Pedro Manuel Salado, un gaditano nacido en Chiclana, vivió dedicado a ayudar a la infancia y murió salvando a unos niños. Misionero en Ecuador desde hace 20 años,no consiguió salir con vida tras su gran proeza.
«Estaba en la playa con los niños a los que cuidaba, en un día que parecía tranquilo», explica el padre Manuel, compañero de la institución religiosa familiar Hogar Nazaret. «Siete niños quedaron atrapados entre las olas yse lanzó al agua para sacarlos uno a uno», explica.
«Luchando con el agua, las fuerzas se le fueron agotando y utilizó el último esfuerzo para sacar al último niño», relata. «Él no habría podido vivir sabiendo que un niño había fallecido», concluye el padre.
"Era un hombre sencillo y humilde", confiesa el padre Manuel.Y siempre se rodeo de niño. De hecho trabajaba en una escuela, en la que vivían niños en situación de riesgo o desamparo y donde le llamaban 'el papi'. "Él no quería volver a España, decía que no podía dejar a los niños allí". Y, al final, lo dio todo por ellos.
Misionero fallece tras salvar la vida a 7 niños
El hermano Pedro Manuel Salado, natural de Chiclana de la Frontera, Cádiz, se consagró al Señor, en la Familia Eclesial Hogar de Nazaret, en el año 1990 y hasta 1998 vivió en el Hogar de Nazaret de Córdoba; en este año fue destinado a la misión que la obra tiene en Quinindé, Ecuador. Y allí ha servido al Señor, en la Iglesia y en los niños desamparados, dirigiendo un Hogar y la Escuela-Colegio Sagrada Familia de Nazaret, “con una entrega reconocida por aquellos que lo conocíamos y habíamos convivido con él”, afirma una nota enviada a ZENIT por el Hogar de Nazaret.
El 5 de febrero, la comunidad misionera se había ido con los niños y niñas que tienen acogidos a una playa cercana a la misión. Estando los niños jugando en el agua cerca de la orilla una ola se llevó a siete hacia dentro. El hermano Pedro, a pesar del respeto que solía tener al mar, no dudó en lanzarse al agua diciendo “tengo que salvar a mis niños” y los fue sacando uno por uno. Tras sacar a los dos últimos niños (Selena y Alberto), fallecía en la orilla exhausto.
Al conocer la noticia, el obispo de Esmeraldas afirmaba que “el hermano Pedro murió como vivió” entregado a Dios y a los niños. El lema del Hogar de Nazaret es “Si el grano de trigo cae en tierra y muere da mucho fruto” (Jn 12,24). “Pedro Manuel lo ha cumplido con creces durante su vida y en este último acto heroico”, afirma la nota. Uno de sus niños decía llorando: “Y ahora ¿quién va a cuidar de nosotros?”.
La obra Hogar de Nazaret seguirá acogiendo a esos niños, pero hay varios que estaban esperando al mes de marzo para ir a vivir con Pedro Manuel. “Pedimos a Dios las vocaciones necesarias para poder atender a estos niños”, afirma la nota de el Hogar de Nazaret. “En un domingo en el que celebrábamos en muchas diócesis la jornada de la Vida Consagrada, nuestro hermano nos ha recordado hasta dónde puede llegar el amor a Dios y al prójimo”, afirma la nota. Y concluye: “Tristes por su ausencia, pero gozosos por su generosidad y valentía, agradecemos a Dios el don que ha hecho al enviar al hermano Pedro a nuestra obra, Hogar de Nazaret, y a la Iglesia”.
El Hogar de Nazaret es una institución fundada por María del Prado Almagro Roldán en 1978. Actualmente es la directora general de la misma. La obra desarrolla su actividad en una doble vertiente. Por un lado atienden a niños cuya situación familiar es difícil, en hogares, ofreciéndoles un ambiente lo más parecido a una familia (siempre grupos pequeños, de 6 a 8), y por otro lado, se dedican al apostolado familiar, en colaboración con las parroquias. Tienen hogares en España (Granada, Albolote, Málaga, Chiclana, Sevilla, Córdoba, Puente Genil, Valdepeñas, Madrid y Toledo) y en Ecuador (Quinindé), donde además de tres hogares, dirige una escuela que comprende edades de 3 a 18 años. Su carisma se inspira en la Sagrada Familia de Nazaret y en su espíritu oculto de humildad, trabajo y sencillez.
Multitudinaria despedida en Chiclana al misionero que falleció en Ecuador tras salvar la vida de siete niños
Cientos de personas han acudido en la tarde de este sábado a despedir en Chiclana de la Frontera (Cádiz) a Pedro Manuel Salado, el misionero originario de dicha localidad gaditana fallecido el pasado domingo en Ecuador tras salvar la vida a siete niños que habían sido arrastrados por el mar en una playa cercana a la localidad de Quinindé.
CHICLANA DE LA FRONTERA (CÁDIZ), 11 (EUROPA PRESS)
Cientos de personas han acudido en la tarde de este sábado a despedir en Chiclana de la Frontera (Cádiz) a Pedro Manuel Salado, el misionero originario de dicha localidad gaditana fallecido el pasado domingo en Ecuador tras salvar la vida a siete niños que habían sido arrastrados por el mar en una playa cercana a la localidad de Quinindé.
El alcalde de Chiclana, Ernesto Marín (PP), ha indicado a Europa Press que la Iglesia Mayor del municipio estaba "absolutamente llena" a las 16,30 horas de este sábado, hora en la que comenzaba la misa por este misionero de 43 años.
"El pueblo se ha volcado con este señor que se ha comportado como un auténtico héroe, algo muy difícil de ver en una sociedad carente de valores en la que hacen falta personas como Pedro Manuel", ha manifestado el primer edil. Posteriormente, la familia y la congregación han llevado a cabo el sepelio en un acto "más privado e íntimo".
La localidad gaditana ha amanecido esta mañana con la bandera izada a media asta en su segundo día de luto por el fallecimiento de este vecino, perteneciente a la congregación del Hogar de Nazaret. Asimismo, el alcalde ha expresado su confianza en que no haya "ningún impedimento" para conceder la medalla de oro de la ciudad a Pedro Manuel Salado, una condecoración "más que merecida para alguien que ha muerto por salvar a siete niños".
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