Aunque la política es que no se publiquen los discursos de los “padres sinodales”, el presidente de los obispos polacos difundió resúmenes de lo dicho por muchos de ellos ante el pleno
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO
Si el Vaticano no difunde los discursos de los “padres sinodales”, se ocupa el obispo polaco. El sitio web de la Conferencia Episcopal de Poloniapublicó un resumen breve de los mensajes que algunos participantes en el Sínodo pronunciaron ante el pleno, al inicio de esta semana. Así rompió la política establecida por los organizadores de la asamblea episcopal, según la cual el contenido de esas intervenciones debía ser reservado.
Varias confirmaciones y alguna noticia surgen de la lectura rápida de las fichas preparadas por el arzobispo de Poznan,Stanislaw Gadecki, y que sintetizan las alocuciones de todos padres que tomaron la palabra durante el lunes 5 de octubre en el Aula Nueva del Sínodo. Sus sesiones continuarán hasta el 25 de octubre.
En primer lugar, del texto emerge una polarización en torno al tema de los divorciados vueltos a casar. Esto no es ninguna novedad. El más directo en este tema fue el obispo de Minsk y presidente de la Conferencia Episcopal de Bielorrusia,Tadeusz Kondrusiewicz.
“¿Qué estamos haciendo aquí? Debemos hablar de la familia y no de otros casos. Si estamos de acuerdo en dar la comunión a los divorciados que viven en una nueva relación, estamos a favor del divorcio”, exclamó.
En la línea de reforzar la doctrina se manifestaron otros cardenales, entre ellos el presidente del Pontificio Consejo para los Laicos del Vaticano, Stanislao Rylko. Él cuestionó que hoy “no muchos quieren ser obligados a ir a un hospital de guerra”, refiriéndose a la imagen que muy a menudo usa el Papa para referirse a la acción misericordiosa de la Iglesia. Insistió que muchos bautizados no quieren confesarse y que, a la crisis de la familia, se suma la crisis de fe.
Ilustró sus palabras con la cita bíblica: “Porque vendrá el tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos”.
A Rylko lo siguió el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, que pidió una palabra de apoyo del Sínodo para con los sacerdotes que trabajan con las familias y agregó: “Se debería recordar que las situaciones difíciles son un hecho común. Debemos hacer un homenaje a las familias que están luchando para permanecer fieles a las promesas de matrimonio hechas ante Dios, no obstante las adversidades y problemas”.
Mientras el arzobispo de Nueva York, Thimothy Dolan, instó defender “lo que Dios ha revelado sobre el matrimonio y la familia”. Añadió que la tarea de la Iglesia es sostener a las “familias sanas” y advirtió que algunas corrientes culturales o acercamientos sociológicos “son una amenaza para la familia”.
Con posiciones contrarias se cuenta al obispo de Amberes (Bélgica), Johan Bonny Jozef, quien llamó a reconocer los “elementos positivos” en las uniones civiles y a prestar atención en los “granos de verdad” que habría en ellas. Solicitó evitar la exclusión y dejar “margen de maniobra” a los pastores locales en estos temas delicados. Cerró invitando a “desarrollar una visión de la Iglesia como familia, con unidad en la diversidad”.
Otros “padres sinodales” abogaron por un cambio de lenguaje y actitud hacia quienes viven dificultades personales o familiares. Como los neozelandeses John Dew y Charles Edward Drennan. Este último constató que “muchos experimentan rechazo y dejan la Iglesia”, por eso es necesario “cambiar al idioma de la misericordia”.
“Dios te ama así como eres, pero él no te deja en el lugar en el cual te encuentras. Hoy, este mensaje debería ocupar un rol más importante que nunca”, señaló Gérald Lacroix de Canadá.
Un particular el intercambio de frases a distancia sostuvieron, sobre este tema, el arzobispo panameño José Luis Lacunza Maestrojuán y el patriarca de Antioquía, Laham Grégorie III. El primero se preguntó si Pedro, representado hoy por el Papa, “no podría ser más misericordioso que Moisés”, quien en su tiempo autorizó el repudio a las mujeres. El patriarca le respondió recordando que “Jesús corrigió a Moisés” y precisó que “la inestabilidad del matrimonio es contraria a su naturaleza”.
El resumen de Gadecki confirmó también las quejas sobre el sistema de trabajo, que fueron manifestadas por los cardenales George Pell, secretario de Economía del Vaticano y Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Pell reconoció el valor de las discusiones abiertas, pero pidió ser muy claros a la hora de distinguir entre “propuestas” y “cambios reales”. Además cuestionó la redacción del “Instrumentum Laboris”, el documento de trabajo que guía los debates de estos días, y pidió explicaciones sobre una comisión de 10 padres sinodales que trabajará en la relación final del Sínodo. Sandri mostró dudas sobre la labor en los “círculos menores” y preguntó sobre qué textos debían basar sus discusiones.
Esto porque la relación introductoria a este Sínodo 2015, realizada por el cardenal húngaro Peter Erdö, causó controversia. Aunque debía ser un resumen fiel del “Instrumentum”, sorprendió en el apartado de los divorciados vueltos a casar. Ahí el purpurado incluyó párrafos que no eran producto de las discusiones en la asamblea episcopal de 2014. Esas oraciones estaban dirigidas a cerrar definitivamente cualquier discusión sobre las personas en estas condiciones.
Cuando se le preguntó a Erdö el por qué de los párrafos agregados, respondió –en conferencia de prensa- que eran un “producto casi matemático” (es decir un reflejo fiel) de “la voz de la Iglesia” que se había manifestado entre la publicación original del “Instrumentum laboris” y el inicio de este Sínodo. Pero fue desmentido inmediatamente por el cardenal Baldisseri, el cual aclaró que todos los comentarios precedentes a la apertura de la asamblea sinodal fueron incluidos en ese documento de trabajo.
Las diferencias de opinión se extendieron a otros “padres sinodales”. Mientras el cardenal arzobispo de Caracas(Venezuela), José Urosa Sabino, agradeció abiertamente a Erdö por ese documento, el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, se dijo “perplejo”, pidió que no se cierre el debate sobre los divorciados vueltos a casar, y ponderó: “Todo o nada no es una opción. No debemos mostrar sólo los aspectos negativos de nuestra cultura, porque nuestro pueblo no nos entiende”.
Al margen de todas estas confirmaciones, apareció una noticia. Pío Vito Pinto, decano del Tribunal de la Rota Romana, anunció que la reforma del Papa Francisco sobre las nulidades matrimoniales no se aplicará a los procesos en curso hasta este 8 de octubre. Y que esa fecha marcó el inicio de un proceso de transición entre el viejo y el nuevo sistema judicial. “Los obispos deben ser conscientes de la enorme responsabilidad que tienen como parte de estos procesos”, apuntó.
Vatican Insider
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