud de adoración.

Entonces dijo:

- Desnudo vine a este mundo

y desnudo aldré de él.

El Señor me lo dio todo

y el Señor me lo quitó.

¡Bendito sea el nombre del Señor!"

(Job 1, 20-21)


Señor, en ti engo mi confianza.

Dame tu disponibilidad

para creer siempre en tí:

en la abundancia y en la escasez,

con riqueza o sin ella

¡Bendito sea el nombre del Señor!

Amén

Wednesday, December 26, 2007

"Para Dios hecho carne, todo es posible"


Norberto Alcover, periodista, escritor y comunicador jesuita
Es uno de los creadores de opinión más prestigiosos de la Iglesia española. El jesuita Norberto Alcover (Palma de Mallorca, 1940) lleva años dando la cara por la iglesia en los medios de comunicación. No en vano es de los pocos eclesiásticos con nombre y peso suficiente para escribir columnas en El País, Abc o el Diario de Mallorca. Escritor prolífico también, acaba de publicar “Contemplar la Navidad”, una excelente “catequesis” navideña, porque “una vez que Dios se hace carne, todo es posible”.
Se decanta por Blázquez y pide a la Iglesia que no se convierta “en el castillo de Kafka”. Norberto reconoce, de entrada, que su obra “Contemplar la Navidad” (San Pablo) “es una sugerencia del director de la editorial, Pedro Miguel García”. Se trata “de una catequesis navideña, que consta fundamentalmente de un elemento pictórico, un comentario meditativo, un texto del Vaticano II, un poema navideño y una plegaria para rezar”, explica.
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Contemplar el Evangelio de hoy


Texto del Evangelio (Mt 10,17-22):
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará».



«Os entregarán a los tribunales y os azotarán»



Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de su primer mártir, el diácono san Esteban. El Evangelio, a veces, parece desconcertante. Ayer nos transmitía sentimientos de gozo y de alegría por el nacimiento del Niño Jesús: «Los pastores regresaron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto» (Lc 2,20).


Hoy parece como si nos quisiera poner sobre aviso ante los peligros: «Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán» (Mt 10,17). Es que aquellos que quieran ser testimonios, como los pastores en la alegría del nacimiento, han de ser también valientes como Esteban en el momento de proclamar la Muerte y Resurrección de aquel Niño que tenía en Él la Vida.


El mismo Espíritu que cubrió con su sombra a María, la Madre virgen, para que fuera posible la realización del plan de Dios de salvar a los hombres; el mismo Espíritu que se posó sobre los Apóstoles para que salieran de su escondrijo y difundieran la Buena Nueva —el Evangelio— por todo el mundo, es el que da fuerzas a aquel chico que discutía con los de la sinagoga y ante el que «no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba» (Hch 6,10).


Era un mártir en vida. Mártir significa “testimonio”. Y fue también mártir por su muerte. En vida hizo caso de las palabras del Maestro: «No os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento» (Mt 10,19).


Esteban, «mirando al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios» (Hch 7,55). Esteban lo vio y lo dijo. Si el cristiano hoy es un testigo de Jesucristo, lo que ha visto con los ojos de la fe lo ha de decir sin miedo con las palabras más comprensibles, es decir, con los hechos, con las obras.


Comentario: Rev. D. Joan Busquets i Masana (Sabadell-Barcelona, España)

Carmelitas Descalzas de Antequera

Un momento para la oración...

Mateo 10, 17-22
"?Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos. Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará."

¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Señor, no me han arrastrado ante gobernadores o reyes; pero ha habido ocasiones en que me he sentido como oveja entre lobos, y metafóricamente he sufrido el látigo por mi fe. Cuando yo esté bajo estas presiones, no me olvides. Ve que yo sepa lo que tenga que decir, y ayúdame para tener la valentía de decirlo.
De Espacio Sagrado

Algo para pensar y orar en esta semana


La expresión "empuja", está cargada de significado y recuerdos para todas las madres jóvenes.
Todas han debido empujar o pujar a sus niños para que salgan del grato ambiente de sus entrañas, a través de una estrecha salida, y entrar a un frío y peligroso mundo, fuera de su madre.
Aunque sea muy doloroso el parto, ellas saben que el niño ya es muy grande para quedarse, y necesita avanzar en su vida y separarse de ellas. María también conoció esa experiencia, aunque ella era rara vez mencionada en los libros sagrados (la mayoría escritos por hombres que nunca tuvieron esta experiencia).
Jesús la destacó en una de sus parábolas, en la que mostraba el contraste entre el dolor del parto y la alegría de la madre al darse cuenta que ha traído una nueva criatura a este mundo, capaz de respirar, alimentarse y vivir fuera de su cuerpo.
Todo este tumulto emocional de dolor, ansiedad y felicidad, está reflejada en el rostro de María mientras acuna al Niño Dios.
De Espacio Sagrado

¡Buenos días trabajo!


"El Señor dirige los pasos del hombre

y lo pone en el camino que a él le agrada.

Aún cuando caiga, no quedará caido,

porque el Señor lo tiene de la mano"

(Salmo 37, 23-24)


Dirige mis pasos, hoy, Señor.

Acompáñame en todo lo que haga

para que no me aparte de tu camino.

Y si tropiezo, Señor,

levántame con tu mano bondadosa.

María, Madre Virgen,

ruega por nosotros.

Amén

Tuesday, December 25, 2007

La vida de la Iglesia en el año que termina

Las imágenes de Juan Pablo II recorriendo el sur de Chile volvieron a contemplarse este año, al cumplirse 20 de su memorable visita.

Los discursos vibrantes del Cardenal Raúl Silva Henríquez se releyeron desde la actualidad, en la celebración de los cien años de su natalicio.

En un Especial que repasa mes a mes los sucesos de este año, Iglesia.cl nos invita a revivir este tiempo.

La Iglesia vivió este año significativos momentos de renovación y comunión en su misión evangelizadora: a nivel latinoamericano, la V Conferencia General de Aparecida marcó el camino del discipulado misionero hacia el encuentro de los alejados; y en Chile, la preparación de las próximas Orientaciones Pastorales fue la causa de una inédita experiencia de comunión y participación altamenta valorada: la primera Asamblea Eclesial, que congregó a más de 500 personas de todo el país.

En un año de interesantes y profundos debates sociales, la participación de la Iglesia en la resolución de conflictos laborales y sociales estuvo acompañada de una palabra profética sobre la equidad social y el "sueldo ético".

Tras variadas reacciones, la interpelación desde el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia derivó en la creación de un Consejo Asesor Presidencial. "Sin justicia social no hay democracia integral", proclamaron los obispos citando a san Alberto Hurtado.

La postura de la Iglesia también se hizo oír en defensa del derecho a la vida y de la dignidad de la persona humana, particularmente en lo relativo a cuestionadas políticas públicas sobre la regulación de la natalidad; en el debate sobre la reforma de la enseñanza; y frente a tragedias naturales (como sismos y temporales) y sociales (como la violencia, la proliferación de armas y las agresiones y homicidios de mujeres).

2007 también ha sido un año de regalos: el Santo Padre nos regaló una bella Encíclica sobre la esperanza cristiana y un libro maravilloso sobre Jesús de Nazaret; los pastores del continente han puesto en nuestras manos el Documento Conclusivo de Aparecida; los obispos chilenos han dirigido una Carta Pastoral a los hombres y mujeres del Campo.

Y también un año de despedidas: a don José Manuel Santos, arzobispo emérito de Concepción, que falleció en septiembre; y a los padres Juan de Castro, Alfredo Pouilly, Ricardo Sammon, José Luis Castro y recientemente a Hernán Alessandri, entre otros sacerdotes difuntos.

Les invitamos a recorrer los acontecimientos más significativos del año:

Ir a Especial.

Fuente: Prensa CECh

El Padre Dios ha llamado a Mons. Sergio Correa Gac

Fundación Las Rosas comunica el sensible fallecimiento de quien fuera su Capellán durante 30 años.


Sus funerales se realizarán el miércoles 26 de diciembre a las 12:00 horas en el Santuario a María Santísima (Rivera 2005; Independencia). Y serán presididos por el Cardenal Arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz.




Un sacerdote muy querido y respetado por todos que, en sus 67 años de ministerio sacerdotal, encontró en la celebración diaria de la Santa Misa el alimento y la fuerza del amor de Cristo para ponerse al servicio de los adultos mayores más pobres y desvalidos del país.

La Iglesia le confió diversos ministerios pastorales en parroquias, Caritas Santiago y, finalmente, la de “acoger, alimentar, acompañar en la salud y llevar al encuentro del Señor” a miles de personas en los hogares de la Fundación.

Desde sus inicios infundió un gran espíritu de oración y de caridad responsable y concreta, tanto en los hogares como en los voluntarios y bienhechores para dar una esperanza y vida digna a quienes, muchas veces, lo habían perdido todo.




Encontró en la Santísima Virgen, Madre de los sacerdotes, un apoyo insustituible en su fidelidad sacerdotal, un consuelo en la dificultad y una Madre que acoge a todos. “Soy un contemplativo de esta obra de María”, nos decía.

Sus restos descansaran en el Santuario a María Santísima de Fundación Las Rosas, testigo de su generoso y abnegado ministerio, a los pies del altar del Sagrado Corazón como un testimonio de la caridad de Cristo en medio de nosotros.

Invitamos a todos a elevar una oración al Padre, rico en misericordia, en la confianza que van a ser suyas las promesas del Señor:

“ven, siervo bueno y fiel,…entra a formar parte del gozo de tu Señor” (Mt 25,23).

Fuente: Fundación Las Rozas



Feliz Nochebuena

Felicidades

Feliz Navidad


Jesús, el gran regalo de la humanidad

Mensaje de Navidad del Cardenal Errázuriz
“El Hijo de Dios quiso hacerse pequeño, ser hermano nuestro, para abrirnos los caminos de la alegría y la felicidad, para servir a la vida, la verdad y la paz”, señala el Cardenal Francisco Javier Errázuriz en su mensaje de Navidad 2007.
Una reflexión sobre el misterio del nacimiento de Jesús y su significado para el mundo cristiano hoy contiene el mensaje de Navidad del Cardenal Francisco Javier Errázuriz, dado a conocer en la noche del 24 de diciembre. “Los cristianos no lo dudamos: con el nacimiento de Jesús en Belén recibió la historia humana un nuevo comienzo. Dios quiso aparecer en Belén de manera inaparente, como un niño, como hijo de un carpintero, y en un lugar de dolorosa pobreza.
Habríamos querido ofrecerle otro sitio para su nacimiento. Pero él quiso hablarnos en otro lenguaje, y nos pide valorar con nuestro amor y nuestras acciones las fuentes de vida inaparentes, los niños, los trabajadores y los rostros de tan diferentes pobrezas”, indica el Cardenal Errázuriz.
En su mensaje, el Arzobispo de Santiago dice que Jesús nació para sonreírle al mundo, “y despertar así nuestra capacidad de amar y de servir, saciando toda sed de verdad y de bien. Ante su cuna, por así decirlo, palidece la violencia, se desvanece el egoísmo, se esfuma la mentira y la maldad. No vino a engañarnos ni a oprimirnos.
El Hijo de Dios quiso hacerse pequeño, ser hermano nuestro, para abrirnos los caminos de la alegría y la felicidad, para servir a la vida, la verdad y la paz”.
Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl

«No hay sitio para Dios»

El Papa denuncia el egoísmo y la deriva medioambiental
El Papa denunció hoy que la humanidad espera a Dios, pero que está "tan ocupada consigo misma que necesita todo el espacio" y que por ello "cuando llega el momento no tiene sitio para Dios, que entra en el mundo, pero no se le escucha y no se le acoge".

Benedicto XVI hizo esta manifestación en la homilía de la tradicional Misa del Gallo, en la que también lamentó el estado en el que se encuentra el planeta, "debido -afirmó- al abuso de las fuentes de energía y de su explotación egoísta y sin ningún reparo".

En una basílica de San Pedro abarrotada de fieles, en una noche fría y con una imagen del Niño Jesús a su lado, el Papa Ratzinger recordó en esta madrugada el nacimiento de Jesús, cómo María le envolvió en pañales y cómo le acostó en un pesebre, "porque no tenían sitio en la posada donde pretendían alojarse".

"La humanidad espera a Dios. Pero cuando llega el momento, no tiene sitio para él. Está tan ocupada consigo misma de forma tan exigente que necesita todo el espacio y todo el tiempo para sus cosas y ya no queda nada para el otro, para el prójimo, para el pobre, para Dios", se lamentó el pontífice.

Benedicto XVI agregó que "cuanto más se enriquecen los hombres, tanto más llenan todo de sí mismos y menos puede entrar el otro" y denunció que "Aquel por el que el mundo fue hecho entró en el mundo, pero no se le escucha, no se le acoge".

En esa línea, el obispo de Roma se preguntó si los hombres tienen tiempo para el prójimo "que tiene necesidad de nuestras palabras, de nuestro afecto".
"¿Tenemos tiempo para el que sufre y necesita ayuda?. ¿Tenemos tiempo para el prófugo o el refugiado que busca asilo?, ¿Tenemos tiempo y espacio para Dios?, ¿Puede entrar en nuestras vidas?. ¿Encuentra un lugar en nosotros o tenemos ocupado todo nuestro pensamiento?", se preguntó.

Benedicto XVI respondió que el Mensaje de Navidad nos hace reconocer la oscuridad de un mundo cerrado, nos muestra la realidad diaria, pero que también nos dice que Dios "no se deja encerrar fuera y encuentra un espacio, entrando por el establo".

El Papa teólogo manifestó que en el establo de Belén está el punto de partida y que con su venida al mundo Cristo no reconstruye un palacio cualquiera, "ya que Él vino para volver a dar a la creación, al cosmos, su belleza y su dignidad".
En ese punto el Papa recordó la frase del Evangelio de Juan "la Palabra se hizo carne y puso su mirada entre nosotros" y a san Gregorio de Nisa (uno de los padres de la Iglesia) que la usaba con frecuencia y afirmó que el cosmos "está herido y desfigurado por el pecado".

"¿Que habría dicho (Gregorio de Nisa) si hubiese visto las condiciones en las que se hoy se encuentra la Tierra a causa del abuso de las fuentes de energía y de su explotación egoísta y sin ningún reparo?", se preguntó el Papa, que añadió que San Anselmo de Canterbury ya describió "de manera casi profética lo que nosotros vemos hoy en un mundo contaminado y con un futuro incierto".

El Pontífice manifestó que la Navidad, "es la fiesta de la creación renovada".
Joseph Ratzinger también se refirió al Padrenuestro y dijo que cuando decimos "padrenuestro que estás en los cielos" tenemos que tener que tener en cuenta que Dios "no se encierra en lugar alguno" y que el cielo "no pertenece a la geografía del espacio, sino a la geografía del corazón".

Fuente: El Periodista Digital

Nochebuena en Belén

Más de 20.000 peregrinos y turistas cristianos, del total de 60.000 que visitan estos días Tierra Santa, siguieron en la Plaza del Pesebre la misa de Nochebuena en la iglesia de Santa Catalina, junto a la Basílica de la Natividad.

Contemplar el Evangelio de hoy




Texto del Evangelio (Jn 1,1-18):


En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron.
Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Éste vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de Él y clama: «Éste era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, Él lo ha contado.



«La Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros»


Hoy, con la sencillez de niños, consideramos el gran misterio de nuestra fe. El nacimiento de Jesús señala la llegada de la “plenitud de los tiempos”. Desde el pecado de nuestros primeros padres, el linaje humano de había apartado del Creador. Pero Dios, compadecido de nuestra triste situación, envió a su Hijo eterno, nacido de la Virgen María, para rescatarnos de la esclavitud del pecado.

El apóstol Juan lo explica usando expresiones de gran profundidad teológica: «En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios» (Jn 1,1). Juan llama “Palabra” al Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad. Y añade: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1,14).

Esto es lo que celebramos hoy, por eso hacemos fiesta. Maravillados, contemplamos a Jesús acabado de nacer. Es un recién nacido… y, a la vez, Dios omnipotente; sin dejar de ser Dios, ahora es también uno de nosotros.

Ha venido a la tierra para devolvernos la condición de hijos de Dios. Pero es necesario que cada uno acoja en su interior la salvación que Él nos ofrece. Tal como explica san Juan, «a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios» (Jn 1,12). ¡Hijos de Dios! Quedamos admirados ante este misterio inefable: «El Hijo de Dios se ha hecho hijo del hombre para hacer a los hombres hijos de Dios» (San Juan Crisóstomo).

Acojamos a Jesús, busquémosle: solamente en Él encontraremos la salvación, la verdadera solución para nuestros problemas; sólo Él da el sentido último de la vida y de las contrariedades y del dolor. Por esto, hoy os propongo: leamos el Evangelio, meditémoslo; procuremos vivir verdaderamente de acuerdo con la enseñanza de Jesús, el Hijo de Dios que ha venido a nosotros. Y entonces veremos cómo será verdad que, entre todos, haremos un mundo mejor.


Comentario: Mons. Jaume Pujol i Balcells, Arzobispo metropolitano de Tarragona y Primado


De Las Carmelitas Descalzas de Antequera